Intento de recolonización de África

20/04/2011 | Opinión

Las guerras emprendidas por los ejércitos occidentales en Libia y Costa de Marfil abren un nuevo estilo de recolonización. La coartada de la democracia y de la protección de la población civil ofrece a la ONU y a los países occidentales la posibilidad de preparar el terreno para la reconquista de África. Con dos objetivos concretos, el primero, relanzar sus economías con la depredación de las riquezas africanas de forma que reencuentren una legitimidad política perdida en consonancia con la opinión pública. El segundo, controlar los escasos recursos naturales para hacer frente a las potencias emergentes.

Para entender la razón de estas guerras y conflictos mantenidos por el mundo occidental es indispensable referirse a la tesis defendida en tres libros. El primero está escrito por Samir Amin con un título premonitorio: “Sobre la crisis, salir de la crisis del capitalismo o salir del capitalismo en crisis”.

Las otras dos obras son del autor francés Jacques Attali, “La crisis, ¿y después?” y “¿Todos arruinados en diez años? La deuda pública: la última oportunidad”. ¿Qué contienen estas distintas opiniones?

Recuperación económica para la guerra depredadora

La crisis económica y financiera de 2008 ha golpeado con dureza en el mundo occidental. De hecho, para evitar el derrumbamiento del sistema financiero y una crisis económica como la de 1929, los gobiernos europeos y americano han financiado a la banca privada recurriendo a fondos públicos.

Para salvar a los bancos y a la industria de la quiebra, los gobiernos occidentales han visto cómo su deuda se disparaba, especialmente por el cambio de deuda privada a deuda pública.

En su libro “¿Todos arruinados en diez años?”, el francés Jacques Attali demuestra cómo explota el nivel de deuda pública de algunos países occidentales en su producto interior bruto. Muy endeudados, estos gobiernos tienen actualmente muchas dificultades de financiación de su gasto público cuando recurren a préstamos y a subidas de impuestos.

Frente a esta dramática situación, tienen el privilegio de salir de la crisis con una fórmula con dos vectores. El primero, relanzar la economía a través de la guerra. De hecho, el pensador francés se remonta en la historia para demostrar que durante la crisis económica de 1929, cuando el mundo pasó velozmente de una deflación abismal de activos financieros a una profunda crisis económica, la manera de salir de la crisis fue a través de la segunda guerra mundial.

El segundo eje de la relación viene por el progreso tecnológico. Jacques Attali concibe este largo y problemático periodo de transición como un camino hacia lo desconocido. Es el que hubo entre 1971 y 1982 y que finalizó en apoteosis gracias a un progreso revolucionario de la tecnología, el microprocesador, con sus tres aplicaciones móviles, el ordenador portátil, el teléfono móvil e Internet.

De estas dos opciones, parece que con un Occidente en dificultades y excesivamente endeudado, sólo la salida de la guerra queda como posibilidad de relanzar la economía en el mundo occidental.

De hecho los ejércitos occidentales están a la búsqueda de riquezas para salvar a sus economías. En este nuevo rumbo desenfrenado para conseguir materias primas, sólo el continente africano queda como presa fácil para su interés.

Desde siempre África y sus débiles ejércitos ha sido incapaces de defender sus riquezas. Se dice que “Si tienes riqueza y no sabes protegerla, cualquiera puede cogerlas sin pedirte permiso”. Las guerras en las que están metidos los ejércitos occidentales en el continente africano son reveladoras de una nueva forma de mercantilismo.

De este modo, las guerras en la República Democrática del Congo, en Costa de Marfil y en Libia son ejemplos elocuentes del posicionamiento de Occidente. La carrera por conseguir las materias primas está abierta y África es el terreno predilecto para esta nueva batalla.

La RDC continúa pagando el precio. En la antigua colonia belga, las multinacionales occidentales han financiado a Ruanda, Uganda y Burundi para saquear las riquezas mineras del este del país.

A pesar de los informes de la ONU sobre el saqueo, ninguna acción está dirigida para prohibir y condenar a las multinacionales occidentales. Las tropas de Naciones Unidas enviadas a la RDC para garantizar la seguridad del pueblo congoleño están facilitando la balcanización de la RDC a estas multinacionales.

En Costa de Marfil, Francia que nunca concedió la independencia a los marfileños, se ha opuesto ferozmente a Laurent Gbagbo por tener este la dignidad de defender a su país del saqueo de sus riquezas. Oro, petróleo, cacao y el puerto de Abiyán están bajo control de hombres de negocios franceses respaldados hoy en día por tropas de Naciones Unidas.

En Libia, donde se ha visto a las Naciones Unidas, que se supone que deben defender el derecho internacional, votar una resolución para acordar que Occidente arme a los rebeldes contra el estado libio para luego hacer la guerra contra Libia y así hacerse con su petróleo.

Al mismo tiempo que se declaró la guerra a Libia, los gobiernos occidentales se reunieron en Londres para vender el petróleo de las zonas bajo control rebelde.

Esta forma de proceder de los capitalistas occidentales no es nada nueva. La acumulación por desposesión (término marxista de privatización y financiación para mantener el sistema capitalista) es permanente en la historia del capitalismo, remarca el egipcio Samir Amin.

Desde la trata de negros hasta la descolonización, pasando por la colonización de África, los occidentales han mantenido y siguen aún manteniendo guerras en África para saquearla y así relanzar sus economías cada vez que sus países entran en crisis.

Sin embargo la reciente historia nos enseña que el saqueo de los recursos de otros no es la única manera de enriquecerse. China, India, Alemania y Brasil han llegado a ser países ricos sin tener colonias y sin hacer la guerra contra las naciones que poseen recursos naturales.

A través del comercio y la investigación científica y no utilizando la guerra es por lo que se han convertido en naciones ricas, ¿Porqué los países occidentales no siguen esta vía?, esta es la clave del enigma.

Freddy Mulumba Kabuayi

Publicado en “Le Potentiel”, República Democrática del Congo, el 13 de abril de 2011.

Traducido por Juan Carlos Solís Santander.

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