La alimentación forzada de las mujeres en Mauritania

3/05/2016 | Crónicas y reportajes

nina_obligada_a_comer.jpg Mauritania es un país, situado en el noroeste de África donde la alimentación forzada es una tradición mauritana que consiste en hacer engordar a las mujeres mauritanas para que así sean más bellas; porque para los mauritanos estar gordo es un criterio de belleza.

En Mauritania, la obesidad es un canon de belleza femenina cantado por los poetas, las chicas son «alimentadas a la fuerza» desde muy temprana edad.

Aunque que la alimentación forzosa de las jóvenes está disminuyendo en Mauritania, especialmente en las zonas urbanas, muchas niñas y mujeres todavía usan voluntariamente métodos nuevos y más peligrosos para lograr un cuerpo rollizo, símbolo de la riqueza del país.

«La alimentación forzada es ahora casi una cosa del pasado. Por lo general, se limita a las zonas rurales remotas», señala Mint Taleb Moussa Zeinabou, Presidente de la Asociación Mauritana para la Salud de la Madre y el Niño (AMSME). «Pero las mujeres jóvenes desean ganar peso y recurren a medidas extremas para hacerlo. Esto es de hecho una realidad».

Últimamente se han registrado casos en los que han muerto mujeres jóvenes a causa de la medicación, incluyendo productos para el ganado, para el aumento de peso.nina_bebiendo_leche.jpg

Aunque los estándares estéticos evolucionan lentamente y algunas mujeres rechazan las prácticas devastadoras para aumentar su peso corporal, tradicionalmente en Mauritania, la cara muy redonda de una mujer significa riqueza y bienestar. Durante generaciones, las familias han alimentado a la fuerza a sus hijas con varios litros de leche de vaca o de camello, para mejorar sus posibilidades de matrimonio.

Un proverbio de la etnia maure de Mauritania dice: «La mujer ocupa en el corazón de su hombre el mismo espacio que ocupa en la cama».

Pero en los últimos años, a pesar de las advertencias sanitarias, las niñas y mujeres están recurriendo a métodos drásticos, como la toma productos que contienen cortisona, incluyendo los destinados a hacer aumentar de peso al ganado, jarabes para abrir el apetito e incluso drogas psicotrópicas.

Un miembro de AMSME, que prefiere quedar en el anonimato nos dijo, «hace unos pocos meses, mi prima se fue al pueblo a prepararse para su boda. Esta preparación incluye el hecho de engordar. Murió de una sobredosis de drogas para aumentar de peso».

nina_llorando.jpg Mauritania es el único país de África donde todavía existe esta tradición. Cuando las niñas llegan a la edad de seis años, se ven obligadas por sus madres a comer y beber grandes cantidades de alimentos, a menudo durante la noche.

El sociólogo Mohameden Uld Ekahe, explica que uno de los medicamentos para engordar animales que consumen las mujeres se conoce localmente como «dregdreg» una palabra de origen hassanya (maure) que significaría «palpitación del corazón» ya que es uno de los peligros para la salud que puede plantear. «Ellas quieren cumplir con las normas de una sociedad en la que priman las mujeres gordas», añadió. Estos productos son fáciles de conseguir y esto es parte del problema.

«La prohibición de tomar estas sustancias no se aplica estrictamente, debido principalmente a los beneficios obtenidos en ciertos sectores médicos. Dijo. Además de los recursos del Estado son relativamente limitados.» Sin embargo, las autoridades, a pesar de que sus recursos son limitados, están realizando esfuerzos para la retirada de ciertos productos de los mercados».

A pesar de estos esfuerzos y de una ley en 2010 que prevé penas más severas para la venta de sustancias en situación irregular, cualquier persona puede comprar estos productos en los mercados y farmacias. Es difícil decir cuánto dinero se gasta en estos productos para tales fines, porque gran parte de este comercio se realiza en el mercado negro.

Muchas mujeres mauritanas piden la píldora anticonceptiva con el único propósito de ganar peso, nos cuenta Anna Fall, una comadrona que trabaja en el centro de salud en un barrio pobre de Nuakchot.

Una persona con obesidad corre muchos riesgos: enfermedades cardiovasculares, insuficiencia renal, osteoartritis, apnea del sueño, diabetes e hipertensión para nombrar sólo unos pocos. La mayoría de las mujeres no saben que estos medicamentos son peligros. También se trata de una cuestión de la alfabetización. La tasa de alfabetización de los mauritanos es del 55,8% (2007), lo que significa el 62.49% para las mujeres y el 70,01% para los hombres.

Marième Diallo, una mujer de 53 años, fue alimentada a la fuerza durante su adolescencia. Sus dos hijas, de 14 y 19 años respectivamente son delgadas y se niegan a aumentar de peso. Diallo cuenta que no las obliga a ello, y es por eso por lo que es ridiculizada por sus amigos. «Recientemente, mi vecina vino a decirme que no es normal y que es deshonroso para mi familia que mis hijas sean delgadas. Quería llevarlas al pueblo para hacerlas subir de peso». A algunos hombres mauritanas todavía les resulta humillante tener una mujer flaca.caras_redondas.jpg

Paradójicamente, la obesidad tiene un costo económico, derivado de los gastos médicos y la menor productividad en el trabajo.

De acuerdo con un informe de la Organización Internacional del Trabajo, «los estudios han demostrado que el riesgo de absentismo es dos veces mayor en los trabajadores obesos que en los trabajadores con un peso normal. La obesidad representa del 2-7% del gasto total en salud en los países industrializados. En los EE.UU., se estima que el coste causado por la obesidad es de 99,2 millones de dólares».

En los EE.UU., los gastos médicos de una persona obesa en 2008 son un 36% más altos que los de las personas con peso normal. En el mismo país en 2005, casi el 16% del presupuesto de salud se gastó en enfermedades relacionadas con la obesidad.

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