La Primera Dama de Namibia: necesitamos empoderar a las mujeres

6/02/2017 | Entrevistas

No solemos saber mucho acerca de las primeras damas africanas y lo que hacen. Pero si hay una que realmente debería llamar nuestra atención, esa es Monica Geingos, la esposa del presidente de Namibia, Hage Geingob. Nuestra editora, reGina Jane Jere, se reunió con ella para hablar sobre una amplia gama de temas, desde política y maternidad a sus fortalezas como una de las mujeres de negocios con más exito de África, una proeza que alcanzó antes de casarse con el presidente Geingob. Con toda sinceridad, ella no decepciona. África acoge una nueva generación de cónyuges presidenciales, un término que ella prefiere al clásico «Primera Dama». Averigüemos por qué.

NAW: Para empezar, 2015 fue un año muy especial para las mujeres en África, con la Unión Africana declarándolo el «Año de Empoderamiento y Desarrollo de la Mujer: hacia la Agenda África 2063». Sé que es un objetivo a largo plazo de la UA. No sólo como Primera Dama, sino como una mujer de negocios respetada y exitosa, ¿cómo ve usted el estatus de las mujeres africanas hoy? y ¿cree que este tipo de iniciativas han tenido algún impacto significativo?

Monica Geingos: Tener un objetivo anual nunca tendrá realmente un impacto significativo porque ese no es el propósito de tener un objetivo. El propósito de un objetivo es poner un tema en el candelero. Por lo tanto, es encomiable que la UA eligiera el año pasado un objetivo para centrarse en el empoderamiento de la mujer. Creo que la idea era también reconocer todos los esfuerzos y éxitos que se han hecho en muchas áreas, como el aumento de parlamentarias. La situación de las mujeres está cambiando mucho en todas las esferas de la vida. Hay más mujeres en la cima en muchos lugares de trabajo y lo mismo está sucediendo en la política. Por tanto, no podemos decir que no se esté haciendo nada. Creo que lo que podemos decir es que la cantidad y la rapidez en la que estas mejoras están ocurriendo es problemática y debemos encontrar formas de acelerar el proceso de empoderamiento de las mujeres.

NAW: En efecto, como usted dice, se han cosechado algunos éxitos, pero acaba de mencionar algo realmente importante en su respuesta. ¿Qué está fallando para que la mayoría de las mujeres africanas no puedan alcanzar su pleno potencial y posiciones de liderazgo?

Monica Geingos: Es un tema complejo sin una respuesta clara. Creo que, hasta cierto punto, la mujer africana fracasa primero en el hogar. Para que ella tenga un negocio de pequeña escala, para que ella estudie, para que ella tenga un trabajo de alto valor como profesional y así sucesivamente, la mayoría de las mujeres africanas primero necesitan apoyo en casa. Si nos fijamos en la prevalencia de las madres solteras, la violencia contra las mujeres y los niños, todas estas cosas suceden en privado y son situaciones que incapacitan a las mujeres. Es difícil salir y marcar la diferencia, ya sea académicamente, en los negocios o incluso políticamente sin un sistema de apoyo adecuado para las muchas obligaciones en el hogar. En la mayoría de los casos, la ausencia de un compañero de apoyo, físico o emocional, también es un gran problema. Por lo tanto, resolver los problemas dentro de las casas es un buen punto de partida. Además, hay barreras en el lugar de trabajo, desde el proceso de reclutamiento hasta la remuneración y el trato justo.

Necesitamos un auténtico empoderamiento de la mujer en todas las esferas, en todos los niveles. El tokenismo o el aderezo no solo socava a las candidatas incompetentes nombradas a dedo por mero formalismo, sino que también debilita a las mujeres competentes que son genuinamente capaces y al empoderamiento en general. Lo que se necesita es un empoderamiento real, lo que se necesita es poder real, político, económico y social. Y creo que es donde estamos fallando, porque el campo de juego no está nivelado.

