La crisis alimentaria se generaliza en el mundo ¿Qué se puede hacer?

9/06/2008 | Opinión

Nos damos cuenta de que la crisis alimentaria es cada vez más precaria. Es tan alarmante que el presidente George Bush ha considerado conveniente intervenir. Ante esta situación de hambre, el jefe ejecutivo americano ha desbloqueado 200 millones de dólares para paliar las carencias. Este gesto ha sido imitado por M. Robert Zolick, presidente del banco mundial que parece todavía más inquieto, desbloqueando a su vez 10 millones de dólares para ayudar a los países mas afectados

El vocabulario en torno al hambre que afecta al mundo entero se enriquece a costa de los pueblos hambrientos de todos los rincones del mundo, la plaga es muy grande y parece afectar a todo el mundo, incluidos más de 28 millones de americanos. Recordemos que Estados Unidos es el país más poderoso del planeta. La situación es tal que los pueblos afectados ya no saben qué hacer.

Para el programa alimentario mundial (P.A.M.) organismo encargado de la ayuda alimentaria de urgencia, este azote se considera como un tsunami alimentario. El famoso semanario británico ‘The Economist’ le da el nombre de tsunami silencioso.

¿Cuáles son las causas de este azote?

Las causas son múltiples y antiguas .Algunos piensan que son las políticas agrarias mal adaptadas al siglo XXI. En los países pobres, por ejemplo, el problema fundamental se ve agravado por una agricultura sensible a las presiones del mercado. Esta agricultura que durante mucho tiempo se ha basado en la subsistencia no llega a satisfacer las necesidades alimentarias de los que la practican.

A esto se añade la falta de equipamiento y de apoyo a los productores .En muchos casos los servicios de investigación y expansión están mal adaptadas y no se basan en las necesidades reales de los productores. He aquí la quintaesencia que hace que los agricultores de los países menos afortunados se vean afectados por el azar y desproporcionadamente castigados por la dura realidad del momento.

Los países afortunados, por otro lado, no favorecen la creación de un mercado favorable a los productores de los países pobres. La política de los países ricos es retorcida y se basa en fuertes subvenciones para proteger sus productos frente a un comercio cada vez más competitivo. Añadamos a esto la necesidad reciente de producir mercancías para convertirlos en biocarburantes. Esta nueva orientación aminora el exceso de producción y reduce a la nada los programas que consistían en enviar o distribuir la ayuda alimentaria a la población mas afectada por el hambre.

Los costes elevados del barril (112 dólares americanos) no facilitan el trasporte de los excedentes alimentarios a las zonas deficitarias. No olvidemos también el estado vetusto de las rutas que hace casi imposible el acercamiento de los productos. La política de mala vecindad (como por ejemplo Israel y Palestina) acentúa la crisis. Las Naciones Unidas acaban de criticar el comportamiento del estado de Israel bloqueando el carburante y no facilita la llegada de ayuda alimentaria a 700.000 palestinos de la franja de Gaza.

Estos factores hacen que las expresiones tsunami silencioso o tsunami alimentario describan una realidad, donde la situación alimentaria en el mundo es crítica y amenaza también a los países ricos. Más de 28 millones de americanos están hambrientos y sobreviven gracias a los bancos alimentarios que normalmente organizan algunas organizaciones caritativas. Comparativamente, el Gobierno americano ha tomado ciertas medidas para compensar el efecto del tsunami alimentario sobre la cohorte de países pobres.

Ante esta situación, el mundo debe encontrar soluciones más urgentes y duraderas a largo plazo.

Los políticos liberales han comprobado sus límites. El hambre no es sólo un dominio reservado a los países pobres, es tiempo de declarar la guerra a esta inundación y deben proponer medidas comunes para una lucha eficaz.

Djime Adoum

Artículo extraído de ‘Tchad News’, donde se publicó el 26 de abril de 2008.

Traducido por Gloria Salanueva, para el Departamento África de la Fundación Sur

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