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Inicio > Blog Académico > ![]() ![]() Bustince Sola, Lázaro Nacido en Izco (Navarra), en 1942, estudió filosofía en Pamplona (1961-1964). Hizo el noviciado en Gap – Grenoble (1964-1965), con los Misioneros de África (Padres Blancos). Estudió Teología en el instituto M.I.L. de Londres, (1965-1969), siendo ordenado sacerdote en Logroño, en los Padres Blancos en 1969. ![]() La política partidista obstaculiza la gestión ética de recursos para el Bien Común, y el sistema económico capitalista es contrario al Desarrollo Sostenible y Ecológico 11 de septiembre de 2019. Introducción Algunas palabras, como “igualdad, diversidad, progreso” se repiten cada día, en casi todos los ámbitos sociales. Al mismo tiempo, muchos líderes: políticos, económicos, culturales, religiosos, y agentes de la información, delatan actitudes, palabras y comportamientos más o menos fanáticos, exclusivos y denigrantes. Se atribuyen los logros de la sociedad, denigran a los diferentes y se agrupan en colores según la conveniencia. El comportamiento de la UE y de occidente hacia los refugiados e inmigrantes delata el grado de deshumanización de parte de la sociedad y de muchos líderes mundiales. Resulta sorprendente que, tanto entre gente con formación académica como entre personas sin ella, el fanatismo o fundamentalismo llegue a contaminar con tanta fuerza las conversaciones, pactos, gestión de recursos y relaciones humanas. Los motivos de nuestras divisiones y enfrentamientos humanos y sociales, no radican en nuestra diversidad de raza, cultura, educación o religión, sino en el grado de fundamentalismo o fanatismo que condiciona nuestras actitudes, relaciones y comportamientos, así como en la limitada madurez humana y profesional. Cuanto más compulsiva es una persona, menor será su libertad interior y exterior. Es evidente, que solo la educación, el poder y la riqueza, no pueden satisfacer ni sanar nuestras necesidades compulsivas de poder y protagonismo, y fortalecer nuestra libertad interior. Este crecimiento en nuestra libertad interior implica una profunda experiencia personal de empatía y de bondad. En la medida que una persona ha experimentado y se siente profundamente querida, será capaz de amar, de cuidarse de los demás, y de ser feliz. Y una persona profundamente feliz no es fanática o fundamentalista. Esto nos debe hacer reflexionar seriamente sobre la calidad de vida, de educación y de acompañamiento, que ofrecemos a nuestros pequeños, adolescentes y jóvenes. De ello dependerá por una parte, la calidad de nuestras actitudes, relaciones y compromisos, tanto familiares, como profesionales, sociales y ecológicos, y por la otra parte, afectará la calidad ética de nuestro sistema político-económico. 1. Contexto global y africano En todo comportamiento humano se manifiestan los dos componentes básicos de cada persona: su identidad individual y sus condicionamientos socio-culturales. Los dos elementos crecen e interactúan constantemente para crear la personalidad y misión única que vive cada ser humano. Cada persona, con su particular cultura, encuentra además sistemas e instituciones: políticas, económicas, culturales, religiosas, deportivas…..en principio orientadas a promover una mejor calidad de vida y de convivencia social, pero que con frecuencia solo sirven a una minoría, marginando a la mayoría a una vida de exclusión y privación. Desde una perspectiva global, pero más particularmente africana, quiero analizar brevemente algunos aspectos que me parecen relevantes, en el inmenso potencial de África por una parte y por la otra, examinaremos algunos retos más importantes, para concluir con la propuesta de algunas alternativas. 1.1. Algunos aspectos del contexto global actual:
El Nobel Joseph Stiglitz fue un pionero en el estudio académico de los Bienes Públicos Globales (BPG). Identificaba cinco de ellos (1):
La lista se puede ampliar, aunque en general los BPG se pueden clasificar en tres grandes grupos que abarcan todos ellos. En primer lugar, los naturales, como son la estabilidad climática, la naturaleza y la biodiversidad. Luego, los de producción humana, como son: el conocimiento, la tecnología y los medios de comunicación. Finalmente, los objetivos globales de desarrollo y paz, como los ODS, que son en sí bienes públicos, como es la convivencia social. La globalización es un proceso irreversible y es una gran oportunidad para todos los países. Las fronteras internacionales son cada vez más difusas. La Unión Europea ha establecido un espacio de libre circulación de personas, mercancías y conocimientos entre estados que en los siglos pasados protagonizaron innumerables guerras entre sí. Las Organizaciones Internacionales son cada día una creciente realidad, como Mercosur, Nafta, Unión Africana, UE, ONU, etc. Estos foros de cooperación internacional también sirven para limitar la hegemonía de las grandes potencias y permitir a estados más pequeños contribuir en su justa medida a la promoción del Bien Común. En un mundo cada vez más interconectado, la provisión de Bienes Públicos Globales es cada vez más importante. Y solo la colaboración constructiva entre estados puede garantizarla. En muchos aspectos globales vamos mejorando: mayor acceso al agua, alimentación, la educación, la salud, la democracia, los medios de comunicación, la inclusión e igualdad de género, nuevas fuentes de energía limpia, etc.
