El agua es fuente de conflictos en muchas regiones de todo el mundo. Mientras que los países árabes buscaban el día 29 de junio, en Argel, una solución para poner término “al saqueo de Israel” del agua de Oriente Medio, existen muchas otras “guerras” de la misma naturaleza en los cuatro costados del planeta.
Todos los expertos que se reunieron en Argel, en el marco de la primera sesión del Consejo de Ministros árabes del agua, acordaron afirmar que el recurso del agua debe ser compartido y necesita una gestión transfronteriza común. Sin embargo, eso que debe concretizarse en el terreno y que crea tensiones entre estados, en ausencia de la ventaja principal para conseguir la paz, es el reparto del agua. En la India, la población de los estados Tamil Nadu y Karnataka lucha hoy en día por el uso del agua del río Cauvery. En el sur de África, el conflicto más conocido enfrenta a Botsuana con Namibia, por el agua del río Okavango. La voluntad de Botsuana de preservar el delta del Okavango – Makgadikgadi y su ecoturismo (con unos activos financieros muy importantes) ha provocado la ira de los namibios, que querían transferir el agua del río a la capital, Windhoek, para cubrir las necesidades del consumo industrial y doméstico.
El problema que había enfrentado a Argelia y a Libia, resultante de la voluntad de los dos estados de explotar el agua del lago subterráneo del Sáhara, la Nappe Albienne, parece ya arreglado aprovechando un acuerdo entre los dos países, que incluye también a Túnez, para que se realice un reparto equitativo del agua subterránea del Sáhara, si se tienen en cuenta las explicaciones del ministro de Recursos de Agua de Argelia, Abdelmalek Sellal. El agua también es origen de conflictos en Asia central desde hace 50 años, y que enfrenta a los cuatro países de la región, es decir, Kirguistán y Tayikistán, situados río arriba de los ríos Amou Daria y Syr Daria (fuente de conflicto) y Uzbekistán y Turkmenistán, ambos en la parte baja de los dos ríos. La ecuación se vuelto más compleja, como consecuencia de una batalla geopolítica entre los cuatro países vecinos. Los dos primeros países citados (Kirguistán y Tayikistán) poseen casi la totalidad de las fuentes de agua de la región, mientras que los otros dos países, poseen muy pocas fuentes, pero son ricas en petróleo y en gas. Las cartas de presión son numerosas y el conflicto en torno a los recursos de agua perdura tras cincuenta años.
El pasado 29 de junio, en la reunión que tuvo lugar en Argelia, los ministros árabes encargados de los recursos hidráulicos, evocaron el conflicto que enfrenta a Israel a los demás países de Oriente Medio. La explotación ilegal del agua de las capas freáticas palestinas de Cisjordania penaliza a todos los países de la región y sitúa a Palestina en un estado de estrés hídrico permanente. Israel no cesa tampoco de blandir la amenaza de desviar los dos ríos Hasbani (en Líbano) y Yarmouk (en Siria). Además, ha firmado un acuerdo para transferir agua dulce a través de tanques a Turquía. Este país también posee la clave del aprovisionamiento de agua de la cuenca del Tigris y del Éufrates, en Iraq. Por así decirlo, las tensiones persisten y se generalizan en numerosas regiones del planeta, promovidas por las presiones demográficas y las penurias. Los riesgos de que se produzcan conflictos entre estados están expuestos y reavivados por el juego geopolítico que enfrenta a muchos países de una misma región. Los expertos y las ONG, a semejanza del Consejo Mundial del Agua, preconizan “la hidrodiplomacia” y la negociación para encontrar una solución a los problemas planteados, pero también para otros conflictos temporales que pueda provocar el agua.
Escrito por Ali Titouche
Publicado en El Watan, Argelia, el 1 de julio de 2009.
Traducido por Patricia Herrero Pinilla, alumna de la Universidad Pontificia Comillas de Madrid Traducción /Interpretación, colaboradora en la traducción de algunos artículos.
