La juventud africana empujada a la servidumbre

18/03/2011 | Opinión

Las juventudes africanas se encuentran en un gran dilema.

Ven como sus líderes longevos retienen las voces discrepantes sin el debido proceso, roban al pueblo a través de la corrupción, cometen fraude electoral, masacres contra las poblaciones, e incluso cómo les bombardean como ha ocurrido recientemente en Libia.

Uno hubiera pensado que los juguetes y jugar con juguetes eran solo para los niños.

En África no, la juventud ve consternada cómo sus líderes juegan con sus juguetes -lujosos coches, motos y jets privados.

Hambrientos y enojados, los jóvenes se quedan mirando al borde del camino.

En lugar de criticar a Estados Unidos por repartir miles de millones de chelines para influenciar a los jóvenes kenianos, cualquiera que no forme parte de la juventud debería pararse a pensar sobre el rol que juega en el dilema a que se enfrentan estos jóvenes.

Debido a las circunstancias los jóvenes africanos se ven obligados a optar por preferir tener los padres de sus vecinos, simplemente porque viven en un hogar muy violento y abusivo.

Los que andan con juguetes

Vemos a muchas parejas extranjeras llevando en sus carritos a niños adoptados de Kenia, que supuestamente fueron abandonados en algún contenedor o baño.

Conocí a un ciudadano europeo originario del África Occidental resentido porque nunca había logrado superar el hecho de que sus padres lo “vendieran” a un país donde se respeta tan poco a los negros.

En el remoto país de Kenia, puedes ver “proyectos de desarrollo” dirigidos por ONG internacionales y gobiernos extranjeros.

En la ciudad se ven enormes construcciones privadas para las familias con conexiones políticas. Los otros padres, simplemente, “se preocupan más” que los kenianos.

La única vez que “los que andan con juguetes” muestran algún interés por la juventud africana es en tiempo de elecciones.

Durante las campañas políticas, les dan paseos gratuitos a los jóvenes en sus juguetes, el alcohol fluye gratuitamente, e incluso les dan acceso a los números de teléfono de la élite política.

Después de las elecciones, se cambian los números de teléfono, los líderes se rodean de guardaespaldas que empujan fuera del camino a los jóvenes. Esto se ha convertido en un ciclo que se repite cada cinco años.

El respeto por los mayores en los países occidentales se debe al hecho de que han contribuido a construir sus países trabajando, a través de los impuestos y yendo al servicio militar.

¿Cómo podemos esperar que la juventud respete a aquellos que han robado y bombardeado su futuro?

Nuevas ideas

He tenido el honor de dirigirme a los jóvenes europeos en foros apoyados por el sector privado y el gobierno, que proporcionan a estas juventudes la oportunidad de debatir sobre cuestiones que afectan a la sociedad.

En Estados Unidos, se los conoce como escuelas de verano.

Las juventudes de los países desarrollados acceden al liderazgo con el objetivo de avanzar. Contribuyen a las cuestiones nacionales.

Son enviados por todo el mundo como asistentes y vuelven con nuevas ideas que insuflar en sus sistemas nacionales.

Esto no ocurre en África, donde los jóvenes no conocen ni su propia historia, como en la película “Los dioses deben estar locos” en la que van a pié buscando el final del mundo.

La competencia global para dominar y controlar los recursos es desagradable y es conocida por no tomar prisioneros.

Cegados por los beneficios a corto plazo que supone echarle la culpa al vecino, las familias africanas están, lenta pero firmemente, desheredando a sus hijos.

Cuando el 42, 3 por ciento (de los cuarenta millones de kenianos) menores de catorce años lleguen a los cincuenta se habrán convertido en siervos de las potencias mundiales.

¿Podrán los líderes de hoy en día o los líderes de la juventud solucionar esto? No, porque su software y su sistema operativo está ya corrompido.

JAMES SHIKWATI

El señor Shikwati es director de la Red Económica Interregional.

Publicado en Africa Review, Kenia, el 9 de marzo de 2011.

Traducido por Alicia Roca Canales, alumna de la Universidad Pontificia Comillas de Madrid Traducción/Interpretación, colaboradora en la traducción de algunos artículos.

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