La discriminación racial rompe la solidaridad

18/03/2019 | Editorial

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Como casi todos los días son ya “días internaciones” de algún aspecto de la vida social, esta semana me han llamado la atención, dos propuestas: el día para la erradicación de la discriminación racial y el día internacional de la felicidad, dejando el agua, la poesía y otras ideas para la semana.

La discriminación racial existe en cada sociedad, en algún grado. En África, hemos vivido también los efectos de esta discriminación racial.

En medio de tanta discriminación: cultural, clase social, religiosa, regional, nos centramos hoy en esta discriminación racial o étnica que tanta violencia y sufrimiento ha causado y sigue provocando.

Si miramos a la historia reciente de: RDC, Sudán, Sudáfrica, Kenia, Ruanda, Uganda y otros muchos países, vemos cómo este antagonismo y hasta odio tribal puede causar guerras civiles, migraciones forzosas y hasta genocidios, como lo hemos vivido.

La razón más profunda de esta discriminación racial, no radica en la diversidad, ni en la historia, sino que brota de una mente contaminada y esclavizada, que necesita liberación y regeneración, y de un corazón enfermo por falta de empatía, aprecio y acogida.

Niños-as que han nacido y crecido en campamentos de refugiados, necesitarán un acompañamiento y ambiente más familiar, para sanar las heridas e integrar los traumas vividos.

Nuestro sistema educativo tiene una gran responsabilidad para promover y motivar a los jóvenes con valores humanos universales, para que puedan acoger y valorar a todas las personas que nos acompañan, con toda su diversidad.

Actitudes fundamentalistas, tan comunes hoy también, solo sirven para aumentar la discriminación. Muchos líderes políticos partidistars necesitarían un buen periodo de educación ética.

Es una tarea urgente de toda la sociedad, y particularmente de educadores y líderes sociales, el promover actitudes y comportamientos que sepan acoger y valorar la diversidad, para poder vivir en igualdad y en dignidad.

La segunda propuesta de la semana sobre la Felicidad me hace sonreír un poco, quizás porque me recuerda la idea de que la felicidad es como un artículo más de compra y consumo.

Una lluvia de promociones nos llenan los móviles cada día, para llevarnos por el camino del consumo fácil, rápido y casi necesario.

Si nos dejáramos llevar, podríamos vivir esclavizados cada día por semejante bombardeo promocional.

Sabemos que encontramos la felicidad más bien cuando somos más libres de toda atadura y compartimos lo que somos y tenemos con los demás.

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