La masacre de los seguidores de la oposición llevada a cabo por los soldados en septiembre en la capital de Guinea Conakry, equivale a un “crimen contra la humanidad”, según ha declarado el ministro francés de Exteriores, hablando del informe de la ONU.

El pasado 28 de septiembre, según el informe que ha elaborado la ONU, las tropas leales a la junta del gobierno de Guinea Conakry, apuñalaron, dispararon y torturaron hasta la muerte a al menos 156 personas y violaron, mutilaron o esclavizaron a 109 mujeres y niñas.

El informe dice que considera que existen pruebas suficientes para responsabilizar personalmente al líder del régimen militar, Moussa Dadis Camara, ante la justicia internacional, por un crimen contra la humanidad.

El ministro de Exteriores de Francia, Bernard Kouchner, ha dicho que el informe ha sido distribuido entre los representantes de los miembros del Consejo de Seguridad de la ONU en Nueva York, el pasado fin de semana y que él aprueba las conclusiones de dicho informe.

“El episodio en el estadio de Conakry concierne tanto a Guinea como al resto del mundo, porque fue un crimen contra la humanidad”, señaló Kouchner en París. “Creo que es necesaria una investigación específica por parte del Tribunal Penal Internacional (…) no sé si eso será suficiente, legalmente hablando.”

Derramamiento de sangre en la Junta

Camara se hizo con el poder en Guinea en diciembre del año pasado, en un golpe militar llevado a cabo inmediatamente después del fallecimiento del anterior presidente, Lansana Conté.

Su inestable régimen no ha sido reconocido por la Unión Africana, ni por el resto de la comunidad internacional, y su plan de presentarse a las próximas elecciones como líder civil, ha sido recibido con protestas masivas.

En septiembre, las fuerzas de Camara atacaron a los manifestantes de una protesta organizada por los grupos de la oposición, que se habían concentrado en el estadio de la capital, Conakry.

Según los testigos, grupos de derechos humanos y ahora un informe de 60 páginas de la ONU, la manifestación fue salvajemente reprimida por soldados que dispararon, apuñalaron, mutilaron y violaron a cientos de personas atrapadas.

Algunas mujeres y niñas fueron llevadas a los cuarteles y casas de los oficiales para servir como esclavas durante varios días. Otras fueron violadas en la escena con bastones y cuchillos, a algunas de ellas les metieron rifles por la vagina y después dispararon.

Los autores del informe han entrevistado a 700 testigos y advierten que pueden confirmar que el número de muertos y heridos es probablemente más alto de los cálculos oficiales.

Camara fue disparado él mismo, resultando herido, por su ayudante Aboubakar “Toumba” Diakité, el 3 de diciembre, después de que elementos de la Junta se enfrentasen unos a otros sobre quién debería ser culpado del derramamiento de sangre.

Actualmente se encuentra en Marruecos donde está siendo tratado de sus heridas, mientras que su atacante sigue en paradero desconocido, dentro de Guinea.

Se teme que pueda surgir una guerra civil si Camara vuelve al país, pero el régimen ha advertido que se resistirá ante cualquier intento de desplegar una fuerza de paz internacional.

(News24, 22-12-09)