La falta de acceso al crédito dificulta las cosas a los agricultores del este de la RDC

23/12/2009 | Crónicas y reportajes

Bukavu. Los cientos de cooperativas de ahorros y créditos que operan en el Kivu Sur deberían estar proporcionando una oportunidad para desarrollar la agricultura y combatir la inseguridad alimentaria en la provincia, pero pocos agricultores han podido beneficiarse de ellas.

Félicien Zozo Rukeratabaro, un abogado de derechos humanos para la acción social y rural, una ONG con sede en la principal ciudad de la provincia, Bukavu, dice que “Ni un solo pequeño agricultor puede acceder al apoyo financiero o al crédito de ninguna de estas cooperativas, que están preocupadas sobre todo por transacciones especulativas y sólo en las actividades que producen un beneficio inmediato en sí mismas”.

Explica a IPS que “Todas las cooperativas tienen condiciones estructurales para acceder al crédito. Pero, a menudo, las garantías que necesitan la mayoría no pueden ser cumplidas por los pequeños agricultores, que por lo general son muy pobres”.

“¿Cómo vamos a ser ricos? Y ¿cómo podremos producir más para vender el excedente y ahorrar para pagar el crédito obtenido, si no podemos tener seguro el apoyo financiero inicial de las cooperativas?”

La cuestión es planteada por Augustine Baliahamwabo, que produce “lenga-lenga”, una verdura muy consumida en el este. También produce cassava en su granja en el pueblo de Kabare.

Baliahamwabo dice a IPS que ella “produce cerca de 500 kilos de lenga-lenga por temporada y emplea a tres mujeres en el pueblo para vender los productos en Bukavu. Estas mujeres, cada uno lleva alrededor de 100 kilos de verdura en su cabeza o a su espalda, caminan los 55 kilómetros que hay desde Kabare hasta Bukavu, donde venden las verduras y vuelven con aproximadamente 25 dólares, obteniendo un beneficio de 10 dólares por la venta de la carga de cada una de ellas”.

“Todo lo que necesito es poder pagar a más agricultores y organizar la distribución de las verduras y la cassava que produzco, de sólo dos temporadas. Entonces, podría producir más, Una suma de 1.000 dólares me permitiría ser más independiente después de tan sólo un año de trabajo”, dice, señalando que ella emplea a trabajadores agrícolas cada día.

Desde el estallido de las guerras que han asolado el este de la República Democrática del Congo, la provincia del Kivu Sur ha sufrido inseguridad alimentaria, particularmente por el declive en la producción agrícola.

“Ninguna de estas cooperativas se preocupa por nosotros. Y eso que somos nosotros los que alimentamos a toda la ciudad de Bukavu así como a nuestros propios pueblos”, asegura Jardon Ngabo Y’eka, un productor de patatas dulces y zanahorias en Ngweshe, un pueblo a 70 kilómetros de Bukavu. “No podemos producir suficiente para vender y algunas veces nos vemos obligados a limitarnos a la agricultura de subsistencia, incluso teniendo grandes extensiones que podríamos estar utilizando perfectamente para producir más alimentos y llenar los mercados”.

Ngabo Y’eka dice a IPS, “en realidad, las cooperativas no nos están pidiendo que demos garantías de pago del crédito. Simplemente, tienen miedo porque la mayoría de nosotros somos verdaderamente pobres. Pero aún así, tenemos tierra para utilizar como garantía”.

Añade: “Yo también tengo una pequeña granja de donde saco leche regularmente, de mis dos vacas, y ocho cabras, pero esto es sólo para el consumo familiar. ¡Todo esto podría servir como garantía de pago de un pequeño crédito de 1.000 dólares!”.

Vénantie Mucuba es un agricultor de Mushekere, otro pueblo situado a 45 kilómetros de Bukavu. Ella declara a IPS “Si tuviera un crédito de 1.500 dólares a pagar en un año, podría producir una media de dos toneladas de alubias. Utilizaría este dinero para contratar a al menos 10 trabajadores agrícolas, comprar sacos de 50 kilos y organizar el transporte de las alubias a Bukavu. Allí, las vendería y podría obtener un beneficio de más de 2.000 dólares al final del año”.

Pero Charles Kabashali, gerente de la Sociedad Mutua Cristiana para el Ahorro y el Crédito, que tampoco da créditos agrícolas, ve las cosas de un modo diferente. “Involucrarse con productores que en su mayoría están en los pueblos es algo bueno”, comenta a IPS.

Sin embargo, “allí no hay seguridad, ni electricidad, ni infraestructuras que permitan a las cooperativas apoyar de manera efectiva a los pequeños agricultores, y al mismo tiempo estar protegidos ante cualquier pérdida de capital invertido por los miembros de las cooperativas”.

Aimée Busime dirige la Cooperativa de Crédito y Ahorros de Kivu Sur. Ella dice a IPS que “si los pequeños agricultores pudieran formar grupos, podríamos ayudarles a acceder al crédito, sin superar los 2.000 dólares cada uno. Pero ellos deben dar garantías personales; o lo que es lo mismo, uno de ellos debe ofrecer suficientes garantías de pago del crédito concedido”. Añade: “deben ser ellos los que se organicen entre ellos mismos y no nosotros los que les empujemos a cumplir las condiciones para obtener un crédito”.

Por su parte, Chikos Mushamuka, residente de Bukavu, dice a IPS: “en realidad, estas cooperativas podrían tener un poco de buena voluntad. Si así fuera, podrían levantar de manera significativa la economía agrícola de toda la provincia”.

“En todos los pueblos e incluso en Bukavu, varios centenares de pequeños agricultores están produciendo valientemente verduras, alubias, leche de vaca, patatas dulces, bananas, carne de cabra y cerdo, así como pescado del lago Kivu. Esto podría alimentar a más de tres millones de personas”, destaca Mushamuka y añade que “apoyar a estos agricultores combatiría de manera efectiva la inseguridad alimentaria, particularmente en Bukavu, donde muy pocas familias todavía tienen una nutrición de calidad o comen con regularidad”.

(Este es el primero de dos artículos sobre los obstáculos de los pequeños agricultores en la República Democrática del Congo)

Emmanuel Chaco

Publicado en IPS, el 22 de diciembre de 2009.

Traducido por Rosa Moro, de Fundación Sur.

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