La deforestación amenaza el suministro de agua en Sierra Leona

8/03/2011 | Crónicas y reportajes

Las laderas de Leicester Peak, una selva tropical protegida en las colinas que están sobre la capital de Sierra Leona, son un amasijo anárquico de desarrollo arquitectónico y villas a medio terminar.

Edificios de hormigón se agolpan contra una maraña de árboles y lianas –se construye por todas partes en una reserva forestal que suministra agua a la ciudad de Freetown y donde la construcción está prohibida.

Esto pone de manifiesto un problema muy común en toda África donde los esfuerzos para frenar la pérdida de los bosques, que son sistemáticamente pisoteados con el consentimiento de gobiernos carentes de recursos o funcionarios corruptos.

“Todo es un poco confuso” dijo Jochen Moniger, que trabaja para la ONG alemana Welthungerhife en un proyecto para preservar la masa forestal. “Las leyes de Sierra Leona prohíben cualquier asentamiento o actividad en esta zona”.

La construcción es quizás el menor de los problemas que afectan a las selvas sierraleonesas que, como las de tantos otros países vecinos del África tropical, están siendo arrasadas para conseguir madera para la construcción, carbón o terrenos para la plantación de arroz que permita alimentar a uno de los países más pobres del mundo.

Según el informe de 2008 de Naciones Unidas, el continente africano pierde cada año 4 millones de hectáreas de masa forestal, el doble de la media mundial.

Datos suministrados por la FAO muestran que Sierra Leona perdió 19.000 hectáreas, o lo que es lo mismo 0,7%, cada año de su masa forestal entre los años 2000 y 2005, mientras salía de una brutal guerra civil.

Freetown, una caótica ciudad rodeada de palmeras, con una población de más de 1 millón de habitantes, tiene un déficit de 12 millones de galones (55 millones de litros) de agua al día.

Sierra Leona es uno de los muchos países africanos donde la desforestación está teniendo un fuerte impacto en el suministro de agua.

“Pérdida de agua”

Aunque las casas construidas en Leicester Peak están alejadas de la principal zona de recolección de agua para abastecer a Freetown, se teme que pueda sentar un precedente dando a entender que las zonas forestales protegidas pueden ser taladas.

“Nuestros esfuerzos no han producido mucho fruto” dijo Samuel Serry, portavoz del Ministerio de Agricultura y Recursos forestales. “Hay un serio problema a la hora de hacer cumplir las leyes”.

En Moseh, una aldea de la península que se extiende al sur de Freetown, el jefe, Foday Koroma, dijo que el suministro de agua era cada vez más irregular y que la gente tenía que guardar el agua en contenedores.

En un continente donde la lluvia cae a raudales y luego se seca, lo árboles ayudan a moderar el ciclo evitando los aluviones y absorbiendo el agua que luego liberan poco a poco.

“Cuando cortas la masa forestal, todo (el agua) desaparece durante la estación seca” dijo Richard Harding, del Center for Ecology and Hydrology de Reino Unido. “Se perderá… toda terminará en el mar”.

Solo quede el 40% de la selva tropical protegida de 17.482 hectáreas de la península de Freetown y, sin embargo, un quinto de los seis millones de habitantes del país dependen de ella para conseguir agua.

Las leyes gubernamentales son débiles, y la agricultura ilegal, la tala de árboles para conseguir madera para la construcción y las graveras han reducido considerablemente la masa forestal.

Scott Bode, un especialista de la ONU, teme que la falta de agua en la península también termine con los árboles. “Es increíble que pueda haber escasez de agua en un país que tiene 3.000 mm de lluvia al año”.

Los ecologistas dicen que África podría sacar provecho de los créditos del carbono bajo el sistema de Naciones Unidas que reconoce el papel de los árboles en la lucha contra el cambio climático mediante el almacenamiento de carbono. Pero pocos países lo contemplan.

El año pasado, Gabón comenzó a trabajar en un plan para conservar el 80% de sus bosques de acuerdo al régimen de las Naciones Unidas para reducir las emisiones provenientes de la deforestación o degradación (REDD). El Banco africano de desarrollo ha creado un amplio programa para la cuenca del Congo, la segunda masa forestal más grande del mundo.

En Sierra Leona, con muchas de sus selvas arrasadas, algunas ONG, como Welthungerhilfeare (WHH), tratan de crear pequeñas áreas protegidas que pueden ser controladas más fácilmente. Hay una oferta para atraer dinero proveniente de REDD, pero todavía hay que trabajar mucho los detalles.

“Sierra Leona todavía no ha desarrollado una estrategia nacional sobre como implementar REDD” dijo Jochen Moninger de WHH.

Simon Akam

Fuente: Sierraeye, 07.03.11.

Traducción: Chema Caballero

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