La búsqueda de energía nuclear por parte de África

26/03/2008 | Opinión

En África, casi cada aspecto del desarrollo humano (Salud, agricultura, educación o industria) depende del acceso fiable a fuentes de energía modernas. Por lo tanto, merece la pena investigar si la energía nuclear puede aplacar de forma segura, la escasez de energía y optimizar la mezcla de fuentes energía en consecuencia con los intereses nacionales de los países africanos.

Varias naciones africanas, incluyendo Argelia, Egipto, Marruecos, Namibia y Nigeria, están considerando seriamente la energía nuclear. De hecho, ‘el renacimiento nuclear’ ha pasado a ser un eslogan mundial, aunque apenas hay consenso en cuanto a los beneficios de esta energía. La distribución de fuentes de energía de cada país implica un abanico de preferencias y prioridades que son reflejadas en políticas nacionales. Por lo tanto, estas políticas nacionales representan un compromiso entre la escasez prevista de energía, la calidad medioambiental, la garantía de suministro de energía, los costes, las actitudes estatales, la seguridad en la gestión de las centrales y la seguridad en su protección, las habilidades y conocimientos disponibles y las capacidades e infraestructuras para la producción y los servicios asociados. Las partes interesadas nacionales deben tener en cuenta todas esas consideraciones cuando formulen una estrategia energética

Escasez energética

Con solo dos reactores nucleares en todo el continente, ambos en Koeberg, Sudáfrica, la energía nuclear sólo constituye una fracción pequeña de las fuentes energéticas en África. Aún así, Sudáfrica, proporciona el 60% de la producción de energía de toda África. (África entera, genera sólo el 3.1 % de la electricidad global). Irónicamente, debido al incremento en el consumo de electricidad en Sudáfrica y a la extensión de la red de suministro eléctrico a circunscripciones rurales, este país relativamente desarrollado ha tenido dificultades para afrontar la escasez de electricidad en los últimos años.

Además, el uso del carbón como fuente energética, buffer tradicional en el sector energético, tiene que afrontar un aumento de costes junto con los cada vez más estrictos estándares de contaminación atmosférica. Como solución, Sudáfrica está considerando una ambiciosa expansión de su sector de energía nuclear, el cual incluye el reactor PBMR (pebble-bed modular reactor), en el que la empresa española ENSA (empresa Equipos Nucleares, S.A., empresa del Grupo SEPI) realizará el diseño y la fabricación de la vasija del reactor, por un valor de casi 40 millones de euros, para verano 2009. Según se informa, este tipo de reactor nuclear, diseñado por la empresa eléctrica Sudafricana ESKOM, junto con un grupo de empresas internacionales, incluyendo ENSA, es mucho más seguro y resistente que los diseños actuales. Sudáfrica espera poder instalar 24 unidades con una capacidad total de 4.800 megavatios, para el 2025.

En cualquier otra parte de África, la producción de electricidad es inaceptablemente baja. El contraste manifiesto entre la producción energética Subsahariana y la de América del Norte, muestra la incapacidad de algunos gobiernos de África para proporcionar servicios básicos a sus ciudadanos y apoyar los proyectos de desarrollo.

La distribución regional dispar de los recursos energéticos contribuye significativamente a la crisis de la energía. De los 53 países en África, un número limitado tiene un gran potencial energético. La fuente de energía hidroeléctrica, es la mejor distribuida, aunque su mayor potencial se encuentra en el Río Congo. El petróleo y el gas están mayoritariamente concentrados en Argelia, Libia, y Nigeria; el carbón se encuentra principalmente en el Sur de África y el potencial geotérmico, se encuentra en el este del continente. Junto con Sudáfrica, los países del Magreb (Marruecos, Argelia, Túnez, Libia y Mauritania) representan más del 80% de la capacidad eléctrica africana. Como resultado, en la ausencia de acuerdos adecuados de intercambio de recursos trans-africanos y de infraestructuras, muchos países africanos sufren de escasez de recursos energéticos y deben pagar precios muy altos por importar la energía.

Energía Nuclear

Las posiciones de los expertos y personas encargadas de tomar las decisiones así como las del público en general respecto a la energía nuclear, varían desde contrarias/prudentes hasta a favor/entusiastas. Aquellos que la apoyan perciben la energía nuclear como el remedio mágico que permitiría al continente demostrar su progreso y su destreza técnica.

