Estado de la nación de Kenia un año después del Acuerdo

23/02/2009 | Opinión

Un año después de la firma del Acuerdo Nacional de Kenia, Tom Kagwe, investigador de la Comisión de Derechos Humanos de Kenia, hace un balance sobre los éxitos y limitaciones de la formación de coalición del gobierno. Subrayando el progreso fragmentado hacia la verdad y la justicia, Kagwe expone que mientras el período postelectoral hizo que muchas personas se desplazaran en el interior del país, sigue habiendo una realidad problemática en Kenia, el informe de la Comisión de Investigación sobre la Violencia tras las elecciones (CIPEV) fue un paso muy celebrado hacia el fin de la impunidad política.

Ciudadanos keniatas, ya ha pasado un año desde que se firmó el Acuerdo Nacional por cuatro caballeros: el presidente Kibaki, el Primer Ministro Raila, el presidente de la República de Tanzania Kikwete y Su Excelencia, Kofi Annan. Con la firma de ese acuerdo, el Décimo Parlamento promulgó el Acuerdo Nacional y el Acto de Reconciliación (2008) y simultáneamente se enmendó la constitución de Kenia para que dichos acuerdos entraran en vigor. Un año más tarde, todos los keniatas tienen derecho a hacer un balance sobre: 1) qué ha funcionado y qué no lo ha hecho; 2) cuándo algunas cosas funcionaron y cuándo no lo hicieron; 3) por qué algunas cosas funcionaron y por qué otras no; 4) cómo algunas cosas funcionaron como lo hicieron y cómo otras no funcionaron; y 5) finalmente, quién es responsable de los éxitos o fracasos.

Teniendo en cuenta estos cinco factores, investigamos a la Gran Coalición un año después con el objetivo de hacer un control para poder fortalecer lo que funcionó y mejorar lo que falló. Se investiga en función a estos cinco factores dentro de cuatro indicadores clave: 1) La supervivencia de la coalición; 2) Comisiones de investigación; 3) Personas desplazadas en el interior del país; y 4) El Décimo Parlamento.

SUPERVIVENCIA DE LA COALICIÓN

La Gran Coalición es la primera coalición de la historia del gobierno de Kenia, al menos teniendo en cuenta lo que son las coaliciones: gobiernos que se forman tras las elecciones, cuando ningún partido ha obtenido la mayoría para formar un propio gobierno. La mayoría de las coaliciones en el mundo, especialmente en Italia, Japón o Israel, duran alrededor de un año. La coalición de Kenia ha superado un año, pero, por supuesto, con muchos conflictos internos. Pero los responsables del gobierno han sabido soportar tormentas y tornados de sus asistentes políticos, tormentas y tornados que podrían haber fragmentado la coalición. Los dos hombres han hecho que funcionara, ya que, como decimos en la política de Kenia, el partido es la persona que lo lidera: Kibaki y Raila siguen siendo los líderes, y, así, ellos son los que tienen y ejercen el poder, aunque algunos de los “ruidosos” del partido prefieran pensar que no lo son.

Sin embargo, hay casos donde los dos líderes se han dormido mientras hacían su trabajo. Por ejemplo, cuando el Partido de Unidad Nacional (PNU) se dividió y ahora algunos miembros elegidos del PNU ya han registrado sus propios partidos. Otro ejemplo de Raila es cuando permitía algunas disputas en el partido para desestimar el Informe Waki. No obstante, los dos líderes han demostrado ser hombres de Estado en más ocasiones de las que no lo han hecho, como cuando Kibaki permitió a Raila estar al frente del gobierno, pero también cuando Raila se rindió en las disputas de protocolo con Kalonzo, mostrando que no importa quién sea segundo, así como cuando mantuvo una postura firme en el asunto de la invasión del bosque de Mau.

