Desde el océano hasta las colinas del este, pasando por la depresión central, el petróleo congoleño es objeto de numerosos codicias. Así se explican las maniobras actualmente en curso protagonizadas por grandes compañías, que están desplazando a empresas jóvenes sin experiencia y sin medios. Los congoleños, tantas veces engañados, están a la expectativa sobre el destino que tendrán los ingresos de este maná.
Hasta ayer el petróleo congoleño era asunto de intermediarios y comisionistas. Hoy las grandes compañías se han despertado y acuden atropelladamente a la RDC para dividirse el maná. La primera ha sido la italiana ENI. La francesa TOTAL tiene también la ambición de lanzarse y algunas fuentes indican que no tardará en hacerlo en el Graben Albertine, al este. La americana Exxon, según Africa energy intelligence está también al acecho. ENI negocia desde hace unas semanas para hacerse con siete bloques en el Graben, en el lago Tanganika y en la cuenca o depresión central.
Ya en diciembre de 2010, Joseph Kabila anunciaba que en el tema del petróleo la RDC debía abrirse más a las grandes compañías que a las pequeñas sociedades. La irrupción de TOTAL y de ENI parece traducir esta voluntad. La negociación en curso va a permitir a las grandes la posibilidad de hacer prospecciones en el suelo congoleño. Según Africa energy intelligence, Luca Dragoneti, vicepresidente de ENI, y un geólogo del grupo, Davide Casini, han estado en Kinshasa para una segunda ronda de negociaciones sobre los bloques 15-16-17 de la cuenca central, los 1-2-3 del lago Tanganika y el 4 del Graben Albertine. Sin esperar el resultado final, los italianos ya han alquilado al parecer varios pisos para oficinas en el barrio de Gombe en Kinshasa. Estarían dispuestos a invertir 200 millones de dólares en 5 años. No desean perder el tiempo y se preparan para construir una plataforma de perforación en el Tanganika. Parece que ya habrían contactado con coreanos para esta obra. Para evitar problemas, ENI ha depositado una oferta a la Tanzania Petroleum Development Corp para operar también en el lado tanzano del lago.
Son miles de millones los que se están en juego en las negociaciones del sector petrolífero y la RDC corre el riesgo de cometer errores graves. Hay que llegar a acuerdos cuando las bolsas de petróleo son compartidas entre varios Estado. La RDC no ha logrado en ese sentido firmar compromisos firmes con Uganda y Tanzania. Ayer era la guerra de los minas, hoy puede ser la guerra del petróleo que está a las puertas de la RDC. En el futuro puede que la guerra sea la del agua, como lo indica el senador Modeste Mutinga. Como en el caso de las minas, el petróleo podría llevar a la emergencia de los señores de la guerra, instigados por explotadores descontentos.
Esta carrera tras el petróleo congoleño constituye un toque de alarma y exige que el gobierno ponga orden en este sector, teniendo como único credo el interés superior de la nación.
(Resumen de un artículo de Le Potentiel 26/04/2011)
Traducido por Ramón Arozarena.