La búsqueda de fuentes de energía más limpias, como la nuclear, esta también motivada por la preocupación generalizada por que África es más vulnerable que otras regiones al cambio climático. Alguna de las consecuencias más serias del cambio climático en África podría incluir la desertificación, la escasez de alimentos, epidemias, insuficiencia en el suministro de agua, erosión de la costa e incremento en el número de refugiados.

Un estudio de la Universidad de Pretoria (study by the University of Pretoria) estima que las pérdidas en las cosechas debido al aumento de la temperatura, ascenderían a 25.000 millones de dólares.

Los abundantes recursos de uranio también favorecen el empuje de la energía nuclear. De Acuerdo con el informe de 2005 de la Agencia Internacional de la Energía Atómica, 2005 International Atomic Energy Report (IAEA), África posee el 18 % de los recursos recuperables mundiales de uranio. La mayoría de las minas operativas están localizadas en Níger, el Congo, Namibia y Sudáfrica. Prospección y otros trabajos de preproducción se están llevando a cabo en Botsuana, Libia, Madagascar, Camerún, Republica Centroafricana, Chad, Gabón, Guinea, Malawi, Malí, Mauritania, Marruecos, Mozambique, Senegal, Tanzania, Uganda, Zambia y Zimbawe.

Cada vez más, el uranio se percibe como una parte muy importante de la riqueza nacional y como una herramienta política igual que el petróleo y el gas. Los países de África con yacimientos de uranio simplemente no quieren exportar el mineral y el oxido de uranio concentrado a las naciones industrializadas; hay un sentimiento creciente sobre que, la ’desprovista de energía’, África está destinada a aprovechar sus yacimientos de uranio para ayudarse a sí misma a establecer una economía prospera y contemporánea.

Por ejemplo, los altos funcionaros sudafricanos hablan cada vez más de la necesidad de asegurar que sus abundantes recursos de uranio, sean explotados para el beneficio del país mas que para el beneficio de las compañías extranjeras.

El borrador del programa de Energía nuclear de agosto de 2007, esboza un ciclo completo de combustible nuclear para apoyar la expansión de generación de energía nuclear y la capacidad para desarrollar capacidad de enriquecimiento de uranio. Sudáfrica, había detenido el enriquecimiento de uranio en 1997, siguiendo el desmantelamiento del programa de armas nucleares de la época del Apartheid, pero parece ser que tiene capacidades residuales de enriquecimiento.

Obligaciones de la Energía nuclear

La infraestructura necesaria para la energía nuclear incluye facilidades industriales de producción, complejos marcos legales reguladores de la actividad, vastas medidas institucionales para asegurar las infraestructuras nucleares y evitar todo tipo de riesgo asociado a este tipo de energía y apropiados recursos humanos y financieros. Estas adaptaciones, requerirían cuidadosos planes, preparación, e inversión por un periodo de 10-15 años. Las plantas de energía nuclear, requieren una inversión anticipada que suele oscilar entre los 2.000 y 3.500 millones de dólares americanos por reactor. Estos requisitos hacen que sea una tarea desalentadora para cualquier país.

Y desgraciadamente, la frecuencia de conflictos interestatales, disputas étnicas, insurgencias, corrupción y crimen, crea un entorno hostil en algunos países africanos para poder implementar los requisitos de seguridad de la energía nuclear. Son abundantes los ejemplos de tales riesgos, los altamente armados insurgentes nigerianos continúan interrumpiendo la producción de petróleo en algunas partes del país, en abril de 2007, hombres armados atacaron el campo de prospección de uranio gestionado por la compañía francesa AREVA en el Norte de Níger, matando a un vigilante e hiriendo a tres personas más. En el Congo, sólo una fina valla de alambre protege el primer reactor de investigación nuclear africana, el cual posee una sala de control totalmente obsoleta y un edificio de almacenaje de residuos radiactivos no vigilado. A lo largo de décadas de guerra, dictadura y agitación política, el Congo ha sido acusado repetidamente de vender ilegalmente su uranio natural y no evitar su contrabando. En Noviembre del 2007, hombres armados llegaron a tener acceso a una de las plantas nucleares mayores de Sudáfrica, alcanzando la sala de control de emergencias, antes de que los guardas pudieran echarlos fuera. Por consiguiente, la instauración del orden y la ley, debe ser un prerrequisito para el desarrollo de la energía nuclear.

