La situación política de Malí a cuatro meses de las elecciones presidenciales (Parte 2/6)

27/04/2018 | Opinión

2. Nuevos actores en una gran incertidumbre política

Al comentar sobre el regreso a Malí por unos días, pero con gran pompa, el expresidente Amadou Toumani Touré (comúnmente conocido por sus iniciales ATT), tras una decisión de la Asamblea Nacional de perdonar cualquier fallo, tras una decisión del presidente Ibrahim Boubacar Keita (IBK) para enviar su avión para buscar a su predecesor en Dakar, donde se encontraba en el exilio, antes de invitarlo a comer, un reportero a descrito recientemente las características de la vida política Malíense: «consenso blando», «ilusión democrática», lugar determinante de pequeños «arreglos» entre notables… El abandono de los cargos contra el ex jefe del Estado fue motivado por el argumento de que las decisiones políticas relacionadas con la función estaban fuera del poder judicial, pero en general la Asamblea Nacional se opone a cualquier causa contra los dirigentes políticos. Ahora ATT tiene un gabinete y está preparando su regreso final a Bamako en junio: ¿cuántos anuncios sin impacto político?

De hecho, la idea de absolver a ATT fue planteada indirectamente por IBK en febrero de 2014, en Mopti, incluso antes del comienzo del trabajo del Comité ad hoc de la Asamblea Nacional; lo tomó en 2015 y 2016 durante los Días de los Agricultores y todos lo entendieron. Esto es obviamente una manifestación de esta búsqueda del consenso suave, que desprecia la justicia y la responsabilidad, y prescinde de una visión estratégica clara y decisiones coherentes. Desafortunadamente, recuerda la reconciliación con Moussa Traore, aclamado como «gran republicano» por IBK el día de su investidura. Por increíble que parezca, olvidamos los crímenes de sangre de uno y la responsabilidad del otro en la decadencia del Estado por su estrategia de gestión política centrada exclusivamente en la persona del jefe de Estado y su esposa, despreciando y eludiendo a las partes, neutralizando a sus cuadros mediante compromisos individuales; y en el inicio de la crisis del norte por el abandono decidido y catastrófico de la dinámica de la descentralización. La reconciliación y la búsqueda del consenso, que serían la base de estas prácticas políticas, solo sirven para enmascarar la inconsistencia de la visión y justificar la incoherencia de la acción.

mali-mapa-2.pngEs esta misma falta de cultura política, reflexión política y convicción política lo que le permite que nadie proteste cuando el imán Dicko declara: «El Alto Consejo Islámico es la interfaz entre el poder y la gente. Por la gracia de Dios, soy yo quien asume el destino de esta organización que representa más del 98% de toda la población del país. Como resultado, tengo algo que decir en la gestión de este país”. Con todo, nada en el modo de designación de líderes religiosos le permite reclamar un estatus de representante de la población. Por lo que sabemos, en un Islam sin clero, ningún imán representa a todos los musulmanes. Nadie ha considerado oportuno recordar cuál es la representación de las personas en un estado de derecho. Es cierto que la reputación de democracia de Malí está muy sobrevalorada, ya que su experiencia en la década de 1990 se redujo a principios de la década de 2000 a un proceso electoral puramente ficticio, tanto a nivel local como nacional. ¡Pero de todos modos!

Sin embargo, unos meses antes, el mismo imán Dicko había dicho sobre la reforma constitucional: «Mientras la estabilidad del país no se vea amenazada, el Alto Consejo Islámico de Malí (HCIM) debe respetar el juego democrático que es normal en una república. Pero también debemos recordar que en 2012, después del golpe de Estado, el imán Dicko había admitido que estaba listo para aceptar un rol político, al servicio del capitán, si el pueblo se lo solicitaba. Este imán político tampoco tiene una estrategia clara, o la esconde detrás de un discurso que varía según las circunstancias y el público. Y sus aduladores pueden escribir que él «maneja a más de 16 millones de malienses» sin preguntarse qué tipo de gestión es.

A pesar de la evidente colusión entre los grupos armados y sus protectores externos, a pesar del hecho de que el partido del presidente IBK había elegido representantes de los grupos armados en sus listas, el imán Dicko ahora puede proponer nuevamente negociar con todos los malienses, incluido Iyad Ag Ghaly, sin que nadie le pregunte cuál podría ser la base de tal acuerdo. Sin embargo, uno puede tener una idea: el imán Dicko organizó en 2012 un seminario sobre la aplicación de la sharia en Malí con la esperanza de negociar con Iyad Ag Ghaly. Aparentemente, fue tanto para condenar la violencia de la jihad, como para definir en la Sharia «una posición clara antes de partir para encontrarnos con nuestros hermanos perdidos en el norte para alcanzarlos». Al elegir esta opción, el HCIM quiere evitar una guerra inútil en nuestro país”. De hecho, el imán estuvo precisamente en Gao el último fin de semana de julio de 2012 para negociar con Iyad Ag Ghaly, pero no vio ni a Iyad Ag Ghaly, ni Adnan Abu Walid Sahraoui, que había dejado la ciudad a su llegada; el Imán esperaba entonces que se le encomendaría otra misión para el mismo propósito, pero no se decidió.

Joseph Brunet Jailly

Fuente: Le Republicain – Malíjet

[Fundación Sur]


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