El estudio SOFI 2012 y el Informe Mo Ibrahim 2018, señalan que el futuro de aquí a diez años va a mejorar para el mundo –pero a un ritmo de mejora menor que en los últimos veinte años–. Sin embargo, en muchas de las áreas en las que estamos progresando, no lo hacemos lo suficientemente rápido, como por ejemplo en la reducción del VIH, la malnutrición y la pobreza; en el aumento del acceso al agua, y en la proliferación nuclear. Y las áreas de incertidumbre representan graves problemas: la corrupción, la irresponsabilidad política, el consumo de combustibles fósiles y la deforestación. Algunas de las áreas en las que estamos retrocediendo podrían tener graves consecuencias, como el desempleo, las emisiones de gases de efecto invernadero, la deuda, las diferencias entre ricos y pobres y el terrorismo. Sin embargo, esta selección de datos indica que, en conjunto, de aquí a diez años estaremos mejor. Estamos progresando más de lo que estamos retrocediendo. El reto sigue con nosotros. Todos sabemos que el futuro no va a ser necesariamente de color de rosa. Si continúan las tendencias actuales de crecimiento de la población, agotamiento de recursos, cambio climático, terrorismo, delincuencia organizada y enfermedades, y convergen en los próximos cincuenta o cien años, es fácil imaginar un mundo continuamente inestable con resultados catastróficos. Al mismo tiempo, si continúan las tendencias actuales de organización a través de las redes del futuro, la cooperación transnacional, los movimientos sociales de mujeres y jóvenes, la ciencia de los materiales, la impresión en 3D, las energías alternativas, la ciencia cognitiva, el diálogo interreligioso, la biología sintética y la nanotecnología y convergen en los próximos cincuenta o cien años, es fácil imaginar un mundo que funcione para todos. El mundo cada vez es más rico y pacífico; está más sano, mejor educado y conectado, y las personas cada vez viven más tiempo. Manifestantes de todo el mundo muestran una creciente intolerancia a los comportamientos poco éticos de las elites gobernantes, y aquí se centra nuestra esperanza. Una generación educada y conectada a internet se está sublevando contra el abuso de poder, por dictadores y políticas partidistas. Cada año, el Proyecto de los Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS), aprobado por 192 países en 2015, actualiza los datos sobre la situación mundial y las perspectivas de futuro, la mayoría de ellos avanza a paso lento pero seguro en la dirección adecuada. Sin embargo, el mundo se encuentra inmerso en una carrera cada vez más competitiva entre: implantar nuevas formas de mejorar la gestión de recursos y la calidad de vida humana, y la complejidad y escala, cada vez mayores, de los problemas mundiales. 1.2. Algunos aspectos del contexto africano actual: El índice elaborado por la Fundación Mo Ibrahim 2018, muestra que el PIB combinado del continente ha crecido casi un 40% en la última década pero que no ha repercutido en la mayoría de los africanos. El Producto Interior Bruto (PIB) del conjunto de los países que integran África ha crecido en la última década, pero no ha servido para crear nuevas oportunidades económicas que beneficien a los ciudadanos. Este es uno de los indicadores que señalan que el progreso de la gobernanza pública en el continente se queda por detrás de las necesidades y expectativas de una población en constante crecimiento, compuesta principalmente por jóvenes, en los 54 países africanos (2). El índice de este año muestra muchas tendencias positivas. Por ejemplo, 15 de los 34 países que registran avances en la gobernanza general en la última década aceleran su ritmo de mejora en los últimos cinco años. Entre ellos Costa de Marfil, Marruecos y Kenia muestran la progresión más impresionante. En todo el continente destacan las mejoras en los indicadores relacionados con salud e infraestructura. También se observan avances en lo que respecta al Estado de derecho y la transparencia y responsabilidad, aunque todavía quede mucho por hacer en ese último campo. Sin embargo, África se enfrenta a un aumento demográfico sin precedentes y las áreas de gobernanza no avanzan lo suficientemente rápido como para mantenerse al día con las