LA SOCIEDAD UGANDESA SE LEVANTA PARA RECLAMAR SUS DERECHOS

29/04/2013 | Editorial

Según el informe de Geoffrey Omara en el “Daily Monitor” del 29.4.2013, al menos 40.000 agricultores que viven en los campos de Maruzi en el Distrito de Apac, en el norte de Uganda, están llevando el gobierno ugandés a juicio, ante la inminente expropiación de sus tierras.

A finales del año pasado el Ministerio de agricultura les dio un ultimátum para salir de sus tierras ancestrales, porque el gobierno tenía sus planes para el desarrollo de esa zona.

Los miles de agricultores han vuelto a llevar su protesta a los tribunales. Los afectados reclaman negociaciones para encontrar una solución aceptable para todos.

El gobierno, a través de su administrador del distrito: Sr. Dauda Yasin Kasibante, les recuerda la amenaza de una inminente expropiación.

Lo que me parece realmente significativo es que los agricultores, en diferentes regiones de Uganda, se van informando sobre sus derechos, con la ayuda de abogados, se van organizando y se atreven a llevar a sus propios gobernantes a los tribunales.

Esto ha ocurrido este año en dos regiones diferentes de Uganda: Mubende y Apac.
Este movimiento de exigir respeto de los derechos humanos, es la esperanza de liberación para un pueblo.

El derecho a la alimentación es un derecho básico y fundamental.
Si permitimos que tales derechos sean atropellados por los poderosos, vengan de donde vengan, estaremos aceptando vivir en la esclavitud.

Este es un problema complejo. Conseguir el respeto de los derechos humanos implica trabajar en una perspectiva integral y global.

Se trataría de centrar la gestión de los sistemas de producción y distribución de recursos, en la dignidad y derechos del ser humano., y no en otros intereses tribales o de lucro a toda costa.

Este reto de la seguridad alimentaria para estos pueblos africanos, afecta también nuestro estilo de vida y nuestras políticas.

Abusamos con frecuencia de la luz, agua, papel, alimentos y otros recursos. Podemos vivir bien, de acuerdo a nuestras necesidades reales.

Pero debemos modificar la forma de consumo, pues tiramos un 30% de los alimentos producidos, afectando así: el medio ambiente, el precio de alimentos y la nutrición de los demás.

Solo si nos informamos y movilizamos, pacíficamente, para garantizar el respeto de la dignidad humana y el Bien Común, llegaremos a promover un sociedad más solidaria.

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