NAW: Namibia tiene una historia de lucha por la liberación y, por supuesto, las mujeres estuvieron muy involucradas con la Organización Popular de África del Sudoeste en la liberación del país del dominio colonial. Tristemente hoy en día, en algunas partes del continente, los llamados “nacidos libres” (la generación nacida después de la independencia) le dan poca importancia a la lucha por la libertad o, en este caso, a la igualdad de derechos de género, por ejemplo. ¿Cree usted que en efecto carecen de este interés y que eberían tener el mismo entusiasmo y fervor que la mujer africana preindependiente?

Monica Geingos: Puede ser una comparación problemática porque se trata de dos generaciones diferentes que se enfrentan a diferentes realidades. Para responder a la pregunta, no creo que la generación actual carezca del fervor que tenían las mujeres antes de la independencia. La lucha por la libertad antes de la independencia no fue su lucha. Tienen entusiasmo por su propia su lucha. La independencia trajo la autodeterminación política mientras nuestras economías continúan reflejando sesgos característicos de la época colonial y consolidando la desigualdad salarial.

NAW: ¿Y cómo se está luchando por este nuevo conflicto? ¿Cómo podría ganarse esta lucha, si se diera el caso?

monica-kalondo.jpgMonica Geingos: La «nueva» lucha busca el empoderamiento económico para todos y no sólo para unos pocos. Para lograr el empoderamiento económico, es necesario que las mujeres se empoderen al mismo ritmo que sus homólogos masculinos. Un ejemplo de cambio significativo es cómo el Gobierno revolucionó el empoderamiento político de las mujeres en Namibia. La Organización Popular de África del Sudoeste (SWAPO, por sus siglas en inglés. Ahora es el partido gobernante en Namibia) aplicó el principio de género 50/50 en sus listas, que determinan quién va al Parlamento. Como la SWAPO ganó el voto nacional con un 80%, esto se tradujo en un salto de un 27% de representación femenina en el Parlamento a un 47%. Esto catapultó a Namibia a una posición envidiable; el cuarto país con mayor representación política femenina en el mundo. La lección aquí es que las cuotas pueden ayudar a nivelar el campo de juego a un ritmo más rápido. En contraste con el 47% de mujeres en la vida política, el sector privado está muy rezagado, sin indicación alguna de haber mejorado los niveles de representación femenina a un ritmo más rápido. Ahora, como usted dice, las mujeres lucharon por la liberación junto con sus homólogos masculinos, pero cuando hablamos de empoderamiento económico, sólo hay hombres sentados en la sala de juntas, sin que haya representación de las mujeres africanas. Por lo tanto, cualquier conversación sobre el empoderamiento económico, la diversificación económica o la industrialización, realizada en ausencia de mujeres o cualquier otra persona excluida, incluidos los jóvenes y las personas con discapacidad, se convierte en empoderamiento sin sensibilidad. Creo que cualquier tipo de exclusión económica es malo para África.

NAW: En cuanto al tema que mencionó anteriormente, la violencia doméstica, creo que es un tema que le interesa mucho. Es un asunto al que ha dado mucha importancia como Primera Dama. Como esposa del Presidente, muchos la consideran una referencia en Namibia, estoy segura. Tiene la responsabilidad de ayudar a poner fin a la violencia doméstica en un país donde, creo, ésta es un verdadero problema. Después de todo, como mencionaba, no es fácil empoderar económicamente ni políticamente a una mujer maltratada. Este es un gran problema, ¿verdad?

Monica Geingos: Mi área de enfoque principal es la integración de dos economías. Normalmente existen una economía urbana y una economía rural. La mayor parte de nuestra población se encuentra en la economía rural y sólo entre el 10% y el 15% de nuestra población participa en la economía urbana. Mi enfoque consiste en centrarse en iniciativas que eliminen los obstáculos que impiden que la mayoría de la población participe en la economía «urbana». Una de mis áreas de enfoque como Primera Dama es, por lo tanto, evaluar las cuestiones que nos detienen y, ciertamente, la violencia de género se incluye en esa categoría.

NAW: ¿Sería correcto decir que es muy difícil precisar, en el contexto de Namibia, por ejemplo, los factores que causan la violencia doméstica?