crecientes demandas de la ciudadanía y, más específicamente, para dar respuesta a las cada vez más altas expectativas de los jóvenes, que ahora suponen la mayoría de la población del continente (el 60%) y se espera que aún aumenten en casi un 20% en la próxima década. Además, la puntuación en educación cae en la mitad de los 54 países analizados. Esto supone que ahora los jóvenes reciben una educación primaria de menor calidad que en el pasado, lo que levanta dudas y temores sobre el futuro del continente y la posible inestabilidad social que pueda generar la frustración de este colectivo. Los gobiernos africanos no han sabido convertir el crecimiento económico en oportunidades para los ciudadanos El informe señala que si bien el PIB combinado de África ha crecido en la última década, la mayoría de los africanos no ha obtenido mejoras en sus vidas. Se trata de una gran oportunidad perdida. Este es quizás uno de los puntos que más preocupan a los analistas que han elaborado el índice. Según ellos, el crecimiento económico se ve significativamente frenado por la ineficacia de los gobiernos africanos a la hora de traducirlo en oportunidades económicas sostenibles que podrían mejorar la calidad de vida de los ciudadanos. Las cifras son muy claras en este sentido: desde 2008, el promedio de África en esta categoría prácticamente no se ha movido, lo que contrasta con el crecimiento de la población, que ha aumentado un 26% en los últimos 10 años. Esto se traduce en un estancamiento de la economía (3). El índice también señala que el espacio político y cívico de los africanos se ha reducido poco a poco, como lo demuestra el empeoramiento de las tendencias de algunos indicadores de la categoría de participación y derechos humanos. Los elementos analizados que obtienen peor calificación son: la participación de la sociedad civil, derechos civiles y libertad, libertad de expresión y libertad de asociación y reunión. Como contraste, el Informe señala una mejora en el apartado de elecciones democráticas. Tres de cada cuatro africanos (el 71,6%) vive en un país donde la situación general ha mejorado. En definitiva, los países que obtienen las puntuaciones más altas en este índice son aquellos que brindan mayores derechos y bienestar y cuyos gobiernos son responsables ante sus ciudadanos. Por eso, el informe afirma que África se encuentra en un punto de inflexión y que, consecuentemente, los próximos años serán cruciales para el continente. Este año, dicho Informe ha tomado en cuenta cuatro categorías: desarrollo humano, oportunidades económicas sostenibles, participación ciudadana y derechos humanos, legalidad y seguridad. Al igual que en ediciones anteriores, los primeros puestos del índice están ocupados por Mauricio, Seychelles y Cabo Verde. En el otro extremo del análisis, se encuentra Somalia con el peor gobierno de todo el continente, seguido de cerca por Sudán del Sur, Libia, Eritrea y República Centroafricana. Las dos principales economías del continente se mantienen relativamente estables: Sudáfrica, que retrocede ligeramente y se sitúa como el séptimo país mejor gobernado de África, y Nigeria, que con una ligera mejoría ocupa el puesto 33. 2. Otros Datos Concretos La dependencia externa, la supeditación tecnológica, y la falta de inversiones, centradas solo en la explotación petrolera y minera, hicieron que la cooperación al desarrollo favoreciera sobre todo a los inversores extranjeros. Pero el futuro de África radica principalmente en sus pueblos y en su juventud cada día más educada. La tasa juvenil menor de 20 años es del 70%. El capital humano es impresionante. Los crecientes movimientos sociales de: mujeres, profesionales, estudiantes, trabajadores en casi todos los países africanos y del mundo, interactuando gracias a las Redes Sociales, es la mejor esperanza en la actualidad, para garantizar una democracia real y directa, y una gestión ética de los recursos humanos y naturales, para construir un mundo más humano, desarrollado y pacífico. El Tratado de Libre Comercio Africano (TLCA), firmado el 30 de mayo 2019 en Kigali, es un importante paso en la creación de la zona de intercambios económicos más grande del mundo. Este mercado incluye a los 55 países, con 1.200 millones de personas, y unos tres billones dedolares de PIB conjunto. Las oportunidades de África, para un desarrollo sostenible de todos sus Pueblos, son claramente extraordinarias. Al mismo tiempo, los desafíos reales son inmensos. Entre los retos más importantes, podemos señalar:
