Kenia: La sociedad civil da ejemplo de responsabilidad política

11/02/2009 | Editorial

El buen gobierno de un país está en relación directa con su capacidad de incluir a la sociedad civil en la programación, ejecución y valoración de los fines del estado. En efecto, el espíritu democrático es más que un simple modo de elegir a sus representantes. Debe de comprender la participación de la sociedad civil en su propia gestión. La clase política no puede ignorar su contribución, al contrario, necesita impulsarla porque, solo cuando la sociedad civil haga suya la responsabilidad de su gobierno, podrá pedir cuentas a sus dirigentes políticos, premiar el buen quehacer y apartar de los puestos de responsabilidad a los ineficaces y corruptos.

En estos días, Kenia está dando signos de madurez política. La sociedad civil está tomando, cada vez más, sus propias responsabilidades exigiendo a sus dirigentes políticos transparencia y rendición de cuentas. Un signo positivo de esta actitud lo dio la semana pasada al convocar un foro social alternativo al organizado por el gobierno, llamado: “La Kenya que queremos”. Como es frecuente en gobiernos prepotentes, la sociedad civil keniata no fue invitada, creyendo que la clase política conoce toda la problemática y aporta todas las soluciones. Pero Kenya ha crecido políticamente desde los tiempos del severo control político, y la sociedad civil sabe que tiene algo que decir, que necesita decirlo y que puede hacerlo. Por eso, ha organizado un foro social alternativo al gubernamental, llamado: “La Kenya que NO queremos”, y que representa una dura crítica a sus propios gobernantes a quienes les pide responsabilidad política, transparencia, y buen gobierno. Esperemos que la clase política esté a la altura de su propio pueblo.

En el mismo orden de ideas añadimos que, en cualquier proyecto de desarrollo, un elemento de importancia mayor es el tener presente su impacto en la sociedad civil; ver si la fortalece o la debilita. Los proyectos que favorezcan el asociacionismo, impulsen las ONGs locales, potencien la responsabilidad cívica, consoliden la identidad ciudadana y promuevan el interés político estarán fortaleciendo a una sociedad civil responsable y comprometida con su propio futuro y capaz de pedir cuentas a sus dirigentes. De ese modo se irán asentando las bases de un desarrollo digno, sostenible y democrático.

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