Monica Geingos: El patriarcado es la causa global, pero hay muchos otros factores como hogares rotos, la ausencia de la figura paterna, la incapacidad para controlar las emociones, el abuso de alcohol y drogas, el exceso de celos, la posesividad y el control de la conducta y la ausencia de la intervención psicológica necesaria. Namibia ha identificado excepcionalmente bien cuáles son esos factores causales y, dada la alta prevalencia de violencia de género, implementar medidas para prevenir y enjuiciar los abusos y proteger a las víctimas se ha convertido en algo urgente.

NAW: ¿Qué ocurre con el papel de la tradición? ¿Hay algunas regiones africanas en la que ciertas tradiciones dificulten el final de este problema?

Monica Geingos: El patriarcado no tiene líneas tribales; no tiene líneas raciales. Por lo tanto, la violencia de género es un problema global y no sólo de África. Los países occidentales no tienen estas costumbres y normas tradicionales a las que ustedes se refiere, pero también están luchando contra este problema, como nosotros. Pienso que como africanos somos a veces demasiado duros con nosotros mismos y somos rápidos culpando a las costumbres tradicionales como si cada aspecto de la tradición fuera negativo.

NAW: Pero ¿qué pasa con aquellos que contemplan las tradiciones?

Monica Geingos: Sí, no podemos negar que hay ciertas creencias tradicionales que contribuyen al patriarcado y, por eso, una de las soluciones es ampliar el compromiso de todas las partes interesadas, incluyendo a los líderes tradicionales y a los líderes del pensamiento comunitario.

NAW: ¿Así que se está ganando la batalla?

Monica Geingos: No lo creo. No creo que se esté ganando ni que se trate de una batalla. Son una serie de batallas con varios frentes. Lo que se ve muy claramente, por ejemplo, es que en África a veces tratamos de tribializar temas que no deben ser tribalizados. Vamos a oír: “¿sabes?, son estos hombres Kikuyu a los que les gusta vencer’; son estos hombres zulús que son patriarcales; son estos yorubas que son infieles”. Estas caricaturas étnicas o regionales no son útiles, ya que desvía nuestra atención de las causas fundamentales. Las mujeres están siendo asesinadas en los barrios más frecuentados y en las aldeas más remotas.

Las mujeres están siendo golpeadas en público y en privado. Las mujeres y los niños están siendo maltratados y nosotros tenemos la responsabilidad de reducir drásticamente la prevalencia de estos abusos deteniendo a todo el que lo comete y tomando medidas para identificar y a los posibles perpetradores.

Tal vez hemos tenido una actitud permisiva hacia los abusos contra las mujeres y los niños y es importante que la sociedad empiece a compartir la idea de que abusar de mujeres o niños está mal y no debe ser tolerado. Parte de esto se consigue deteniendo a los culpables de violencia de género, ya que hay demasiadas personas poderosas en nuestras comunidades que eluden la justicia. Podría ser un oficial de policía, podría ser un líder tradicional, podría ser un empresario poderoso, podría ser un político de primer nivel, quienquiera que sea, deben rendir cuentas. A pesar de que es menos frecuente, también hay mujeres que abusan de los hombres y esto también debe ser tratado con el mismo desprecio que el abuso, más frecuente, hacia las mujeres.

Si tenemos un sistema que no es ciego de cara a los autores, podemos ser capaces de superar esta discusión tribal y regional y darnos cuenta de que el abuso es perpetrado por todo tipo de hombres de diferentes grupos étnicos. Empezaremos a ver la violencia de género como la destructiva condición social que realmente es y dejaremos de aislarla y atribuirla a grupos particulares de personas.

NAW: Usted tiene un fondo fuerte y admirable como una mujer de negocios de mucho éxito. No queremos insistir en lo negativo, pero en África nunca se ha percibido el papel de la Primera Dama como influyente en términos políticos, por ejemplo. Se tiene la imagen de que es un papel muy desagradable, o, incluso a veces, muy negativo. ¿Cuál es el papel de la Primera Dama desde su punto de vista y su experiencia?