África posee, como hemos señalado anteriormente, unas grandes potencialidades y fortalezas que, bien encauzadas y gestionadas, redundarán en beneficio de todos los pueblos de África. 3. Análisis de la realidad, según tres criterios básicos:
África no necesita limosnas, pero quiere y necesita justicia y colaboración justa. Lo que África exige y se merece es: mejor conocimiento de sus Pueblos, respeto y justicia en la colaboración mutua, abandonando todo saqueo y explotación, que los poderosos Estados y multinacionales, definen como inversión en “beneficio de África”. La actual “colonización” de África es más global, destructiva e injusta, que las anteriores. Las nuevas “esclavitudes” impuestas por los saqueos, sobre los pueblos africanos son más crueles, que las de los siglos XV-XVIII. Para buscar y encontrar las causas más profundas: humanas, sociales, culturales, políticas, económicas, religiosos y ecológicas, de los grandes retos en África y en el mundo, tomaremos como referencias, a tres criterios fundamentales: 3.1. Economistas mundiales y premios Nobel: El Acuerdo firmado por 192 países en 2015, sobre los Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS), llamado Agenda 2030, supone para los más reconocidos economistas mundiales, y premios Nobel de economía, como: Jeffrey Sachs, Jean Tirole, Paul Krugman, Joseph Stiglitz, Oliver Hart, etc., la mejor alternativa político-económica que existe hoy sobre la mesa. Sería necesario empoderar a la sociedad civil y a los estudiantes, con un mejor conocimiento y difusión de estos 17 Objetivos de DS, que fueron firmados en la ONU. Estos carteles con los OBS, deberían verse por todos los centros de educación y salas de encuentros. De estos ODS habla también con frecuencia el papa Francisco, pues van en la línea de la Doctrina Social de la Iglesia (DSI). El economista J. Sachs es su coordinador general, desde la ONU. Estos economistas afirman claramente que la solución a los grandes problemas del mundo de hoy, no vendrá en primer lugar, ni de los gobiernos, ni de los poderosos empresarios, “porque ni saben, ni quieren, ni pueden solucionarlos, pues están atrapados en los círculos del poder y del aumento de lucro” afirmó J. Sachs, en la UCM, en 2017. Lo vemos cada día, cómo lo primero que hacen casi todos los políticos, concluidas las elecciones, es subirse su propio salario, hasta un 70% y más. Hasta los profesionales críticos de cada uno de los partidos actuales, denuncian que los comportamiento de sus propios líderes, descuidan el empleo, aumentan el déficit, olvidan a los refugiados, aumentan la venta de armas, buscan el poder y el lucro y se olvidan del bien común. Según estos economistas, el cambio vendrá principalmente, de la sociedad civil, de la comunidad académica-profesional, y de los movimientos sociales, que son los que sufren las consecuencias de un sistema injusto, controlado por una minoría de poderosos, y de muchos gobernantes irresponsables. Necesitamos pues, elegir gestores competentes, responsables e independientes, que formen Asociaciones en los diferentes departamentos públicos del Estado, reemplazando el poder y la influencia de los políticos partidistas que actualmente acaparan el poder y el presupuesto, aportan muy escasas cuotas de productividad y dividen a la sociedad. El papa Francisco, como toda la Doctrina Social de la Iglesia, concuerda con estos Economistas y con los ODS, pues insiste sobre la necesidad de que toda la política económica debe estar centrada sobre: la dignidad de la persona humana y sobre el Bien Común. Un gran motivo para la esperanza de un mundo mejor, radica precisamente en el despertar de la sociedad civil, la comunidad académica y los numerosos movimientos sociales, particularmente de mujeres y jóvenes, que siguen aumentando y tomando su propia responsabilidad social, aun a riesgo de sus propias vidas. Esta contribución única y transformadora de la sociedad civil en los