A través de los importantes cambios sociales del pasado año, en varios países del norte de África, el mundo árabe ha entrado en la mundialización, afirma Bertrand Badie.
La caída sucesiva del régimen de Bagdad, del Cairo y ahora casi del Damasco, (los tres bastiones del pasado en la región) está dando por ahora, una nueva hegemonía regional a Arabia Saudi. Sin embargo, la capacidad de las grandes potencias mundiales en solucionar los conflictos internacionales es cada día más frágil. Esta parece ser una consecuencia importante de las llamadas “revoluciones del mundo árabe”.
Cada país, en el norte y en resto de África, va tomado las riendas de su propia historia.
Otra razón y consecuencia importante de las transformaciones del último año, sobre todo en el norte de África, podría ser el movimiento social hacia un mayor respeto de la persona, de sus derechos humanos y de su libertad-responsabilidad para crear un nuevo orden social. Ya no se admiten fácilmente gobiernos autocráticos y dictadores en ningún ámbito social. Se nota una fuerte indignación hacia la manipulación de gobiernos y multinacionales, sean nacionales o extranjeras. Al mismo tiempo, se busca articular los elementos fundamentales de otra forma de hacer política y economía en un nuevo orden internacional.
Este proceso de profunda transformación parece estar en sus primeros pasos, según afirma la mayoría de analistas. Las protestas continúan en Marruecos, Argelia, Túnez, Egipto y Siria. Algunos ejércitos, como el de Egipto, se niegan a dejar el control del poder. Será importante en este proceso la actitud que tomen los diferentes grupos islamistas, sobre todo los más radicales como los salafistas.
Existen razones para la esperanza en este proceso.
Primero, aunque el año 2011 ha sido difícil para África a causa de todos los conflictos, África ha experimentado un crecimiento económico medio del 6%., según el presidente de la Comisión Africana, Jean Ping.
Segundo, se oyen con más frecuencia voces relevantes como la de la universidad de Al-Azhar, Egipto, comprometiéndose con la libertad religiosa y el respeto a los derechos humanos. Esperemos que las tendencias moderadas y respetuosas prevalezcan sobre las más radicalizadas.
