Etiopía: Cuando el zapato encaja

24/02/2010 | Crónicas y reportajes

(Una historia de éxito de una mujer y sus zapatos)

Los viejos neumáticos de camión nunca mueren, simplemente se transforman en sandalias.

Y ahora, gracias a una joven empresaria etíope que ha combinado el poder de internet a la hora de vender con un ágil negocio generalmente asociado a los países asiáticos, la idea se ha convertido en un gran éxito internacional.

Añadiendo algodón y cuero modernos en la parte superior de las suelas de neumático reciclado, Bethlehem Tilahun Alemu ha vendido miles de pares de sandalias, náuticos, mocasines y zapatillas de deporte estilo Converse hechos a mano a clientes extranjeros.

En el período previo a Navidades, los empleados de la “fábrica” soleRebels (una pequeña casa situada a las afueras de la capital de Etiopía) cortaban, cosían y pegaban frenéticamente para cumplir con los pedidos que se realizan por internet desde tan lejos como Canadá o Australia. El hermano de Alemu empaquetaba pares de zapatillas deportivas de algodón y gamuza para enviarlos a Amazon.com, el principal cliente de la compañía, que recibe los zapatos en Estados Unidos tres o cinco días después de haber realizado el pedido colectivo.

“Nuestra sede está en Addis Abeba pero actuamos como una empresa norteamericana”, dijo nerviosa Alemu, una joven de treinta años, antigua contable, que disfruta recitando los números que ilustran el rápido crecimiento de su firma.

Tan sólo cinco años después de su comienzo, soleRebels cuenta con 45 empleados a tiempo completo que pueden producir 500 pares de zapatos al día. Se contratará a más personal a partir del próximo mes, cuando la línea de calzado salga a la venta en el Reino Unido y en Japón, con un precio estimado de entre 21 y 40 libras esterlinas [24 y 45 euros], en la nueva página web especial para calzado de Amazon, javari.co.uk. La venta estimada de la empresa para el año 2010 espera ascender a la increíble cifra de 300.000 libras esterlinas, pero el objetivo final de Alemu —del que parece estar bastante segura— es mucho más alto: convertirse en “la Timberland o Skechers de África”.

El éxito de soleRebels, que ha prosperado en mercado mundial sin ningún apoyo exterior más que el proveniente de una línea de crédito del gobierno para ayudar a atender grandes pedidos, está poniendo en cuestión las ideas preconcebidas tanto sobre Etiopía como sobre cuál es la mejor forma de sacar a su pueblo de la pobreza.

En el extranjero, este país sin salida al mar aún soporta la imagen de una nación hambrienta e impotente, con seis millones de personas que necesitan ayuda alimentaria y miles de millones de dólares en ayudas todos los años.

Pero donde algunos ven desesperanza, Alemu ve inspiración. Mientras consideraba diferentes ideas en busca de un producto típico de Etiopía, que pudiera producirse de forma sostenible, le vinieron a la mente las sandalias de neumático de camión que llevaban los combatientes etíopes que repelieron a los soldados italianos hace ya muchas décadas, así como los rebeldes que entraron desfilando en Addis Abeba en 1991 y que hoy dirigen el gobierno. “Reciclar es un modo de vida aquí, no tiras cosas que puedes usar una y otra vez”, dice. “quería desarrollar esa idea”.

Cuando otras empresas de calzado etíope luchaban desesperadamente por competir con las importaciones baratas procedentes de China, soleRebels decidió concentrarse en el mercado de exportación, en el que Alemu pensaba que los clientes pagarían más dinero por productos de diseño único.

Encontró un proveedor que podía abastecerla de neumáticos y cámaras de camiones viejos, y contrató a mujeres para hilar, tejer y teñir algodón, yute y cáñamo producido en su zona, utilizando una destreza transmitida de generación en generación.

Haciendo un seguimiento de las tendencias de la moda internacional del calzado en la web, Alemu diseñó una gama de zapatos. Algunas son simples chanclas y sandalias cubiertas de algodón o de cuero, con nombres como Class Act o Gruuy Thong. Las más vendidas, las Urban Runer, están inspiradas en las clásicas zapatillas Converse All Star “LO-TOP” [bajas], con un trozo de cámara en la puntera y algodón orgánico para cubrir la suela. La mayoría de los productos provienen de los recursos locales, incluso el material de camuflaje que se usa en algunos zapatos se recorta de viejos uniformes militares.

Después de haber recibido el certificado de la Feria International de Comercio, Alemu comenzó a bombardear las tiendas y a las páginas web de Estados Unidos con e mails y muestras. Tiendas como Whole Foods y Urban Outfitters aceptaron vender sus zapatos, que se importaban libres de impuestos gracias a la ley estadounidense de Crecimiento y Oportunidades para África (African Growth and Opportunity Act) que ayuda a que los precios sean competitivos.

A medida que el boca a boca comenzaba, muchos clientes empezaban a comprar directamente a través de la página web de soleReber, que generalmente enviaba el calzado desde Etiopia por correo y llegaba en una semana. Pero el negocio despegó realmente cuando Amazon se unió a la lista de clientes.

Su éxito ha permitido a soleRebels comenzar a construir una fábrica que funciona con energía solar cerca al actual taller, que permita ampliar la producción y para exhibirse como una compañía de métodos respetuosos con el medioambiente. Aunque, como dice Alemu, estos métodos no son el principal motivo por el que a la gente le gustan sus zapatos.

“La gente compra soleRebels porque son de buena calidad, no porque sean ecológicos o de Etiopia”.

¿Cómo se está beneficiando Addis Abeba?

Sobre el terreno, la capital etíope Addis Abeba puede parecer estar atrapada en un túnel del tiempo. Los taxis son Ladas viejos, de hace décadas, que recuerdan al pasado marxista del país. La única red móvil que funciona en el país, gestionada por el estado, es tan rudimentaria que parece que se quedó estancada en el año 2002 —el año en curso según el calendario único etíope.

Pero entonces miras hacia arriba. Por toda la ciudad se están construyendo edificios (oficinas, bloques de pisos y hoteles) a una escala asombrosa. Puede que los andamios estén hechos de postes de madera, pero el resultado final es brillante. El dinero está fluyendo hacia Etiopia, gracias tanto a la diáspora como a los inversores extranjeros, y la economía se está expandiendo rápidamente. Hay muchos carteles de empresas, desde la famosa cadena de cafés Starbucks hasta la empresa automovilística nacional que está creando su propia marca de coches con componentes chinos.

Pero si Etiopia está en proceso de sostener y expandir su crecimiento —teniendo en cuenta necesariamente el rápido crecimiento de la población— debe prestar atención a la lección que nos enseña el calzado soleRebels y aumentar el valor de sus exportaciones. Actualmente, la mayor parte de las principales fuentes de divisas extranjeras, como el café y las pieles, se exportan en bruto, de modo que la mayoría de los beneficios aún se acumulan fuera del país, en las empresas que muelen el grano y hacen los bolsos.

XAN RICE

Fuente: Mail & Guardian, 11 de enero de 2010.

Traducido por Beatriz Aymat Basoa, alumna de la Universidad Pontificia Comillas de Madrid Traducción /Interpretación, colaboradora en la traducción de algunos artículos.

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