La Dignidad del ser humano se manifiesta en su capacidad creativa y en su libertad.

3/05/2016 | Editorial

Celebramos el Día del trabajo, Día de la madre y hoy es el Día de la libertad de prensa.

Tres pilares fundamentales de la Dignidad del ser humano, se basan en su capacidad creativa, su potencial para transmitir vida y en su libertad responsable.

Constatamos cada día, los testimonios de personas que, en los cinco continentes, aportan su creatividad en diferentes ámbitos, como: la agricultura, alimentación, la industria, la ciencia, educación, medicina y salud, tecnología, redes sociales y comunicación, medioambiente, etc.

Nos maravilla también la capacidad de tantas mujeres y hombres que comunican vida de calidad y solidaridad, especialmente en situaciones de violencia, pobreza y abusos de derechos humanos.

La libertad, la defensa de la democracia y el respeto a los demás, particularmente en lo que nos diferencia, es una manifestación clara de la dignidad del ser humano, que he observado en África subsahariana, y que podemos apreciar en todo el globo.

Al mismo tiempo, las manifestaciones de líderes acaparadores que privan a la sociedad de poder cubrir sus necesidades básicas, abundan también en África y por todo el mundo. Puede circular más capital en muchos países también africanos, mientras aumenta la pobreza y la desigualdad se vuelve intolerable.

El objetivo de demasiados gobiernos no consiste en crear empleo para los ciudadanos, sino en acumular recursos y poder, privando a la mayoría de la posibilidad de trabajar con dignidad y contribuir al bien común.

Es un escándalo intolerable que en muchos países africanos como Uganda, hasta el 82% de los jóvenes no encuentren trabajo.

Los poderosos que trafican con armas, drogas y trafican con personas, provocan más violencia, particularmente entre los pueblos más vulnerables, y causan constantes perdidas de vida y de paz.

Todos los días vemos como ingentes recursos económicos son dedicados a la guerra, a la dominación de nuevas esclavitudes y al beneficio de una minoría.

Los síntomas de radicalización, agresividad y falta de respeto, en nuestras palabras, medios de comunicación y comportamientos, hacia lo que es diferente en los demás, manifiesta una clara falta de responsabilidad en el uso de nuestra libertad.

No basta con ser libres, para respetar la dignidad humana y promover la convivencia pacifica, sino que es necesario que seamos libres responsablemente, teniendo en cuenta el bien de los demás.

La mayoría de los líderes políticos y económicos nos muestran cada día, cómo en el ejercicio de su libertad y de sus tareas, prima ante todo el bien personal y partidista, relegando el bien común a un plano muy posterior.

Lo que siempre necesita toda sociedad, en Europa y en África, son líderes más íntegros y sistemas politico-económicos,, que faciliten la creación de oportunidades para un desarrollo sostenible, que promuevan la calidad de vida de todos, apelando siempre al ejercicio responsable de su libertad y de su tarea en la comunidad.

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