Integración de la polaridad en la vida personal, social y global.

19/02/2018 | Editorial

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Los medios de comunicación, el estilo de vida actual y de relación con los inmigrantes, los líderes políticos y el sistema económico actual, tienden con frecuencia a: excluir, marginar y desacreditar al “otro”.(diferente, desconocido, extraño).

El día 20 de febrero es la jornada mundial de la Justicia Social, para recordarnos que dicha Justicia Social debe ser nuestro objetivo y compromiso de cada día, para que todos puedan acceder a Tierra, Trabajo y Techo, para una vida digna.

La mentalidad y compromiso primero es con frecuencia, el acaparamiento sin medida de capital, poder y recursos, aun privando a la mayoría en el proceso, de los medios para satisfacer las necesidades básicas.

El sistema político-económico actual tiende a acaparar por todos los medios el máximo poder y beneficios financieros, aun privando con ello a la mayoría, de lo necesario para sobrevivir. Estos poderosos se comportan como “lobos rapaces”, con impunidad.

Algunos líderes políticos, culturales y religiosos, en su afán de mostrar su cara amable, y de ganar credibilidad, tienden a hablar y hasta a apropiarse de los valores humanos y principios éticos, como: responsabilidad, respeto a los demás, solidaridad, justicia social, libertad, etc. que son comunes y universales, pero también comúnmente pisoteados.

Dicha actitud y comportamiento discriminatorio e injusto hacia el “otro”, genera tensión, conflictividad y dificulta la convivencia y la colaboración, en la sociedad.

HECHOS HISTORICOS:

– La historia de la humanidad nos muestra que es difícil integrar: unidad y diversidad, ciencia y fe, positivismo e iluminación, persona y comunidad, hutus y tutsis, nuer y dinka, kikuyu y luo, catalanes y españoles, propiedad privada y solidaridad….

– Vemos a grupos armados y violentos, gobernantes que gestionan los recursos, no para el bien del pueblo sino para beneficio propio, y a políticos que no hacen lo que dicen.

– Exclusión de inmigrantes y refugiados, personas y grupos fundamentalistas que dividen con relaciones excluyentes, creando “guetos” en la sociedad.

– También encontramos algunos líderes excepcionales que son capaces de integrar a todos los grupos sociales, en una comunidad más solidaria, como lo hicieron Senghor, Mandela, Obama, Martin Luther King, etc.

TENDENCIAS ACTUALES:

– Constatamos una mayor polarización y radicalización de los extremos: conservadores y modernos, capitalistas y antisistema, creyentes y ateos, autonomías y unidad nacional, ciencia y fe, nacionalismos y universalidad, etc.

– Discursos y acciones que excluyen al otro, condenan al otro, descartan al otro…

– Existen también grupos equilibrados que buscan el dialogo, el respeto mutuo, la integración y la colaboración.

– Muchos movimientos sociales, con diferentes características, buscan trabajar juntos por la justicia, el desarrollo sostenible y la paz.

CAMBIO DE PARADIGMA PERSONAL Y SOCIAL:

– Pasar de la exclusión del otro al conocimiento y acogida del otro, en su diversidad, por medio de una educación integral de más calidad, a todos los niveles.

– Los polos diferentes son necesarios para construir una familia real y una sociedad auténtica y enriquecida, superando todo tipo de estereotipos y complejos.

– El Papa Francisco habla y actúa siempre como integrador de polos diferentes y hasta opuestos. Acoge a todas las personas y grupos de cualquier etnia, religión y nación.

– Hoy más que nunca, debido a la globalización, necesitamos mejor conocimiento y aprecio del otro, unidad en la diversidad y solidaridad real para superar toda exclusión y para colaborar juntos en la construcción de un mundo más humano y justo.

– La integración de todos los diversos polos, a nivel personal, familiar, social y global es vital para un progreso sostenible de los pueblos, en África y en todos los Continentes.

Cambiar la mirada, discurso y compromiso, desde el “nosotros y ellos”, al encuentro de las personas en su diversidad, para acogerlas, respetarlas e integrarlas, en toda la vida social y económica del país, para construir juntos una mejor humanidad, en África y el mundo.

Toda auténtica regeneración en la capacidad de acoger y respetar al otro, nace desde dentro-interior y desde abajo-sociedad.

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