La RDC, estrechamente vigilada por los espías británicos y estadounidenses

12/12/2016 | Crónicas y reportajes

Las llamadas y emails del presidente congoleño Joseph Kabila y de todo su entorno eran sometidos a una vigilancia intensiva

Goma, 23 de marzo de 2009. En la capital de la provincia del Kivu-norte sacudida por la guerra civil, el gobierno congoleño y la rebelión político-militar del Congreso nacional por la defensa del pueblo (CNDP) firman un acuerdo de paz. Las negociaciones fueron largas y seguidas de cerca en las capitales de los países de los Grandes Lagos, como Ruanda, donde el presidente Paul Kagame es acusado de apoyar al grupo armado CNDP. Pero, también lo fueron a 6.500 km, en Londres. Nadie lo sabía, pero los beligerantes eran espiados por el poderoso sistema de vigilancia por satélite desplegado por los servicios de inteligencia electrónicos británicos (GCHQ).

kabila-4.jpgSegún los listados de intercepciones de los días 12 y 22 de enero, 12 y 23 de febrero y del 12 de diciembre de 2009, extraídos por Le Monde, en colaboración con The Intercep, de los archivos del exconsultor de la NSA Edward Snowden, confiados a Glenn Greenwald y Laura Poitras, la mayoría de los negociadores fueron escuchados. Comenzando por el presidente congoleño Joseph Kabila, cuyo número de móvil figura en las listas, lo mismo que su dirección e-mail. Se encuentran también los mails, líneas fijas y móviles de su consejero especial y confidente, Augustin Katumba Mwanke, de su consejero político Marcellin Cishambo y de su consejero militar Denis Kalume Numbi. Todas las comunicaciones de la presidencia eran espiadas, lo mismo que las del gobernador del Kivu-norte Julien Paluku Kahongya.

Invisible vigilancia

Los británicos han espiado igualmente a varios ministros, sin omitir al ejército que en 2009 estaba en plena reconstitución con la integración de unos 5.800 milicianos del CNDP. Los documentos del GCHQ atestiguan por otro lado un conocimiento muy ajustado de la organización de las fuerzas congoleñas. Con cierta capacidad de indentificar a los graduados con buenas perspectivas futuras, como el coronel Kahimbi Delphin, encargado entonces de las operaciones contra las Fuerzas democráticas de liberación de Ruanda (FDLR), un grupo armado hutu formado por antiguos elementos de las fuerzas armadas ruandesas y de milicianos genocidas interahamwe. Delphin es hoy general y jefe de los servicios de inteligencia militares. La mayoría de los responsables operativos, del jefe de inteligencia al jefe de estado- mayor, pasando por altos graduados en puesto en el este del país, figuran en los informes interceptados consultados por Le Monde.

El número del móvil del embajador de Francia, Pierre Jacquemot, aparece también en los listados de intercepciones con un “nivel de prioridad 3”, el mismo que la Misión de las Naciones Unidas. El presidente Kabila tiene “un nivel de prioridad 4”. “El jefe de Estado ha cambiado de número de móvil recientemente”, confía uno de sus consejeros cercanos. El ministro de comunicación y portavoz del Gobierno, Lambert Mende, califica estos actos de “inaceptables hostilidades” y añade “La RDC ha sido víctima de estas injerencias desde su independencia con el asesinato de Patrice Lumumba (17 de enero de 1961) por agentes extranjeros. Es lo que me recuerda todo esto”.

Los territorios del Kivu-norte donde operan los rebeldes están igualmente bajo la vigilancia invisible de los británicos cuyos satélites escuchan a sus jefes. Las alianzas se hacen y deshacen a merced de las rivalidades entre Ruanda y RDC, pero también Uganda, donde Aronda Nyakairima, jefe de estado-mayor del ejército ugandés, implicado en las negociaciones de paz, era también espiado por el GCHQ.

Importancia del sector minero

¿Y si los británicos, que han concedido un total apoyo a Paul Kagame, dudaran de la responsabilidad de éste en las masacres y en la explotación minera de las que se le acusa en el este de la RDC? Laurent Nkunda, carismático jefe de la rebelión del CNDP, cuyo mando es principalmente tutsi, se benefició en sus inicios del apoyo de Ruanda y de Paul Kagame, y fue cuidadosamente escuchado por los servicios ingleses. “En 2009, los británicos están entonces bajo la presión de la comunidad internacional y de las ONG que sospechan que Ruanda comete crímenes en el este de la RDC, confía un diplomático occidental con puesto en Kinshasa en la época de los hechos. Por medio de estas escuchas, han querido quizás asegurarse sobre la naturaleza de los lazos de unión de Kigali con algunos grupos armados”. Las telecomunicaciones de los principales lugartenientes de Laurent Nkunda también fueron vigiladas. Como las de Bosco Ntaganda, que le sucederá antes de ser transferido a la Corte penal internacional en marzo de 2013. Apodado “Terminator” a causa de su extrema violencia, este mercenario, que ha servido en las filas de numerosos grupos armados en el este de la RCD, actualmente boicotea su proceso en el que está acusado de “crímenes contra la humanidad y crímenes de guerra”.

