La “detención” de Nkunda y la respuesta de Ruanda ante la presión internacional

2/03/2009 | Opinión

Ante los acontecimientos que se desarrollaron en la región central africana a un ritmo vertiginoso a lo largo de la semana pasada, la organización “Friends of Congo” (FOTC) responde a preguntas que se le plantean con el objetivo de mejorar la comprensión de los lectores sobre los sucesos de su tierra. Mientras ponen en duda la naturaleza de la detención de Laurent Nkunda y destacan la persistente naturaleza extra parlamentaria y antidemocrática de las negociaciones entre Joseph Kabila y Paul Kagame sobre la entrada de las tropas ruandesas en la República Democrática del Congo, “Friends of Congo” habla de algunas de las limitaciones de los recientes esfuerzos para alcanzar una mayor estabilidad en la conflictiva región del este del país.

¿Es la detención de Nkunda un acontecimiento positivo?

Tenemos razones para dudar que Nkunda haya sido arrestado. El Comandante ruandés Jill Rutaremara declaró que Nkunda estaba en Ruanda pero “no en prisión”. Si Nkunda ha sido de verdad detenido, esto supondría un acontecimiento positivo pero no un cambio masivo como a algunos analistas les gustaría creer. Un auténtico indicador que demostraría la veracidad de las afirmaciones de Ruanda sobre la detención de Nkunda sería la extradición de Nkunda al Congo, donde cometió crímenes contra el pueblo congoleño. Si no se extradita a Nkunda al Congo en un plazo limitado, supondría una clara señal de que esto forma parte del juego de triles al que Ruanda ha estado jugando durante los últimos 12 años, periodo durante el cual reemplazaron a un líder por otro, mientras seguían ocupando el este del Congo. Aunque Nkunda fuese a ser detenido, sería un error fundamental creer que Nkunda ha sido la causa primordial del conflicto del este. Esencialmente, lo que ha ocurrido es que el Congreso Nacional para la Defensa del Pueblo de Nkunda ha sido reemplazado por miles de tropas ruandesas. El problema es que la agresión de Ruanda y Uganda contra el Congo ha estado fundamentalmente respaldada por los gobiernos y los intereses empresariales de Estados Unidos y Reino Unido desde 1996.

¿Si Ruanda ha detenido realmente a Nkunda, esto significa que nunca le apoyaron tal y como documentó el informe de la ONU del 12 de diciembre?

No, al contrario, durante los últimos 12 años Ruanda barajó diferentes líderes rebeldes conforme a sus intereses. En parte por esta razón hubo tantas versiones del Reagrupamiento Congoleño por la Democracia (RCD, antigua milicia rebelde respaldada por Ruanda), del que Nkunda formó parte en la guerra de 1998-2000. El presunto sustituto de Nkunda, Jean-Bosco Ntaganda, también está bajo una orden de búsqueda y captura expedida por la Corte Penal Internacional (CPI); un infractor de los derechos humanos ha sido reemplazado por otro como Ntaganda para dirigir el Congreso Nacional para la Defensa del Pueblo (CNDP).

Se ha garantizado un análisis histórico y sistemático para organizar los actuales acontecimientos que tienen lugar en el Congo y llegar a prescripciones que conduzcan a una paz y estabilidad duraderas. Lamentablemente, la mayoría de los analistas de los Grandes Lagos ofrecen análisis y prescripciones amistosas a Ruanda mientras representa los intereses de la política internacional de Estados Unidos y Reino Unido en África central. El trabajo de estos analistas consiste en proporcionar apoyo intelectual y legal para las desastrosas políticas actuales impulsadas por los gobiernos de Estados Unidos y Reino Unido, una política que ha llevado a la muerte de millones de congoleños y al saqueo sistemático de las riquezas del Congo en beneficio de los aliados de Estados Unidos (Ruanda y Uganda) y de las compañías occidentales.

¿Es la nueva colaboración entre Ruanda y el Congo una buena señal en el camino hacia la paz y la estabilidad de la región?