movimientos sociales y profesionales, los estamos viendo actualmente en varias situaciones críticas como, la de Jartum (Sudan), Sudan del Sur, RCA, Burkina, Mali, Sudáfrica, Zimbabue, Ruanda, Uganda, RDC, Kenia, Paris, Londres New York, Paris, Madrid, Venezuela, Colombia, etc. La sociedad civil, como dicen los Economistas, a través de sus Movimientos: de estudiantes, trabajadores, mujeres, profesionales, está salvando la Democracia, la Justicia, la Paz y el futuro de muchos países y pueblos. Numerosos defensores de la dignidad y derechos humanos, pagan un precio muy alto, pero su contribución a la Humanidad es incalculable e irremplazable. La referencia fundamental de todos estos Economistas son los ODS, que marcan el camino a seguir para África y para todo el Planeta. Ellos son los promotores principales de este Desarrollo Sostenible para la Humanidad. El economista Duncan Green analiza en profundidad los grandes retos del mundo, como la pobreza, y afirma que la clave del cambio reside en el empoderamiento de la sociedad civil, que es la que puede promover y construir un mundo mejor (5). Duncan defiende que lo más importante y prioritario es empoderar a las sociedades civiles, porque son sobre todo los pueblos, que sufren las consecuencias de las injusticias y de la marginación, los que están mejor preparados y motivados para trabajar y luchar por el cambio. La naturaleza de los males sociales, según Duncan, no está relacionada principalmente ni siquiera en primer lugar, con la diagnosis de algunos “malhechores” o corruptos. Lo que debemos examinar es cómo la acción y omisiones de la inmensa mayoría de ciudadanos nos llevaron hasta estos males sociales, y cómo un cambio de prioridades en nuestras políticas, instituciones y compromisos comunitarios, puede ayudarnos a superar dichos males sociales. Duncan analiza iniciativas y acciones que a través del mundo, han empoderado a la sociedad civil, liberándola de los miedos y de la pasividad, para colaborar con los agentes sociales elegidos en superar los diferentes retos de la comunidad. Los ejemplos de comunidades civiles organizando campañas para el bien común, son múltiples en gran parte de los países africanos y del mundo. Sirvan como ejemplo: la campaña de las mujeres en Marruecos en contra de las minas antipersonas, las manifestaciones de las mujeres en Tanzania para poder ser titulares de tierras, las manifestaciones de Burkina Faso, Togo, Costa de Marfil, Zimbabue, Malawi, RDC, Uganda, Sudan,,,,, para defender la Constitución y la Democracia del país. Esta es la mejor forma de superar todo pesimismo. El Saber cómo trabajar juntos para el bien común, es la prioridad número uno. Tenemos el mejor programa en los ODS. Investigadores sobre la cuestión del saqueo de África, como Patrick Bond, Joseph Stiglitz y Tom Burgis, que han escrito amplios estudios sobre: “Looting in África”, nos recuerdan cómo los países más ricos en recursos naturales y minerales, lejos de beneficiarse de sus abundantes reservas, son los países que más sufren y tienen mayor dificultad en conseguir un desarrollo sostenible (6). Los ejemplos son abundantes: RDC, Sudan norte y sur, Uganda, Zimbabue, etc. Su única liberación de estas esclavitudes, como de toda esclavitud, radica en la sociedad civil y su empoderamiento. Este es el mensaje central de los economistas más reconocidos. Un ejemplo muy apropiado de empoderamiento de la sociedad, a través de sus líderes, es el Instituto de Educación Ética, en Justicia y Paz, (JPIIJPC), que siete Congregaciones misioneras lanzamos en Kampala, Uganda, en noviembre 2006. Su objetivo principal es empoderar a los educadores, agentes sociales y líderes de todos los ámbitos, con los valores tradicionales, universales y con los principios éticos de la DSI. Su impacto en la sociedad ugandesa sigue siendo muy considerable. 