LA NUEVA PARTICIÓN DE ÁFRICA

13/02/2012 | Editorial

Los acontecimientos que tienen lugar en algunos países de África, como Somalia, R.D. del Congo, Mali, Sudan etc., muestran claramente que estamos ante una nueva partición de varios países de África.

Esto significa que los propios gobiernos ya no controlan los territorios que se encuentran dentro de sus propias fronteras. Estamos constatando cómo diferentes grupos armados, y hasta algunos gobiernos vecinos, controlan grandes extensiones de dichos países en peligro. En esta carrera frenética por tierras, carburantes y metales preciosos, entran también poderosos países extranjeros.

Hemos observado la partición real de Somalia durante los últimos años. Somalia, por ser un país tan estratégico, es codiciado por grupos armados como El Sabah, países vecinos y grandes poderes mercantes del petróleo.

La R.D. del Congo está observando como el Este del país: las regiones de Bukavu, Goma, Bunia y Mahagi, están siendo controladas y saqueadas desde hace varios años por algunos grupos armados locales, además de los gobiernos de Ruanda, Uganda y Angola. Existen grandes potencias mundiales que están involucradas en al saqueo de los recursos naturales y minerales de la R.D. del Congo.

Mali es quizás el último país africano que apenas puede ya controlar sus propias fronteras ante los ataques duros y persistentes de los Tuaregs, los señores del desierto. Los Tuaregs siempre han deseado tener su propio país pero el gobierno de Mali y otros se resistían. Ahora los Tuaregs, fuertemente armados y reforzados por el antiguo régimen de Gadafi, se sienten fuertes y capaces de conseguir sus objetivos. Según muchos observadores, los grupos armados de Alcaida también controlan parte de los territorios en esta región.

El Sudan del Sur y la región de Darfur son también el escenario de muchos grupos armados y de crecientes divisiones, a pesar del nuevo Sudan del Sur que alcanzo su independencia en 2011.

En todos estos casos, prevalece la “ley de la jungla” o “la ley del más fuerte” para apropiarse de los abundantes recursos naturales y minerales abundantes en estos territorios o para implantar su propio control por razones fundamentalistas o estratégicas.

El nivel de educación escolar va subiendo por casi todo el globo, pero el nivel de cultura, madurez humana y respeto de los derechos humanos parece caminar en dirección opuesta. Todos somos responsables.

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