Monica Geingos: Creo que el papel de la primera dama no es influenciar la política, eso no es de su incumbencia. A la Primera Dama no se la elige. Ella no ostenta ningún cargo político. La función de una Primera Dama es multidimensional, pero no es un papel político. Otro concepto erróneo sobre las primeras damas es que son principalmente decorativas. Te reto como periodista a que investigues el pasado de la mayoría de las primeras damas africanas. La Presidenta de la Organización de las Primeras Damas de África es la Primera Dama de Ghana y tiene un máster en gobernanza y liderazgo, la primera dama de Etiopía tiene dos másteres. Si investiga más perfiles, encontrará abogadas, médicas, ingenieras y primeras damas muy capacitadas que pueden no tener títulos universitarios, pero que ya tenían y continúan desempeñando un papel significativo tras haberse convertido en Primera Dama.

NAW: ¿Por qué cree que no se cuentan sus historias? Desde la perspectiva de los medios, personalmente encuentro el acceso a las primeras damas muy burocrático y casi imposible. Sería estupendo que la revista New African Woman pudiera contar con una primera dama en cada edición. ¿Por qué están ausentes de los medios de comunicación?

Monica Geingos: Las primeras damas son, y deben ser, sensibles en torno al acceso a los medios y los riesgos que lo rodean. Creo que es una gran idea incluir a una Primera Dama en cada número de vuestra revista. Sus lectores se sorprenderían gratamente de lo constructivas que son muchas de las primeras damas africanas en sus países y en el continente. (Hace una pausa) Ese es mi marido espiando. (Saluda al presidente Hage Geingob, que está en la habitación de al lado)

NAW: Se rumorea que ha dicho que el título de Primera Dama «le rechina”, ¿por qué?, si es que es cierto.

Monica Geingos: Lo dije en una conferencia de YALI (Instituto para Jóvenes Líderes Africanos) en respuesta a una pregunta específica y, en efecto, expresé cierta incomodidad con el término del título de Primera Dama. El título «Primera Dama» no debe ser institucionalizado. Prefiero la terminología neutral y que también acepte que no todos los cónyuges estarán dispuestos a asumir un papel activo.
No sabemos cómo llamar al marido de la Presidenta Johnson Sirleaf, por ejemplo, ¿es eso a lo que se refiere?

Es un momento oportuno para reflexionar sobre el título, a medida que evoluciona el papel y la mezcla de género, debemos preguntarnos si el de Primera Dama es un título apropiado.

NAW: Tengo una hija de 21 años; le dije que iba a entrevistarle y le pregunté si querría hacerle una pregunta. Su respuesta fue: «Bien, ¿qué le dice al Presidente si la gente está en su contra?» Creo que la activista juvenil Job Amupanda le preguntó recientemente sobre el tema de la tierra en Namibia. Los problemas de la tierra son importantes para las mujeres, ya que son el pilar de la agricultura en África, y probablemente ocurra lo mismo en Namibia, donde existe un gran problema de acceso a la tierra. ¿Qué le dice al Presidente Geingob sobre cuestiones tan delicadas, pero cruciales?

Monica Geingos: Mi esposo fue un exiliado político con 21 años y tras una larga y amarga lucha por la independencia, regresó a Namibia 27 años después. Es miembro fundador de la SWAPO y fue un punto clave en el reconocimiento del partido por parte de las Naciones Unidas como representante único y auténtico de Namibia. Sam Nujoma, nuestro Presidente Fundador, le asignó numerosos roles de liderazgo desde muy joven. Mientras estaba en el exilio, en Zambia, dirigió un instituto encargado de entrenar y preparar a los namibios que se harían cargo de la administración pública del país tras su independencia, así como del desarrollo de investigaciones sectoriales para el gobierno de una Namibia independiente. El Politburó de SWAPO le envió de regreso a una Namibia tensa y racialmente dividida para prepararse para las primeras elecciones como Director de Elecciones del partido. Fue el presidente de la Asamblea Constituyente que redactó nuestra Constitución, fue el primer Primer Ministro de una Namibia independiente y tuvo que trabajar duro para construir una administración pública y unas instituciones democráticas que nunca existieron antes.