3.2. Valores de la DSI: El papa Francisco resume muy bien toda la DSI, en su Exhortación Apostólica: “Evangelii Gaudium” (La alegría del Evangelio) de 2013, y en su Carta Encíclica: “Laudato Si” (Sobre el cuidado de la casa común), de 2015. Vivimos bajo la ideología del crecimiento ilimitado, que se fija sobre todo en el crecimiento tecnológico y económico. Con este imperativo dominante, se mutila otras muchas dimensiones vitales del ser humano para su vida personal y social. “El hecho es que el hombre moderno no está preparado para utilizar el poder con acierto, porque el inmenso crecimiento tecnológico no estuvo acompañado de un desarrollo del ser humano en responsabilidad, valores y conciencia” (L.S. nº.105). “El problema fundamental es otro más profundo todavía: el modo como la humanidad de hecho, ha asumido la tecnología y el desarrollo económico, como un paradigma de vida homogéneo y unidimensional” (L.S. nº 106). Lejos de ser esta ideología una panacea de los males sociales, los aumenta y agudiza. No nos debería extrañar que en nuestra sociedad de hiperconsumo, aumente también el número de consumidores de medicamentos antidepresivos. El ser humano necesita desarrollar todas sus facultades y capacidades para vivir plenamente. Cuando abandonamos o mutilamos ciertas capacidades vitales, lo intentamos remediar con medios paliativos. El reto principal que debemos afrontar, si buscamos una gestión más ética de los recursos existentes y un desarrollo sostenible para todos, es el de volver a situar las personas y su desarrollo integral, en el centro de toda actividad humana, y política-económica. Las personas primero y las personas más necesitadas con preferencia. Este es el núcleo del Evangelio y de toda la DSI. “Dadles vosotros de comer” (Mc 6,37), lo cual implica tanto la cooperación para resolver las causas estructurales de la pobreza y para promover el desarrollo integral de los pobres, como los gestos más simples y cotidianos de solidaridad ante las miserias muy concretas que encontramos” (EG. Nº188). “Los planes asistenciales, que atienden ciertas urgencia, solo deberían pensarse como respuestas pasajeras. Mientras no se resuelvan radicalmente los problemas de los pobres, renunciando a la autonomía absoluta de los mercados y de la especulación financiera y atacando las causas estructurales de la inequidad, no resolverán los problemas del mundo y en definitiva ningún problema. La inequidad es raíz de los males sociales.”(EG. Nº202). “La dignidad de cada persona humana y el bien común son cuestiones de deberían estructurar toda política económica”. (EG nº 203) (7). Los principios éticos de la DSI nos indican los valores para crecer de una manera diferente e integral, más libre y humana. La acumulación de bienes no debe ser el motor de la historia, porque esto priva a la mayoría de la humanidad de cubrir sus necesidades básicas. La calidad ética del comportamiento humano radica en cuidar de los demás. Estos valores existen en nuestras sociedades, como en las sociedades de otros continentes. Por ejemplo, la filosofía y forma de vida africana: “Obuntu”, que significa: humanidad, interdependencia, identidad comunitaria, la vida es compartir y cuidar de los demás y también de la naturaleza. El “Buen vivir” (Smak Kawsay) de Ecuador y Bolivia es una filosofía de vida basada en la armonía con la comunidad, los demás seres vivos y la naturaleza. Estas y otras formas de vida, no están relacionadas sobre todo con bienes, sino con las personas y los servicios a las personas. Otra característica de estas formas de vida, como también en el Evangelio, es que están centradas en las personas y en las comunidades. Se resalta también los valores culturales, sociales, espirituales, ecológicos, la convivencia, los espacios y los bienes comunes. Toda la DSI se encamina a crear una economía humana y un desarrollo sostenible, al servicio de las personas y del bien común, para vivir en una mayor solidaridad. “En las condiciones descartables y privadas de derechos humanos básicos, el principio del bien común se convierte inmediatamente en una llamada a la solidaridad y en una opción preferencial por los más pobres (LS.nº158). De ahí, el principio básico del destino universal de los bienes, que es anterior a la propiedad privada. Mientras que el capitalismo pone en el centro: la obtención del máximo beneficio, la sacralización del mercado libre, de la propiedad privada, y el materialismo consumista, la DSI en el cristianismo siguen apostando por guardar en el centro: las personas y el bien común de todas las personas, particularmente las más necesitadas.
