Aun falta una política agrícola clara, con proyección de largo alcance
Hace dos años, el 6 de junio 2008, con motivo de la crisis alimentaria, escribía :
» Desde hace dos meses, todos los que tratan de la crisis alimentaria no cesan de repetir: «Estamos pagando veinte años de errores.» Muchos aconsejan invertir en agricultura. Pero, ¿quién va a invertir en la producción de leche sin estar seguro que la leche en polvo encontrará en unos meses los precios anteriores? ¿Quién va a invertir en la producción del concentrado de tomate hasta que el Estado no tase el concentrado de tomate chino, envasado en Italia y omnipresente en toda África Occidental?
¿Qué falta a la crisis alimentaria y a los disturbios del hambre para que se escuche a los agricultores y comience un verdadero cambio (en la línea de la soberanía alimentaria)?
¿Qué decir hoy sobre el particular, en especial en Burkina Faso y en África Occidental? ¡No se puede decir que la soberanía alimentaria haya realizado verdaderos progresos en el África Occidental! Al contrario, vemos como países que disponen de medios (Arabia Saudita, China …) acaparan tierras africanas para su propia seguridad alimentaria.
Y, sin embargo, existen indicios que deberían animar a los líderes políticos a tener más valor para una verdadera política agrícola y alimentaria.
En estos días, he tenido la ocasión de visitar los campos de arroz de Bama y Suru. En Bama, he visto un centro de arroz al bañomaría en pleno rendimiento. Ahora bien, este centro no existía hace dos años. Un centro semejante está en vías de construcción en Suru.
La construcción de estos centros – financiada con ayuda de ONGs de solidaridad internacional – se ha visto facilitada por la combinación de varios factores:
•Un precio de arroz favorable a los productores en el mercado mundial.
•El apoyo del gobierno que facilita la adquisición de insumos (fertilizantes subvencionados y a crédito), aunque el gobierno recupera buena parte de lo que avanza comprando a las cooperativas casi la mitad del arroz entero a 128 F / kg (mientras que en sus propias cooperativas las mujeres lo compran a 150 F / kg).
•La SONAGESS (Sociedad Nacional de Gestión del stock de seguridad), que permite a las mujeres vender con facilidad todo su arroz al baño maría. El precio queofrece la SONAGESS no es muy alto, pero paga con rapidez y sus camiones vienen a recoger la mercancía, lo que permite a las mujeres no malvenderlo en los mercados locales y librarse de los comerciantes corruptos.
Estas circunstancias favorables les permiten también invertir. Por ejemplo, en los últimos meses, en Suru, dos productores han invertido en una máquina para decorticar su propio arroz, y sobre todo para ofrecer a los productores de su barrio un servicio remunerado.
En Suru, en Niasan Kura, otro aldeano ha invertido en la construcción de un albergue (restaurante / bar y un gran patio para acontecimientos festivos).
¿Qué esperan aun los políticos para definir una política agrícola clara y sostenible?
Y mientras tanto, en la CEDEAO las negociaciones internas sobre los aranceles comunes no avanzan. Cuando muchos proponen aprovechar la banda arancelaria e introducir aranceles del 35%, el arroz sigue con una tasa del 10%.
Y Burkina sigue importando arroz viejo de mala calidad a bajo precio (menos de 300 000 F la tonelada), de manera que en el mercado se encuentra un arroz vietnamita totalmente insípido, cosechado hace seis años.
Y quién sabe si el gobierno continuará subvencionando fertilizantes y semillas. Ni nadie sabe lo que propondrá la SONAGESS después del próximo mes de octubre.
Aun falta una política agrícola clara, con proyección de largo alcance.
A pesar de todo, los arroceros ya han empezado a investir.
Nadie duda que harían mucho más si esta política se pusiese en marcha.