Su carrera política tropezó tras 12 años como Primer Ministro y se vio fuera del Gobierno y fuera del Politburó del Partido gobernante, aunque seguía siendo un miembro comprometido con el partido. Utilizó este tiempo para terminar su doctorado en la Universidad de Leeds. Dejó brevemente el país y volvió un año más tarde como diputado parlamentario. Regresó al Politburó y luego fue elegido Vicepresidente de la SWAPO y poco después fue nombrado Ministro de Comercio. Cuando fue reelegido como Vicepresidente y confirmado como candidato presidencial del Partido, fue ascendido a Primer Ministro y obtuvo el 87% de los votos, para ser elegido como un presidente muy popular. Esta es la versión condensada de una rica historia que señala que es imposible para mí agregar mucho valor o dar muchos consejos políticos a un hombre de tal calibre político.

También tiene la suerte de que haber sido elegido directamente con un margen sin precedentes, del 87%, por lo que no tiene necesidad de dudar de su popularidad. Muy acertadamente, no se enfoca en los detractores, no importa lo alto que griten, sino en sus capacidades de gobierno y liderazgo para implementar su sueño de una Namibia inclusiva donde la pobreza y la desigualdad de ingresos se aborden de manera efectiva.

La pregunta que hizo su hija de 21 años sobre cómo son las conversaciones políticas en casa me hace pensar en nuestra hija de 21 años que es igual de perspicaz e inquisitiva. Todos nuestros hijos hacen preguntas políticas difíciles que no son muy diferentes a lo que piden los líderes jóvenes. Mi esposo es conocido por ser un líder consultivo políticamente y también es muy consultivo en casa, por lo que a menudo participa en vivos debates sobre asuntos de actualidad con nuestros hijos. En algunas de estas discusiones ganan sus opiniones y otras veces, él está de acuerdo con sus posiciones sobre ciertos temas. Este liderazgo consultivo fue evidente cuando contrató a Job Amupanda, el activista juvenil que ha mencionado antes, y evitó una confrontación violenta y volátil sobre los terrenos urbanos. Una reunión de seis horas en el Congreso, entre los jóvenes activistas y el Presidente, tuvo como resultado un consenso sobre el camino a seguir y la participación de los jóvenes activistas en un gran proyecto de mantenimiento de la tierra.

El conflicto a menudo se produce debido a la falta de diálogo, para citar a mi esposo, «las guerras estallan cuando la diplomacia falla». Nuestro presidente es específicamente bueno en el liderazgo consultivo: ha negociado la primera Constitución con unos exopresores, ha aceptado la contribución de los jóvenes activistas y da a sus hijos la libertad de expresar libremente sus puntos de vista en casa. Nuestra casa es un lugar donde fomentamos el debate, así que los jóvenes pueden estar seguros de que tienen representación indirecta en nuestra casa a través de las sólidas opiniones de nuestros hijos, que reflejan las aspiraciones de su generación. Para responder directamente a la pregunta de su hija, la posición que he tomado es la de que Namibia es un país democrático y es alabado por tener la prensa más libre en África. La prensa hace uso pleno de esta libertad, por lo que a menudo es sometido a críticas constructivas y destructivas y, como líder, durante toda su vida esto es una realidad que acepta como parte de su vida pública. En su vida privada, su hogar es su santuario, así que soy reacia a someterlo a puntos de vista no solicitados en el único espacio en el que debe sentirse seguro.

NAW: ¿Puede darnos un ejemplo de cómo es un día en la vida de la Primera Dama o de la familia del presidente?

Monica Geingos: Hay mucho que hacer en un día, así que ambos nos acostamos tarde y nos despertamos temprano. El día suele ser un equilibrio entre el trabajo de oficina y las reuniones, acompañados de compromisos oficiales y reuniones puntuales. Mi marido es un adicto al trabajo que trabaja hasta muy tarde, así que ambos intentamos equilibrar lo mejor posible el trabajo con las obligaciones familiares.

NAW: ¿Continúa con su trabajo anterior?