El 5 de diciembre de 2008, Ruanda y el Congo firmaron un pacto secreto en Goma sobre el cual el pueblo congoleño no sabe nada (estaba programado que el presidente Kabila pronunciase un discurso dirigido a la nación sobre este tema el 31 de enero de 2009). James Kabarebe, Jefe de Estado Mayor de las Fuerzas de Defensa y actual secretario privado y ayudante de campo del presidente ruandés Paul Kagame, fue enviado a Kinshasa para cerrar un acuerdo con el presidente Kabila. De este modo, el presidente ruandés Paul Kagame, James Kabarebe y el presidente Kabila idearon un acuerdo que tuvo como consecuencia la entrada de 5.000 soldados ruandeses en el Congo. Estos fueron los mismos personajes que colaboraron en 1996 cuando el Congo fue invadido por primera vez por Ruanda durante el gobierno de Clinton. Durante dicho periodo atravesaron el Congo masacrando a hombres, mujeres y niños hutus y a todo aquél que estuviera en su camino. La Organización de las Naciones Unidas declara que los asesinatos fueron tan masivos y sistemáticos que pueden considerarse crímenes contra la humanidad y posible genocidio. La investigación de la ONU sobre estos crímenes contra la humanidad por parte del ejército ruandés, Kaberebe y Kabila fue congelada y hoy en día permanece sin resolver (ver las investigaciones de la ONU). Una vez que se establezca en el Congo un gobierno responsable y creíble, todos estos crímenes deberán ser investigados y se deberá impartir justicia. Para saber más sobre la conexión Kagame-Kabarebe-Kabila, ver nuestro blog “20 January”. En el análisis final, más tropas y una mayor militarización de la región no es la respuesta. Se debe establecer una política fuerte para llevar la paz y la estabilidad a la región de los Grandes Lagos.

Entonces, ¿quiere decir que el hecho de que el presidente Kabila permita a las tropas ruandesas entrar en suelo congoleño para perseguir a los responsables del genocidio de 1994 no es una buena idea?

La idea de que permitir la entrada de soldados ruandeses en territorio congoleño para perseguir a los rebeldes hutus llevará a la paz es completamente errónea. A continuación se encuentran algunos factores a tener en cuenta:

1. El acuerdo que permitió la entrada de los soldados ruandeses en suelo congoleño no era un acuerdo entre el gobierno congoleño y el gobierno rwandés. Era entre el presidente congoleño Joseph Kabila, de quien muchos sospechan que ni siquiera sea congoleño, y el régimen de Kagame en Kigali. No se consultó ni se tomó en consideración al Parlamento congoleño ni al pueblo congoleño sobre la entrada de las tropas ruandesas en territorio del Congo. De hecho algunos congoleños exigen la impugnación de Kabila. ¿Pueden imaginar que entrasen tropas en territorio de Estados Unidos sin que el Congreso de los Estados Unidos lo supiese y sin que el presidente apenas diese al pueblo una explicación? Lo que resulta aún más ridículo es que algunos oficiales congoleños están intentando convencer al mundo de que miles de soldados ruandeses vienen al Congo para ejercer como consejeros de las tropas congoleñas. Se ha dicho incluso que las tropas ruandesas estarán bajo el mando congoleño. ¿Estarán bajo el mismo mando que Nkunda persiguió en Kivu Norte?

2. El hecho de que Ruanda vaya a hacer dentro de pocas semanas aquello por lo que no se interesó o que no fue capaz de hacer cuando ocupó el Congo entre 1996 y 2002 va más allá de la imaginación. Durante este periodo de ocupación del este del Congo no acabaron con la llamada milicia hutu. De hecho, la batalla más grande en la que participaron fue contra su aliado Uganda sobre las concesiones mineras. Durante el mismo tiempo también saquearon de forma sistemática las riquezas del Congo. (Ver los informes de la ONU de 2001 a 2003). Este saqueo de las riquezas del Congo fue lo que estimuló el milagro económico sobre el cual el presidente Clinton y otros oficiales occidentales hablaron elocuentemente en Ruanda. Se darán cuenta de que nunca mencionan el grado en que las riquezas mal conseguidas del Congo contribuyeron al “milagro económico” de Ruanda. El antiguo secretario de Estado para asuntos africanos, Herman Cohen, declara: “Al haber controlado las provincias de Kivu durante 12 años, Ruanda no renunciará al acceso a recursos que constituyen un porcentaje importante de su producto nacional bruto”.

