En la frontera entre Camerún y Guinea Ecuatorial, una larga cola se extiende entre dos puestos de control a medida que los viajeros luchan con la burocracia y la inevitable demanda de un edulcorante para poder cruzar.

El dolor de cabeza de cruzar la frontera en Ebebiyin, en la encrucijada de Guinea Ecuatorial, Gabón y Camerún, es típico de muchos puntos fronterizos en África, donde los problemas de aduanas y los sobornos se suman a las demoras, los costos y las frustraciones.

Pero el problema aquí tiene un peso especial. Es duradero a pesar del voto de una alianza de seis naciones en el centro oeste de África para crear un bloque sin fronteras sin precedentes.

Los conductores de Gabón tienen que pagar para cruzar en coche desde Camerún entre 30.000 ó 45.000 francos CFA (45-69 euros aproximadamente). Por los que los conductores no entienden donde se encuentra la libre circulación de bienes y personas si hay que pagar y hacer grandes colas en las aduanas.

El 31 de octubre, Camerún, la República Centroafricana, Chad, Guinea Ecuatorial, Gabón y la República del Congo declararon que estaban estableciendo un bloque sin barreras para fomentar el comercio y la libre circulación de sus ciudadanos.

Según esto, los ciudadanos con documentos de identidad o pasaportes nacionales válidos ya no estarían sujetos a visas de entrada o permisos de salida, y podrían visitar otro país por hasta tres meses.

Hoy, algunos comerciantes y viajeros dicen que cruzar la frontera se ha vuelto más fácil en algunos aspectos.

Los ciudadanos de las seis naciones de la Comunidad Económica y Monetaria de África Central (CEMAC) ya no están obligados a mostrar una visa, aunque en teoría esto debería ser solo para aquellos con pasaporte biométrico, recalcó un periodista de AFP.

Por otro lado, las personas que cruzan la frontera solo por unas horas tienen que dejar su identificación en el puesto fronterizo, que recogen a su regreso, y aún tienen que pagar una tarifa de 2.000 francos CFA.

«Me parece que las cosas van un poco mejor que antes», dijo el juez Adolfo Nguema de Guinea Ecuatorial, en el lado de Camerún de la frontera. «Antes no cruzábamos tan fácilmente como ahora».

«No hay una libertad completa para la libre circulación de bienes y personas»

A pesar de esto, muchos se quejan de que la falta de información y la coherencia es un problema y ??el soborno una profunda fuente de frustración. Los vendedores ambulantes proponen a los viajeros y comerciantes, transportar paquetes y productos a través de la frontera a cambio de una tarifa para incorporar el aliciente necesario, por lo general entre 1.000 o 2.000 francos CFA, para pasar a la policía.

De pie junto a un camión repleto de gigantescos racimos de plátanos, que vende en Libreville, la capital gabonesa, Oyana dijo que era una práctica estándar engrasar una palma con 3.000 CFA para pasar por los puestos de control.

Kye-Ossi es una de las ciudades de mercado de las fronteras de Camerún, Gabón y Guinea Ecuatorial, en el corazón de la alianza de las seis naciones.

CEMAC, creado en 2000, tiene un mercado potencial de 30 millones de consumidores. Sus líderes se reunieron en la capital chadiana de N’Djamena el pasado 31 de octubre para declarar formalmente que el plan sin fronteras había sido ratificado por todos los miembros.

Las negociaciones sobre el acuerdo comenzaron hace más de 15 años, impulsadas por la idea de eliminar los obstáculos burocráticos que causan demoras y aumentan los costos, especialmente para las empresas de transporte y otros proveedores de servicios. Las conversaciones culminaron en un proyecto de acuerdo en 2013 que esperaba la ratificación de todos sus miembros.

El proceso se vio obstaculizado por los temores de Guinea Ecuatorial y Gabón, ricos en petróleo y relativamente escasamente poblados, de que se vieran inundados por la afluencia de solicitantes de empleo de los miembros más pobres.

La CEMAC tiene una historia deficiente en la implementación de decisiones importantes, particularmente en lo que respecta a la integración económica o monetaria. Los planes que permanecen en el estante incluyen la creación de una aerolínea regional y un pasaporte único.

Pero la idea de una zona libre de fronteras sigue siendo seductora, aunque algunos funcionarios de aduanas y de policía en los puestos de control no se muestren entusiastas.

«¡La libre circulación nos va a matar!» un funcionario podía ser escuchado en una conversación con otro, momentos después de embolsarse el dinero de un viajero.

Fuente: Modern Ghana

[Traducción, Muriel Balda Aspiazu]

[Fundación Sur]

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