Monica Geingos: Sí, he mantenido mi empleo anterior a ser Primera Dama, ya que es un papel que sobrevivirá a la designación temporal de Primera Dama. Sin embargo, tengo muchas obligaciones y programas como primera dama que me apasionan profundamente y que me mantienen muy ocupada por lo que he reducido mis horas de trabajo profesional. La decisión de continuar trabajando es lo que motivó mi decisión de declarar mis bienes con mi esposo, a pesar de que no tenemos ninguna obligación legal de hacerlo.

NAW: Usted comenzó a trabajar con 24 años, ¿estoy en lo cierto?

Monica Geingos: Correcto. Comencé a trabajar en la Bolsa de Valores de Namibia con 24 años. Y después de dirigir la división de Listados, me fui a hacer finanzas corporativas para un Banco de Inversión. Dejé el banco de inversión para convertirme en la Director Gerente y uno de los accionistas fundadores del primer y más grande fondo de capital privado de Namibia, cargo que ocupé durante once años. Además del fondo de capital privado, presté servicios en el Consejo Consultivo Económico del expresidente durante ocho años. El expresidente también me designó como Vicepresidenta de la Comisión de Retribuciones de los Funcionarios de la Oficina Pública, en la que he trabajado durante nueve años hasta que renuncié a mi relación con alguien que ejercía un cargo público.

También soy la presidenta y accionista de un banco comercial enfocado en la tecnología de banca móvil. Tengo la suerte de que todo esto sucedió antes de que comenzara la relación con mi esposo. Para abordar conflictos de intereses potenciales o reales, mi esposo y yo contratamos a la firma de auditoría PriceWaterHouseCoopers para analizar nuestros respectivos activos y aconsejarnos sobre si alguno de ellos podría presentar un conflicto de intereses. Además, podemos solicitar que evalúen todos nuestros activos y los publiquen para el público. Se me aconsejó que renunciara a las juntas directivas de las empresas participadas, así como a disponer de una inversión que dependiera de una licencia gubernamental, y lo he hecho. Los datos sobre los tres cargos directivos que sigo ejerciendo y los activos que poseo son completamente públicos.

El público conoce todos los detalles y valores de las cuentas bancarias, las propiedades y todos los demás activos y la idea es hacer otra divulgación en el futuro para permitir al público comparar los valores y detalles de los activos y evaluar por sí mismos si tenemos activos que no seamos capaces de explicar. Debido a las constantes acusaciones y sospechas de impropiedad, la transparencia en la acumulación de la riqueza es una herramienta crítica en la identificación de la corrupción, pero también la protección contra falsas acusaciones.

NAW: Con su negocio y estando presente en la industria del sector privado, estoy segura de que ha leído el informe del Banco Africano de Desarrollo sobre la representación de mujeres, mujeres africanas en las salas de juntas, ¿cómo es la situación en Namibia o con las empresas para las que ha trabajado? ¿Siguen las mujeres rompiendo el llamado “techo de cristal” ?, ¿estamos en ese punto? y ¿cómo lo ves en el contexto de todo el continente?

Monica Geingos: Estaba leyendo un informe sobre la representación femenina en las juntas de una de las 500 compañías de Fortune por lo que podemos decir sin miedo a equivocarnos que la falta de mujeres en las juntas directivas mundiales es un problema. El mundo corporativo está haciendo un trabajo excepcionalmente pobre empoderando a mujeres. El lugar de trabajo es un reflejo de la sociedad, así que creo que la sala de juntas refleja las realidades sociales. Si su economía está dirigida por un particular grupo demográfico, este será el grupo demográfico que encontraremos en la sala de juntas que representan sus intereses. La desigualdad de género en las salas de juntas es una manifestación de la exclusión de las mujeres en nuestra sociedad. Debemos enfrentarnos a esta exclusión porque se manifiesta social, política y económicamente. No se puede esperar excluir políticamente a las personas y que esa exclusión política no exista en el mundo económico, por lo que es un patrón muy consistente de nuestras sociedades y no podemos juzgar al mundo corporativo, sino a la sociedad en su conjunto, que está en tela de juicio.

NAW: ¿Cómo lidia usted con ese problema en su propia empresa, si es que existe? O siendo la mujer que lleva las riendas, ¿consigues el equilibrio de género practicando una discriminación positiva?