Técnicamente hablando, la asistencia en seguridad viene de instituciones internacionales. La Agencia Internacional de Energía Atómica (de sus siglas en inglés IAEA) trabaja con los estados miembros africanos para aumentar la seguridad nuclear, mejorando los controles y equipos de detección, modernizando la protección física y proporcionando asistencia en emergencia y formación del personal. En contrapartida, los estados miembros deben estar más estrechamente integrados en los regimenes internacionales. Por ejemplo, 23 estados miembros todavía no han cumplido su obligación de suscribir los acuerdos exhaustivos de garantía de seguridad, bajo el Tratado de No Proliferación nuclear y sólo 25 estados africanos asistieron a la convección de 1987 sobre Protección física del material nuclear. Peor aún, sólo dos estados han ratificado los cambios de la convención en 2005, que contiene 12 principios fundamentales de seguridad nuclear.

Opciones

Puesto que África no ha logrado la economía de escala, el acercamiento mas lógico a la energía nuclear empezaría con pequeños reactores, cuya producción de energía, encaja con la capacidad eléctrica existente. Un reactor de esas características esta disponible en el mercado: Una planta flotante de energía nuclear rusa, operada por un equipo ruso y conectada por cable al suministro del país. (Esta en discusión la venta de este tipo de reactores a Namibia). El reactor de la planta flotante, estaría basado en los diseños originales de submarinos nucleares. A mayor escala, Rusia esta ofreciendo plantas de mediano-pequeño tamaño a Egipto, Marruecos y Namibia, planeando vender uranio empobrecido de origen armamentístico como combustible fisible a estos países y esperando participar en los proyectos de minas de uranio en Namibia.

Otro reactor en el Mercado, es el PBMR mencionado anteriormente. Sudáfrica quiere exportar su diseño a sus vecinos, mientras que China terminará muy pronto el diseño de un PMBR, algo diferente, que intentará exportar a los países en desarrollo. Hambrienta de recursos naturales, China, ha lanzado una campaña masiva para explotar las riquezas africanas, centrándose en Níger como una fuente estratégica de uranio. Como un gigante naciente, con gran potencial y con registros de sostenibilidad nuclear, India, esta también presente en los países africanos ricos en uranio (Zambia, por nombrar uno), ofreciendo ayuda para desarrollar estrategias y políticas nucleares y comerciando agresivamente con su competitivo reactor de agua pesada. Finalmente, Irán esta ofreciendo de forma generosa compartir sus conocimientos técnicos de utilización de la energía nuclear con fines no bélicos. Irán se ha dirigido a Argelia, un estado destacado y apreciado por la Agencia Internacional de Energía Atómica (IAEA) como un socio útil en la actual relación problemática de la IAEA con el programa nuclear de Teherán.

Mientras tanto, los países africanos están demostrando un creciente interés en cooperación regional como un modo de establecer las necesarias economías de escala para la generación de energía nuclear. Esta cooperación puede implicar redes de suministro interconectadas, infraestructura colectiva, educación y programas de formación cooperativos, compartir conocimientos en cuestiones de seguridad, practicas comunes de gestión y equipos de trabajo cualificado compartidos. En este sentido, la regionalización se ve como un mecanismo muy útil para la economía, la eficiencia y la fiabilidad en el suministro. Sin embargo, una cosa importante a tener en cuenta: tales acuerdos pueden producir los esperados resultados cuando se proporciona un clima de confianza entre los participantes, caso que no siempre se cumple en África.

Los países africanos están preparados para beneficiarse de la energía nuclear de muchos modos. Pero no es la forma más rápida para resolver los problemas del continente. Para tener éxito, los gobiernos africanos deben ir mas allá de los marcos de trabajo de un programa técnico tradicional y consagrar considerables esfuerzos a la mejora de los problemas que plagan su infraestructura industrial, el gobierno público, el sistema educativo y otras instituciones de los sectores públicos y privados. Si se organiza bien, la búsqueda de la energía nuclear podría ser un gratificante esfuerzo para el continente y servir al pueblo en sus necesidades. La comunidad internacional, sin embargo, debería ser consciente de su falta de conocimiento y experiencia; descuidos en las medidas de seguridad podrían aumentan la probabilidad de proliferación nuclear o terrorismo, dentro y fuera del continente.

Igor Khripunov

Artículo sacado de ‘The bulletin of the atomic scientists’, el 30 de noviembre de 2007
http://www.thebulletin.org/columns/igor-khripunov/20071129.html

Traducido por Carlos Molina Bosquet, para el Departamento África de la Fundación Sur.

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