3.3. Objetivos del ODS: (8) Como ya hemos mencionado, los economistas más reconocidos del mundo, así como la DSI, siguen apostando y colaborando para implementar los principios y valores de los ODS, adoptados por los Pueblos del Planeta. La contribución básica y más relevante para implementar estos ODS, reside en la sociedad civil y en los movimientos sociales. La clave consiste pues en el empoderamiento de la sociedad civil. Como podemos observar, estos ODS, presentan un Plan de acción y una Agenda de trabajo, que se acordó implementar gradualmente para el año 2030, con un programa de trabajo muy concreto, inclusivo, integral y que se centra en el bienestar de las personas, de los pueblos y del Planeta. 4. Alternativos modelos de política económica: Después de un breve análisis de la realidad, con su potencial y con sus retos, y con claros valores de referencia, como los presentados por los economistas internacionales, la DSI y los ODS, presentamos ahora algunas iniciativas de nuevos modelos de economía, que van precisamente en coherencia con los valores indicados. Existen muy variadas iniciativas de una nueva economía que se llama según sus propios seguidores: economía colaborativa, economía social, economía del bien común, economía corporativa, economía ética, etc., y que tienen en común los principales rasgos de ser modelos de economía que se centran en la dignidad de las personas, en el bien común y en la participación de la sociedad civil. Desde que aparecieron en los 80-90, estas formas de economía colaborativa y solidaria, para el bien común, no han dejado de crecer, en Europa y en el mundo. La política partidista y la economía capitalista actual, solo benefician a una minoría acaparadora, provocando el empobrecimiento de la inmensa mayoría, agravando la desigualdad social y condenando a la humanidad a una vida sin trabajo y sin dignidad, destruyendo el Planeta, durante el proceso. Hoy, contamos con los medios necesarios para superar todo tipo de opresión: política, financiera y militar, promoviendo una democracia real y una economía de rostro humano, a través de iniciativas de una economía colaborativa y ecológica para el Desarrollo Sostenible de todos los pueblos, y de una gestión con profesionales íntegros. De hecho, un 35% de la economía en Europa, ya se desarrolla, o bien: en plataformas de economía compartida (transporte, alojamiento, trabajo, etc.) o bien: en actividades de una economía realmente colaborativa (cooperativas, comercio justo, banca ética), y este nuevo tipo de economía alcanzará el 64% del total, en 2025. Un ejemplo concreto, es ANEL (Asociación de Empresas de Economía Social de Navarra)
Lo interesante es que estas empresas de corte cooperativo son capaces de competir en igualdad de condiciones con empresas mercantiles, y esto todavía hoy, causa sorpresa en Europa. La economía social, como las Cooperativas de ANEL no solamente es un vector de desarrollo sostenible, sino que ofrece una economía de rostro humano, donde todas las personas participan y salen beneficiadas. Un nuevo informe de la Organización Internacional del trabajo (OIT) señala que de aquí a 2030 se crearán a nivel mundial 24 millones de nuevos empleos si se ponen en práctica las políticas adecuadas para promover una economía más verde y sostenible. Jean Tirole, es otro economista mundial y Premio Nobel 2014. : “Solo un Desarrollo Sostenible e Integral podrá satisfacer las necesidades humanas en África y en el mundo”. Una economía del Desarrollo Sostenible es la mejor y única alternativa realista al injusto sistema financiero neoliberal actual. Sorprende por tanto ver que tantas personas sigan confiando en los actuales partidos políticos y en sus políticas económicas partidistas. Los partidos políticos actuales son parte del problema y viven del sistema financiero neoliberal. Son por tanto incapaces de sanar las raíces del mal. Según Joan Sanchís, el interés general y el bien común han de estar por encima de la maximización de la rentabilidad económica y financiera. Esta economía del Bien Común potencia una economía colaborativa, que sigue creciendo en la UE y en el mundo. Según este economista, en Europa, los bancos cooperativos, como Fiare Banca Ética, alcanzan una cuota de mercado significativa, del orden del 20-30% de los depósitos, y son respaldados por sus respectivos Gobiernos. Las 44 entidades asociadas a la Unión Nacional de Cooperativas de Crédito mantienen, a través de sus más de 3.000 oficinas y de 12.000 empleados, 51.400 millones de créditos y 68.579 millones de depósitos. El nuevo libro sobre la Economía del Bien Común (EBC) del economista francés Jean Tirole, es sin ninguna duda un tratado económico que da respuesta a los grandes retos actuales de la economía basándose en los principios y valores del modelo de la EBC, que es esencialmente colaborativa. Queremos destacar el caso de las empresas que están implantando ya el modelo de la EBC. Son ya más de 1.000 empresas en todo el mundo, desde que iniciaran el proceso las 100 empresas pioneras en el 2010, lo que nos da una idea de su grado de aplicación. Todo parece indicar que, si las empresas de corte solamente capitalista, como bancos tradicionales, multinacionales y grandes comercios quieren sobrevivir en el futuro, deberán seguir esta nueva forma de una economía más humana, colaborativa, verde y social, para promover un desarrollo integral, inclusivo, ecológico y sostenible.
