La explotación de nuestros recursos mineros y petrolíferos, un reto para el despegue económico de Níger

18/11/2011 | Opinión

A finales de este mes noviembre de 2011, se espera que salgan, por fin, los primeros barriles de petróleo producido en Níger. Este país es uno de los mayores productores de uranio del mundo, la totalidad del cual (produce más del 8 % del total mundial) es vendido a la gigante nuclear de Francia, Areva.
Se lleva explorando su petróleo desde los años 50 y 60, más seriamente desde los años 90. Las compañías que operan en Níger son además de la China National Petroleum Corp. CNPC, Shell, ExxonMobil, Chevron y TG World Energy, que ahora ha sido comprada por TVI Pacific.
Níger está en el puesto 186 de 187 países, en el último Índice de Desarrollo Humano de la ONU.

El despegue económico de nuestro país [Níger] y la mejora de las condiciones de vida de su población, no pueden ser generados por otros en nuestro lugar, ni aunque sea la filantropía mundial. Cada país, cada pueblo debe defender intensamente sus intereses en los meandros de la cooperación y las convenciones, principalmente las relativas a la valoración de sus recursos naturales. Níger se comprometió ayer con el uranio, hoy lo hace con el petróleo. Las condiciones de vida de la población nigerina deberían cambiar lógicamente (cualitativamente, por supuesto).

Pero para eso debe haber una voluntad política y popular nacional, por no decir nacionalista, que imprima una determinación firme y patriota en vistas a una explotación ventajosa de sus riquezas, que serán organizados para orientarlos a producir más riqueza nacional, para el bienestar de todos y la prosperidad en Níger. La esclavitud, la colonización, la trata de negros, el pillaje económico y de recursos mineros, el imperialismo y el neocolonialismo político-económico, la democratización sugerida con fuerza, la nueva fórmula de cooperación 2G “ganar-ganar” (todas las partes ganan), o mejor, “ganador-retado”, y la cooperación bajo la nueva fórmula de “no injerencia” chino africana, tales son las estrategias imaginadas, insidiosamente puestas en práctica en el continente africano, a lo largo de toda la historia, para asegurarse el control de las enormes riquezas de África.

El continente se ha encontrado y se encuentra espoliado, arruinado, empobrecido, convertido en sirviente, muy a menudo con la complicidad sino la perfidia de ciertos de sus hijos pomposamente clasificados como élite africana. A través de estos mecanismos tan sutiles, nuestros bienes económicos, mineros, forestales, petroleros, de pesca, y muchos otros son tomados, enviados a los países que controlan la política internacional y la economía mundial, integrados en sus economías nacionales respectivas, aportando bienestar y desarrollo a sus respectivos pueblos. A la inversa, ellos asfixian la economía africana, atrofian nuestros medios de desarrollo, empobrecen nuestros países y nuestros pueblos y mantienen nuestros estados en una posición de dependencia perpetua regada de préstamos y de ayuda técnica engañosa, todo ello embalado de chantaje y de cooperación tenebrosa.

Níger, como todo buen país africano, no escapa a ninguno de estos mecanismos de expropiación bien pensada de sus riquezas, principalmente de su subsuelo, aunque en lugar de una superficie rica como la madera, nosotros tenemos grandes extensiones de desierto como el Ténéré o el Tal, que, por el momento, no interesan más que a algunos turistas en busca de grandes espacios y vistas panorámicas. África reclama o más bien mendiga un puesto permanente en el Consejo de Seguridad. Pero en algún lugar del mundo se dice que “para participar en un festín felino, hay que ser de los suyos”. La plaza de África en todas las instituciones mundiales debe ser obtenida por el rendimiento y la fortaleza de su economía y la afirmación enérgica de su voluntad política.

Cuando nuestros dirigentes abran los ojos, se meten en vehículos de lujo, beben agua mineral embotellada y dan discursos, deben pensar y mirar en AFRICANO, en honor al continente y a los pueblos africanos en nombre de los cuales ellos están allí, donde muy a menudo, desgraciadamente, tienden a pronunciar alocuciones a priori sin impacto real sobre los grandes tomadores de decisiones del mundo y sobre la vida de las poblaciones africanas. África debe reencontrarse, actuar y valorarse defendiendo y protegiendo sus bienes y sus pueblos. Es impensable que nuestros recursos alimenten las economías y el desarrollo de todos los demás continentes e inversamente las poblaciones africanas permanezcan atrapadas por la asistencia alimentaria, para poder sobrevivir.