Monica Geingos: No creo que hacer un esfuerzo para ser inclusivo y garantizar que todos los ciudadanos tengan oportunidades justas se puede describir con la palabra discriminación, ya que nadie está siendo discriminado. Si no hay mujeres o diversidad en los altos cargos y se insiste en que haya una Junta más diversa e integrada, no creo que sea de ninguna manera irrazonable. No siempre es fácil convencer a las juntas plenamente masculinas para que se diversifiquen, ni ellos siempre escuchan, pero es importante plantear constantemente el problema y proponer candidatos adecuados.

NAW: Hablemos más de política. Estamos oyendo hablar de muchos informes, verdaderos o no, sobre la Primera Dama de Zimbabue, la Señora Grace Mugabe y su posible intromisión en su corriente política. ¿Tiene usted alguna ambición política y aspira a un cargo político en algún momento? Puede no ser ahora, sino en un futuro.

Monica Geingos: No debe haber ningún problema con que cualquier mujer, ya sea una Primera Dama o no, aspire a cargos políticos. Si eso es lo que ella quiere, y recibe el apoyo político necesario, entonces la discusión debe ser realmente sobre su credibilidad, capacidad y competencia. Es importante distinguir el principio de la persona, porque si el mundo considera que está bien que una exprimera dama estadounidense se postule para cargos políticos, entonces debería estar bien para cualquier primera dama. ¿Tengo aspiraciones políticas? La respuesta es sencillamente no. Yo no soy política. A pesar de mi falta de interés o inclinación política, me encuentro con que me hacen mucho esta pregunta y prefiero tomármela como un cumplido. Tengo una exposición indirecta a las complejidades de la vida presidencial y no es algo en lo que quiera emplear mi tiempo.

NAW: Así que, después de su paso por la Casa del Estado, ¿volverá definitivamente a los negocios?

Monica Geingos: Ahí es donde yo estaba, es mi permanente. Esto es temporal. Está vinculado a mi esposo y a sus muy, muy específicos antecedentes políticos. Él es político, 100%. Yo no lo soy. Así que sólo formo parte del ecosistema que rodea y apoya a un presidente. No aspiro a ser presidenta cuando él haya dejado el cargo.

NAW: Tiene un estilo de vida muy ocupado. ¿Cómo se toma un respiro, ya sea en un spa, espiritualmente o cualquier otra cosa?, ¿cómo se relaja?

Monica Geingos: No tener tiempo ha sido una característica de mi vida los últimos quince años. No es algo nuevo. Así que desde una perspectiva de belleza hay ciertas concesiones que tengo que hacer. No tengo tiempo para mantener una rutina de belleza adecuada, así que el cabello, el maquillaje, las uñas y todo lo que consume mucho tiempo es difícil para mí. Por eso me alegro de que no me hayas hecho preguntas relacionadas con la moda. Por lo general estoy abierta y estoy dispuesta a hablar de cualquier cosa excepto de moda. Me niego a ser juzgada por cómo me visto, o cómo me veo, en vez de por mis puntos de vista sobre un tema determinado. Estoy más que dispuesta a defender mis puntos de vista y mi posición sobre las cuestiones socioeconómicas, pero me niego a ser juzgada por lo que me pongo.

NAW: Un mensaje poderoso, fuerte y claro y que encarna los valores de la Nueva Mujer Africana. Pero en sus propias palabras, ¿cómo describiría a la nueva mujer africana?

La nueva mujer africana no es una sola persona. Hay mujeres africanas que son rurales, hay mujeres africanas que son discapacitadas, que vienen de diferentes grupos étnicos, que tienen diferentes orientaciones sexuales. Por lo tanto, no es un grupo concreto, venimos de diferentes regiones; hay un África francófona, un África anglófona, un África lusófona. Así que la nueva mujer africana es realmente una mezcla de muchas influencias diferentes, pero creo que lo que la define es su capacidad para no sólo sobrevivir, sino también para prosperar en una configuración política y social que no está preparada para que ella pueda sobrevivir y prosperar.

Entrevista de Regina Jane

New African Woman

[Traducción, Clara Esteban García]

[Fundación Sur]

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