La injusticia de la visa para los viajeros africanos

12/09/2016 | Opinión

Para numerosos ciudadanos africanos, obtener una visa turística para Europa representa una carrera de obstáculos, incluso una misión imposible.

Viajar a través de África es más fácil para un americano que para un ciudadano africano. Sin visa, el primero puede dirigirse en promedio a más países que el segundo. Una verdadera paradoja que ya explicamos en Slate Afrique. A partir de esta constatación, es fácil imaginar que un congolés o un tunecino que quiera pasar sus vacaciones en el hemisferio norte chocará con una pared.

En este periodo estival en Europa o en América del Norte, numerosos ciudadanos africanos con los bolsillos bastante llenos que pueden volar en avión hacia otros cielos, lo que es ya un lujo enorme en África, se enfrentan a la dificultad de obtener una visa para países que ven en cada viajero del sur, un potencial migrante.

Para el caso particular de Francia, que es un destino importante para los turistas de África francófona que quieren visitar a sus parientes instalados en el hexágono o simplemente descubrir la expotencia colonial que mantiene aún numerosos lazos culturales y económicos con su antiguo “dominio”, la misión es ardua para los solicitantes de visa turística.

visa-int.jpgAtestación de acogida en Francia

Los servicios consulares exigen numerosos justificativos y documentos, así como importantes ingresos financieros.

Para ir a Francia, tuve que entregar una atestación de acogida en Francia y la persona que me recibiría tuvo que probar que podía apoyarme financieramente con una suma de al menos 32 euros diarios. Y para los senegaleses que no tienen un perfil “internacional, es casi imposible partir”, señala Lala, periodista en Dakar que anteriormente ya vio rechazada una solicitud de visa para ir a Francia durante sus últimas vacaciones de invierno.

Después de haber enviado su expediente a la embajada con todos los documentos exigidos, la respuesta que recibió fue que “las razones de su estadía no eran claras”. Sin embargo, ella ya había viajado a Francia en varias ocasiones por motivos profesionales. “Era injusto, pues antes ya había viajado y regresado”. Luego de haber tocado a la puerta del consulado, finalmente obtuvo el precioso timbre para tomar el avión. Pero con una condición.

Me respondieron que finalmente estaba ok para partir, pero que yo debía pasar al consulado a mi regreso para probar que había vuelto. Cuando volví no lo hice, tenía demasiadas cosas que hacer, y no tenía tiempo para perderlo en eso. Entonces me amenazaron por teléfono con no volver a concederme nunca más una visa si yo no iba a confirmar mi regreso. Me vi obligada a hacerlo”, cuenta Lala.

“Estoy desmotivado por la cantidad de papeles a entregar”

Contacté al consulado francés de Dakar para saber más acerca de su política de visa, exponiéndole el caso de Lala.

He aquí su respuesta

Generalmente, el rechazo de expedición de visa es consecuencia de la presentación de un expediente incompleto o de fraude. La tasa de expedición de visas era, por el año 2015, de 71% o sea ¡alrededor de 26.000 visas concedidas de 38.000 solicitadas! Es necesario saber que el consulado francés de Dakar es la oficina francesa que entrega la mayor cantidad de visas de la subregión. El solicitante tiene de igual manera la posibilidad de apelar si la visa no es concedida.

Sin embargo, los servicios consulares no tienen estadísticas particulares para las visas turísticas. “No obstante, es necesario saber que la mayor cantidad de solicitudes de visa (y en consecuencia de visas expedidas) concierne las visas de corta estadía (duración inferior a 90 días), que integran las visas para turismo”, explica Aurélie Carlot de la embajada de Francia en Dakar.

La tasa de aceptación, que es mucho menos elevada que la de los franceses que solicitan una visa para un país africano, cuando esto les es solicitado lo que es raro en África francófona, no es tan drástica. Pero los numerosos documentos solicitados por los consulados franceses desaniman a un buen número de ciudadanos del continente a realizar una simple solicitud, lo que no es evidente en las estadísticas.

“Se ve a los europeos circular por todas partes sin problemas…”

Como congolés siempre encontré eso injusto. Que los europeos todo el tiempo nos den negativas mientras que para venir aquí ¡algunos ni siquiera necesitan visa! Personalmente nunca he solicitado visa porque estoy desmotivado a causa de la cantidad de papeles que hay que entregar y toda la burocracia de los consulados”, dice Martial Panucci, un rapero congolés que sueña con viajar a Europa para dar conciertos.

Sarah Ben Hamadi, una joven tunecina, explica que en numerosas ocasiones ella pudo obtener una visa para Francia, pero que las gestiones son siempre muy largas y laboriosas y hacen imposible todo viaje para los tunecinos con menores ingresos.

De hecho para poder obtener una visa es necesaria una atestación de trabajo, una liquidación de sueldo de los tres últimos meses, un histórico de la CNSS (seguridad social), una asignación para turismo con un mínimo de 50 euros diarios, una reserva en un hotel o una carta de alojamiento hecha en la prefectura de la persona que recibe a quién también se le solicitan muchos papeles. En varias ocasiones fui a Francia y nunca tuve problemas en obtener una visa. Pero encuentro lamentable pedir tantos justificativos para poder viajar cuando se ve a los europeos circular por todas partes sin problemas. El hecho de que soliciten tantos justificantes para pasar unas vacaciones en Europa, hace que uno diga que hay algo que no marcha bien. Si no se demuestra una cómoda situación financiera, no se tiene derecho de visitar Francia y el espacio Schengen generalmente. Sin hablar de lo del acceso a tanta información sobre una persona que sólo pide disfrutar sus vacaciones”, confiesa.

El consulado francés en Túnez, al que contacté a propósito de la política de visa establecida, se contentó con responderme que “el número de visas expedidas a los ciudadanos tunecinos está en alza constante desde 2014. Eso desmiente la existencia de las dificultades a las cuales usted hace alusión”.

La falta de humanidad de la burocracia

También hay casos en que se enfrentan a una burocracia que a veces carece de humanidad.

Una liberiana de 17 años que vive en Conakry, en Guinea, quería encontrarse con su madre durante el verano por tres meses. Esta última estaba instalada en la región parisina desde hace algunos años. Es la tutora de la adolescente que vive con ella quien notificó la solicitud de visa al consulado francés. “La madre se había casado y estaba en una situación complicada. Tuvo la posibilidad de llevar sólo a uno de sus dos hijos a Francia”, explica una persona cercana acerca del expediente. “La idea para su hija, era llevarla a Francia para que viera a su madre, pero también para que consulte por las crisis de epilepsia de la cual es víctima. Salvo que la embajada le consultó si ella solicitaba una visa turística o una visa médica”. La adolescente responde que ella solicita una visa médica y es examinada por el médico del consulado. Este da luz verde, pero la embajada no continúa. La familia presenta un recurso, como tiene el derecho, y espera aún una respuesta.

El problema con la administración francesa es la incompatibilidad entre la situación real de los solicitantes de visa y lo que ella exige”, concluye la amiga de la familia de la adolescente liberiana que ayudó en las gestiones.

Historias como esta, que manifiestan la frustración y la cólera, son innumerables en el continente. Cuando habíamos planteado la pregunta en twitter, las respuestas se multiplicaron, bajo el símbolo de “la injusticia de la visa”.

Camille Belsoeur

SlateAfrique

[Traducción, Jeimy Henríquez Cáceres]

[Fundación Sur]

Autor

Más artículos de Administrador-Webmaster