3. Lo que está prácticamente asegurado es que las tropas ruandesas en suelo congoleño conducirán a las personas del Congo a un sufrimiento mayor. Los analistas occidentales no han comprendido del todo la enemistad que los congoleños sostienen contra los ruandeses. Hay que recordar que fueron las invasiones llevadas a cabo por Ruanda y Uganda respaldadas por Estados Unidos y Reino Unido en 1996 y 1998 las que desencadenaron la muerte de millones de congoleños. Entonces, si uno dice que los soldados ruandeses ahora van a hacer las cosas mejor por el pueblo congoleño, no tiene en cuenta los antecedentes. Uno simplemente tiene que mirar la acción del Congo y de Uganda contra los rebeldes ugandeses dentro del territorio congoleño para ver a donde se dirige esta última acción. Cerca de 600 civiles congoleños perdieron sus vidas como resultado de una acción militar contra el Ejército de Resistencia del Señor en el Congo, que comenzó hace un mes. Además, se supone que esta operación sólo iba a durar dos semanas y ahora Uganda pide más tiempo en suelo congoleño, mientras el oro y la madera del Congo continúan dirigiéndose a Uganda.

¿Qué papel tienen las grandes potencias en lo que está ocurriendo en el Congo?

Es la clave para comprender el juego que se está llevando a cabo para que África se mantenga dependiente y pobre. Como Occidente es más poderoso que las naciones africanas, divididas y débiles, han podido asesinar o apartar de forma sistemática a los líderes que realmente servían a los intereses del pueblo. Facilitan la ascensión al poder de aquellos que demuestran una propensión a asesinar a sus conciudadanos africanos. Una vez que estos líderes irresponsables están en el poder y son previsiblemente incapaces de gobernar, los diplomáticos occidentales intervienen de manera condescendiente partiendo de la premisa de que aquellos a los que han ayudado a hacerse con el poder, a través de elecciones o de cualquier otra forma, en realidad no pueden gobernar justamente. Esto está apoyado por los medios de comunicación superficiales de la sociedad africana, intelectuales “alquilados” por las potencias occidentales y la industria humanitaria. En este contexto, el presidente francés, Nicolas Sarkozy, y el secretario de Estado para los asuntos africanos, Herman Cohen, propusieron la balcanización y la debilitación económica del Congo. Han realizado propuestas para recompensar a Ruanda por el saqueo sistemático del Congo, lo que ha resultado en muerte y terror sin igual para el pueblo congoleño. Casi 125 años después de que Europa donase el Congo al Rey Leopoldo II de Bélgica como propiedad personal, la situación es esencialmente la misma: los asuntos del pueblo congoleño no están determinados por él mismo, sino por fuerzas externas.

Entonces, ¿qué se puede sacar como resultado positivo de los recientes acontecimientos?

Varias cosas se pueden percibir como positivas.