África y todos los pueblos del Planeta, lo necesitan. 5. Los recientes movimientos sociales: real Democracia y gestión Ética. Ante los retos de una ideología del crecimiento económico ilimitado y en frente de un sistema neoliberal capitalista basado en un mercado libre y una propiedad privada sin límites y controlados por gobernantes poderosos y multinacionales, la mayor esperanza para superar estos males sociales y ecológicos, reside en la sociedad civil animada por dos motores de especial energía: la comunidad académica y profesional, junto con los movimientos sociales, de: jóvenes estudiantes, mujeres y trabajadores. Tanto en África como en el resto de globo, han surgido desde finales del siglo XX, innumerables movimientos sociales, especialmente de jóvenes estudiantes, mujeres y trabajadores, en África y en América del Sur. Solo en África Subsahariana existen ya más de 35 Movimientos sociales, bien organizados y eficaces, que han salvado ya la Democracia en muchos países, como: Burkina Faso, Togo, Mali, RCA, RDC, Sudan, Uganda, Zimbabue, etc. Existen además unos 92 Movimientos Populares de agricultores en muchos países, sobre todo en Suramérica, que buscan activamente: Trabajo, Techo y Tierra para todos. Junto con la diversidad de cada situación concreta en cada país, pueblo y región, constatamos algunas características comunes a todos estos Movimiento Sociales, como son:
En breve, podríamos decir que todos los Movimientos Sociales en África y en el globo luchan por una democracia real y por una gestión ética de los recursos, para promover un desarrollo sostenible, ecológico y humano. 6. Conclusión Es evidente que la política partidista obstaculiza la gestión ética de recursos para el Bien Común, y además el sistema económico capitalista es contrario al Desarrollo Sostenible, ético y Ecológico. Escuchamos todos los días palabras, como “igualdad, diversidad, progreso, pero estos mismos políticos partidistas son incapaces de llegar a acuerdos nacionales, de buscar y trabajar por el bien común de la sociedad. Su comportamiento delata claramente una actitud partidista, exclusiva y fanática, persiguiendo ante todo el poder y el control de los recursos existentes, propio de un sistema capitalista. Como hemos aclarado, el cambio solo puede llegar del pueblo, de una sociedad comprometida para denunciar tales abusos de poder y de recursos, y para promover una gestión más ética y responsable de todos los recursos existentes, priorizando siempre: el respeto a la dignidad de cada ser humano y el bien común. La inclusión de los refugiados e inmigrantes en cada país, es no solamente una cuestión de justicia, sino un nuevo beneficio y oportunidad para las dos partes. Debemos elegir los medios adecuados para conseguir ese objetivo, como son:
Hoy tenemos todos los recursos y medios necesarios a nuestro alcance para afrontar todos los grandes retos de la Humanidad y del Planeta. Ahora necesitamos elegir bien el personal, los medios y el proyecto programático adecuado, para potenciar un desarrollo colaborativo (no partidista), sostenible (no capitalista) y ético. Lázaro Bustince SolaDirector de África Fundación Sur 17 de julio 2019. Notas: 1.- Joseph Stiglitz: “ La Teoría de los Bienes Públicos Internacionales y la Arquitectura de las Organizaciones Internacionales" (1995). 2.- 2018 Ibrahim Index of African Governance. 3.- Informe Mo Ibrahim 2018. 5.- “From Poverty to Power: How Active Citizens and Effective States Can Change the World”. Duncan Green. 2008. 6.- Tom Burgis “ The looting machine..y robo sistemático de la riqueza africana”. Londres 2015, p.4-8 7.- Evangelii Gaudium. Nº. 202-203 8.- ODS de la ONU. 2015 9.- Jean Tirole: La Economía del Bien Común”. 2014. [Fundación Sur]
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