¿Cómo puede ser tan fácil comprender que dios, la naturaleza y el suelo nos hayan dado tanta riqueza, pero nosotros seguimos siendo pobres? En África el tendero es siempre rico, a menos que quiebre, algo que sobreviene a menudo por culpa de sus amigos y parientes. ¿Cómo se pueden vender regularmente materias que valen dinero y son codiciadas y seguir siendo pobres? La responsabilidad republicana y de la democracia no es simplemente crear e implantar instituciones que por otra parte a menudo también están mal animadas, ignorando aquello por lo que han sido creadas. La organización y el ejercicio del poder en manos de la voluntad del pueblo debe ser ejercida en honor del pueblo y asegurarle en bienestar, la justicia, la seguridad y la estabilidad.

El rol cardinal de la república (o más bien del presidente de la República) es velar por el respeto de la constitución. Y todo el arsenal constitucional contribuye a garantizar al pueblo la paz, la educación, el desarrollo sostenible, la prosperidad y la igualdad. Nuestros dirigentes deben aplicar una política deseada por el pueblo, cuyas preocupaciones esenciales están relacionadas con la lucha contra la precariedad, la pobreza y las enfermedades. Y estos males no pueden ser derrotados sin la valorización constante de nuestros recursos, una asociación digna de rechazar el vocablo 2G (ganador-retado) para volver a levantar la cabeza y defender la posición de igual a igual, en todas las transacciones que tengan que ver con nuestros productos. Esta reorientación valiente pasa también por la presencia más marcada de nuestros estados en la cadena de explotación de nuestros recursos, de instancias técnicas en las estructuras administrativas de gestión y de control.

Es inadmisible que nosotros estemos a distancia o insuficientemente presentes en el circuito y el mecanismo de gestión de los diferentes equipos creados para explotar nuestros recursos mineros y petroleros. Por otra parte los nigerinos que trabajan en estas estructuras, encargados de funciones técnicas y administrativas importantes, deben proteger los intereses del estado y no dejarse comprar por los salarios elevados de los que se benefician. Por tanto, es importante que los ejecutivos puestos a disposición de estas unidades de producción sean ciertamente competentes, pero deben ser sobretodo nacionalistas, patriotas, dispuestos a proteger los intereses de nuestro país. El estado debe conferirles suficiente autoridad y apoyo para que lleven a cabo su misión.

No hay filantropía en los intercambios y procesos comerciales internacionales. Todo país defiende sus intereses. Francia defiende sus intereses. China defiende sus intereses. Níger debe obligatoriamente defender sus intereses, en base a los principios y exigencias de nuestra constitución y de la expectativa del pueblo nigerino, de salir de la miseria casi fatalista. El pueblo nigerino tras la mala temporada agrícola espera no morir de hambre ni de desesperación. La solución no vendrá de la distribución de unos cuantos sacos de maíz o de sorgo. La solución vendrá del apoyo consecuente a la producción y de la aportación de los medios apropiados a los agricultores y a los ganaderos, para la promoción de este sector. Y la adquisición de medios de producción no podrá ser rentable hasta que no sean adquiridos por los esfuerzos propios del Estados, a partir de la movilización de los ingresos nacionales.

La explotación del uranio y del petróleo (cuyos primeros barriles se esperan para finales de noviembre de 2011) debe ser controlada e incluso renegociada para asegurar el apoyo a la agricultura en un futuro cercano e iniciar el despegue económico después. Eso sería verdaderamente posible si nuestra constitución, el honor, la dignidad y la voluntad marcasen nuestras decisiones. Para que el pueblo nigerino salga de la miseria, hace falta que los recursos mineros y petroleros de Níger sean negociados y explotados teniendo en cuenta el interés de nuestro país y de su pueblo. También hay que responder a la exigencia constitucional de transparencia, transparencia tanto en el contenido de los contratos como en la utilización de los beneficios resultantes de toda la cadena. La cuestión de estos recursos importantes y estratégicos para el desarrollo de nuestro país debe ser motivo de una gran preocupación para nuestra Asamblea Nacional. Las ONG y asociaciones también deben preocuparse.

Podría celebrarse un foro nacional para exponer lo que se ha hecho hasta ahora en este campo y los correctivos que hacen falta aportar para que nuestro país encuentre su lugar en los meandros técnico políticos de la explotación y la comercialización, a menudo tenebrosa, de estos recursos. Se podría crear una Alta Autoridad o un Alto Comisariado, para la vigilancia y la salvaguardia de nuestros recursos mineros y petroleros, encargados de las acciones de protección y apoyo a una explotación beneficiosa de estos recursos y de la utilización oportuna de los ingresos y derivados económicos y técnicos que se generen. Estas disposiciones tendrán lugar con la afirmación de una voluntad política de buen gobierno en la gestión de los recursos mineros y petroleros.

Pero es necesario que las malversaciones, la corrupción y todas las formas de actos ilegales cesen en nuestro país, por el respeto al pueblo nigerino.

Escrito por Katiella

Publicado en TamTamInfo, Níger, el 17 de noviembre de 2011.

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