1. Está claro que la presión internacional funciona. Ha llevado a Ruanda a anunciar por lo menos la detención de Nkunda. Como se ha dicho, la prueba de fuego de si Nkunda ha sido realmente detenido es su extradición a Kinshasa, de lo contrario significa que está de vacaciones en Ruanda a instancias de Kagame mientras las tropas ruandesas deambulan por la ladera del Congo oriental con la aprobación de Joseph Kabila. Para Estados Unidos resulta cada vez más difícil defender a su representante, Ruanda, mientras los tribunales francés y español (el mismo tribunal español que dictaminó contra Pinochet en Chile) han establecido órdenes de búsqueda y captura contra los oficiales más importantes de Kagame acusados de cometer crímenes de guerra, entre ellos, Rose Kabuye, que fue detenida en Alemania en noviembre de 2008. A pesar de estas pruebas concluyentes y reiteradas contra el régimen de Kagame, bajo los auspicios del programa AFRICOM de Donald Rumsfeld, Estados Unidos envió un cargamento de material militar a Ruanda para las labores de las fuerzas de paz en el oeste de Sudán a principios de enero de 2009, que coincidió con la intervención de las tropas ruandesas en el Congo. El cargamento militar estaba supuestamente destinado a las fuerzas de paz del oeste de Sudán. Tanto Suecia como Holanda suspendieron su ayuda a Ruanda y por supuesto el crítico informe de la ONU del 12 de diciembre ha dificultado el hecho de que alguien defienda a Ruanda salvo en el caso de algunas instituciones humanitarias impulsadas por su ideología. Hasta el consejo editorial del New York Times sigue haciendo un llamamiento a la presión internacional en Ruanda.

2. Kagame fracasó en su necesidad de adaptarse a las nuevas realidades de Washington. No podía contar forzosamente con el presidente Obama para que le diera la misma carta blanca que recibió de los presidentes Clinton y Bush. Ruanda ciertamente continúa siendo un aliado incondicional de Estados Unidos. Sin embargo, Kagame no puede asegurarse de que el presidente Obama vaya a apoyarle totalmente a pesar de que algunos antiguos guardias (como Susan Rice en la ONU y Hillary Clinton como secretaria de estado) estén en la administración. El gobierno de Obama difícilmente puede presentarse como un gobierno de cambio teniendo en vigor la antigua política para los Grandes Lagos en particular y África en general. El nuevo gobierno debería servir para poner en práctica políticas que atiendan al pueblo y no a los hombres fuertes como Kagame y Kabila.

3. La guerra de recursos respaldada por Estados Unidos y Reino Unido se ve destapando periódicamente. La caza de los rebeldes hutus es un nuevo intento para refundir el conflicto en un contexto étnico. Es necesario encargarse de los rebeldes hutus, también conocidos como los Interahamwe o las Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda (FDLR), pero no de la forma que se ha llevado a cabo actualmente. Hay que recordar que la víctima primordial de la presencia de los rebeldes hutus en el Congo fue el pueblo congoleño. No obstante, lo que está ocurriendo en África central es una batalla geopolítica por los recursos preciosos y estratégicos que son vitales para las industrias militar, aeronáutica, electrónica y tecnológica del mundo. Una entrevista al ministro inglés de Asuntos Exteriores, David Miliband, proporciona algo de entendimiento y perspectiva sobre el interés colectivo sobre África central.

4. El pueblo se está informando mejor y está más comprometido con las causas del origen del conflicto más mortífero del mundo desde las Segunda Guerra Mundial. Está mejor equipado para solicitar la actuación de sus oficiales electos y cuestionar a las instituciones humanitarias que vienen a sus comunidades vendiendo explicaciones étnicas para el sufrimiento del pueblo congoleño.

Estamos seguros de que con una educación, organización y movilización persistentes, el pueblo congoleño se liberará de las fuerzas que hacen que sus hijos e hijas vivan en la más absoluta miseria mientras nosotros, los occidentales, nos aprovechamos de sus riquezas.

Únase al movimiento mundial de apoyo al pueblo congoleño y defienda la justicia y la dignidad humana.

Friends of the Congo

Con su sede en Washington D.C., “Friends of Congo” (FOTC) se fundó en 2004 para conseguir un cambio pacífico y duradero en la República Democrática del Congo.

Artículo sacado de pambazuka news, el 5 de febrero de 2009.


Traducido por María Castillo García Andrade, alumna de la Universidad Pontificia Comillas de Madrid Traducción /Interpretación, colaboradora en la traducción de algunos artículos.

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