Desgraciadamente, existe la necesidad de poner en relieve que esta coalición tiene el mayor número de ministros y asistentes políticos de la historia de Kenia. Los esfuerzos llevados a cabo por la población civil para tener “no más de 24 ministros” calculando a la baja no dieron su fruto, cuando los dos líderes eligieron la conveniencia política en un gabinete débil pero eficiente. Es descorazonador el hecho de que en un país caracterizado por el hambre, sumido en la mayor miseria, donde los precios de la comida y el carburante son altísimos, los dos líderes hayan permitido un gobierno tan enorme, que continua teniendo enormes ventajas y permisiones en un país donde la mayoría de su población vive en condiciones deplorables. Para poner las cosas aún peor, los timos relacionados con la corrupción en los acuerdos sobre el maíz y la harina continúan ensombreciendo a este gobierno.

COMISIONES DE INVESTIGACIÓN

Se propusieron cuatro comisiones durante las charlas de mediación, llamadas la Comisión Independiente de Revisión (IREC), Comisión de Investigación sobre la Violencia Postelectoral (CIPEV), la Comisión de Verdad, Justicia y Reconciliación (TRJC) y la Comisión Nacional de Relaciones Étnicas y de Razas (NERRC). Las dos primeras comisiones completaron su trabajo y presentaron informes a los dos líderes, informes que se hicieron públicos en unas horas. Funcionó bien, al menos teniendo en cuenta que antes sólo el gobierno llegaba a ver estos informes. Aunque se hicieron públicos, el gobierno parecía no estar de acuerdo sobre qué posición tomar.

Lo que no funcionó fue la manera en la que la Comisión Independiente de Revisión esquivó la responsabilidad criminal de todos en la Comisión Electoral de Kenia (ECK) o en cualquier otro departamento, incluyendo dentro de los partidos políticos conducidos por los dos líderes. Sin embargo, por lo menos la Comisión Independiente de Revisión recomendó desmantelar la Comisión Electoral de Kenia. La forma en la que se hizo esto no es el objeto de discusión de este comentario, pero los políticos han cambiado la constitución para solventar problemas de la misma forma en la que lo llevan haciendo durante 45 años. Además, en la Comisión Independiente de Revisión se investigó la autenticidad de los resultados de algunos informes de referencia y también el proceso de cuentas. Si hubieran hecho un informe de auditoria, que fue lo que recomendó el partido Keniatas por la Paz, con Sinceridad y Justicia (KTPJ), hubiera sido posible saber quién ganó realmente. Pero la Comisión Independiente de Revisión decidió optar por la posición de que era imposible saber quién ganó en las urnas. Venga, ¿en el siglo XXI y con sus investigadores?

El informe de la Comisión de Investigación postelectoral tuvo como resultado reacciones provocadas por las divisiones políticas y etno-sociales, pero, centrándonos en lo que nos incumbe, el comisario de Justicia Philip Waki y compañía hicieron bien su trabajo, especialmente con el asunto de la implementación autómata de secuencias y “listas secretas”, lo que empujó a los políticos a tener una actitud de pánico y confusión. Muchos keniatas apoyaban la implementación del informe, con el objetivo de terminar con la impunidad. Hoy en día, mientras que muchos aún apoyan la implementación, ha habido mucha confusión sobre qué camino tomar. Algunos han apoyado el propuesto “tribunal local”, mientras que otros afirman abiertamente que La Haya es la opción correcta.

No nos debemos preocupar. Ambas opciones son prácticamente idénticas; el llamado “tribunal local” está sujeto a mucha influencia extranjera, ya que cuenta con cuatro jueces extranjeros de los seis que hay en total, así como un fiscal general también extranjero, mientras que el Estatuto Especial es reminiscencia del Estatuto de Roma, pero con algunas dificultades. La única diferencia es que el “tribunal local” operará en Nairobi y no en La Haya. Para evitar cualquier duda, si los políticos fallan en el “tribunal local”, el Fiscal General Luis Moreno-Ocampo debería llevarles a todos ellos a la “lista” de La Haya inmediatamente. En resumen, la Comisión de Investigación postelectoral tuvo muchos problemas legales y algunas debilidades administrativas, pero, por primera vez, la Comisión de Investigación tiene a los políticos cogidos por los cuernos.