Los británicos otorgan una especial importancia al sector minero. La explotación del subsuelo alimenta el conflicto armado, motiva la injerencia de países vecinos y algunos miembros del poder congoleño sacan provecho de ella. En consecuencia, las intercepciones británicas tienen como objetivo las telecomunicaciones del viceministro de minas, Victor Kasongo, del rico gobernador de la provincia minera de Katanga, Moïse Katumbi, y sobre todo en varias ocasiones las comunicaciones de Agustin Katumba Mwanke. Este consejero especial del presidente Kabila reinaba en el sector minero, ya que su despacho era el paso obligado de todo minero deseoso de negociar contratos. Sospechoso por parte de la ONU de ser el jefe de orquesta del “pillaje” de las riquezas de la RCD, murió en un accidente de avión de 2012; el GCHQ no quiso expresar su reacción.

Documentos Snowden: nuestras revelaciones

Le Monde ha trabajado directamente sobre la integralidad de los documentos Snowden, confiados por el antiguo agente de la NSA a Glenne Greewald y a Laura Poitras, en colaboración con The Intercep, donde están almacenados bajo alta seguridad.

Estos documentos muestran:

– Cómo la NSA y GCHQ, agencias de información electrónica americana y británica han actuado de manera a poder vigilar los teléfonos móviles a bordo de aviones comerciales, tomando muy pronto a Aitr France como objetivo principal.

– Cómo GCHQ y también NSA han espiado los intereses de Israel, siendo éste, sin embargo, un cercano aliado de los dos países.

– La minuciosidad con la que GCHQ apunta a los empleados e ingenieros de los operadores telefónicos africanos, preludio para la introducción en sus redes.

– Cómo los servicios británicos han apuntado a Octave Klaba, fundador y alojador francés de OVH.

– Cómo GCHQ ha escuchado a jefes de Estado, diplomáticos y hombres de negocios de veinte países africanos.

– Hasta qué punto Francia y sus intereses en África han interesado a las grandes orejas británicas.

Respuesta de la NSA y GCHQ a las revelaciones de Le Monde

El portavoz de los servicios de información técnica británica (GHKQ) ha señalado a Le Monde: “No hacemos nunca comentario alguno sobre temas ligados a la información. No obstante, nuestro trabajo es llevado a cabo en el estricto marco jurídico y político que vela a que nuestras actividades estén autorizadas, sean necesarias y proporcionadas, y a que pueda ejercerse un riguroso control por el secretario de Estado, la comisión parlamentaria para la información y seguridad, así como por la autoridad de regulación de las intercepciones. Además, el régimen legal de las intercepciones practicadas por el Reino Unido respeta totalmente la Convención europea de los derechos humanos”.

Por su lado, la agencia nacional de seguridad americana (NSA) ha hecho saber a Le Monde que “sus actividades de información están en plena conformidad con el marco jurídico y político en vigor”.

Simon Piel y Joan Tilouine

Le Monde

[Traducción y edición, Ramón Arozarena]

Autor

  • Arozarena, Ramón

    Catedrático de Francés, jubilado.

    Cooperante con su mujer en Ruanda, como profesores de la Escuela Normal de Rwaza, de 1969 a 1973.

    Coordinador de la red de escuelas primarias en los campos de refugiados ruandeses de Goma (Mugunga, Kibumba, Kahindo y Katale), en 1995, con un programa de Caritas Internacional.

    Observador – integrado en las organizaciones de la sociedad civil congoleña – de las elecciones presidenciales y legislativas de la República Democrática del Congo, en Bukavu y en Bunia, en julio y octubre de 2006.

    Socio de las ONGDs Nakupenda-Áfrika, Medicus Mundi Navarra y colaborador de los Comités de Solidaridad con África Negra (UMOYA).

    Ha traducido al castellano varios libros relativos a la situación en Ruanda.

    Ha escrito y/o traducido para CIDAF (Ahora Fundación Sur) algunos cuadernos monográficos sobre los países de la región de los Grandes Lagos.

    Parlamentario por Euskadiko Ezkerra, entre 1987-1991, en el Parlamento de Navarra.

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