La imagen de la UNESCO peligra por la polémica sobre el premio Teodoro Obiang

17/06/2010 | Opinión

El organismo de las Naciones Unidas a cargo de la ciencia y la cultura, UNESCO, tiene una reputación estable. Pero después de la polémica surgida por el premio que lleva el nombre del presidente de Guinea Ecuatorial, Teodoro Obiang Nguema Mbasogo, la imagen de la sexagenaria UNESCO ha sido puesta a una dura prueba.

Recordemos que en efecto, el presidente de Guinea Ecuatorial ha dado tres millones de dólares a esta organización de la ONU, con sede en París, la mitad de esta suma irá destinada a los galardones de los próximos cinco años y la otra mitad, estará destinada a los gastos de funcionamiento.

Cuando se ha querido proceder a la adjudicación de este premio UNESCO-Obiang Nguema para la investigación en ciencias de la vida, los activistas de derechos humanos y otros militantes de la lucha anticorrupción no ha parado de expresar su indignación y condenar el premio públicamente.

El presidente ecuatoguineano es un dictador más que usurpó el poder en su país el 3 de agosto de 1979, a su tío, el presidente Macías N’Guéma, también tristemente recordado en materia de derechos humanos. Desde entonces, 31 años, Teodoro preside el destino de Guinea Ecuatorial, donde desde hace algunos años, ha salido a flote el petróleo.

Si este pequeño país de 28.000 kilómetros cuadrados se ha convertido en un gigante del petróleo africano, con una riqueza ostentosa que están mostrando sus dirigentes, que son numerosos, sus habitantes siguen estancados en la pobreza allí, donde la libertad de expresión y la democracia no están precisamente garantizadas. Para muchos observadores, la UNESCO “se ha disparado en el pié” dando un cheque en blanco a un déspota que regularmente es reelegido con la cifra estalinista de al menos 98 %.

En marzo pasado, numerosos ecuatoguineanos en el exilio, además de científicos respetables, no habían cesado en hacer llegar sus comentarios y sus pronunciamientos al respecto a la búlgara Irina Bokova, patrona de la UNESCO, para hacerla partícipe de su desacuerdo con este premio presidencial.

Ellos consideran que Obiang no es más que un déspota que, después del boom petrolero de su país, no ha consagrado más que una pequeña parte de sus beneficios a la mejora de las condiciones de vida de sus ciudadanos. En lugar de donar este dinero a la UNESCO, ellos piensan que este dinero hubiera sido más beneficioso si se hubiera destinado al sistema educativo ecuatoguineano, mal subvencionado, para la adquisición de libros, de pupitres y otros materiales básicos…

Y sin embargo, según estadísticas fiables, el país de Teodoro Obiang es el cuarto mayor productor de petróleo de África, con una renta per cápita de 36.000 dólares en 2009, más alta que Israel, Italia o Arabia Saudí. Paradójicamente, la mayoría de los indicadores, clasifican al país en los últimos puestos mundiales, con una esperanza de vida en torno a los 50 años y una tasa de escolarización en primaria en descenso.

Esta polémica ha alcanzado su punto más álgido cuando la familia del dictador en Malabo debe enfrentarse a una polémica por la mala utilización del maná financiero generado por el descubrimiento y la explotación del oro negro, y la UNESCO debería pensar seriamente sobre la concesión de este premio querellado. Una mala gestión de este asunto podría manchar su imagen de forma permanente.

BOUREIMA DIALLO

(L’Observateur Paalga, Burkina Faso, 17-06-10)

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