PERSONAS DESPLAZADAS EN EL INTERIOR DEL PAÍS

Más de 200.000 personas desplazadas dentro del país se quedaron sin casa y sin empleo en la ola de crisis que vino que tras las elecciones. Esta cifra son sólo datos estimados, ya que las cifras reales podrían alcanzar los 500.000 desplazados. Los que se quedaron sin casa fueron expulsados de sus casas o granjas, mientras que los que tenían negocios en varias partes del país se quedaron sin empleo. Además de otras muchas debilidades, el gobierno empezó un mezquino proyecto llamado “Operación Rudi Nyumbani (vuelve a casa)”, que desafiaba lo dispuesto por los tratados regionales e internacionales de los cuales Kenia es signatario, sin prestar atención a quiénes eran los desplazados y dónde estaban e ignorando los esfuerzos de los demás compañeros políticos.

Al final, un año más tarde, los desplazados aún se encuentran marginados en campos, especialmente aquellos cercanos a sus orígenes, en los llamados “campos de tránsito”. Si vieran las colinas y los valles del valle del Rift, Nyanza y las provincias del oeste en particular se sorprenderían. “Campos de concentración”, llenos de tiendas blancas o de color crema, son visibles desde la tierra y desde el cielo. El gobierno puede poner en duda esta información y comprar los anuncios de los periódicos para desacreditar los informes creíbles llevados a cabo por organizaciones como la Comisión de Derechos Humanos de Kenia, pero, la verdad sea dicha, muchos desplazados aún no han vuelto a casa. ¿Adónde ir? Mientras que se hacían enormes esfuerzos por “compensarles” con unas pocas monedas, el error del gobierno de no admitir la culpabilidad en el diseño, implementación, monitorización y evaluación del proyecto es simplemente una vergüenza.

EL DÉCIMO PARLAMENTO

Mientras que las emisiones en directo de los procedimientos representan un gran logro de la August House, (Como se conoce el edificio del Parlamento en Kenia) el Parlamento siempre acaba desacreditado. Tiene muchas responsabilidades que tomar, pero, hablando dentro del contexto de este comentario, su responsabilidad clave de legislar y, como se dispone en las secciones 30 y 46 de la Constitución, esta tarea debería llevarse a cabo mediante un examen profundo. Si se miran las facturas llevadas a cabo o aprobadas por la Asamblea del Décimo Parlamento y, más tarde, aprobada por el presidente, lo que queda es un misterio. El Acto de Revisión de Cuentas de la Constitución de Kenia (Enmienda), el Acto de Verdad, Justicia y Reconciliación, y la factura del NERRC, entre otros, revelan el nivel de honestidad, profesionalidad e integridad de los 222 diputados que forman el Décimo Parlamento de Kenia.

Su incapacidad para conseguir el bien común deja una simple conclusión: algo pasa en ese parlamento y no importa quién lo ocupa. La mayoría de los parlamentarios son nuevos, pero parece que los problemas como la falta de quórum y la traición al bien común mediante la aprobación de la terrible legislación que acabó con el Noveno Parlamento todavía persisten en el actual, un año después de la jura los titulares de cargo. Esta es la razón por la que P.H. Okondo, en el libro A del Comentario sobre la Constitución de Kenia, afirmó que lo que se necesitaba era estructuras y sistemas correctos, y no meramente los hombres o mujeres correctos.

COMENTARIO DE CONCLUSIÓN

Un año después de que se formara la Gran Coalición es difícil encontrar muchas cosas que decir. Sin embargo, la situación es complicada. Los líderes se han puesto firmes para llevar al país hacia la justicia y la reforma, pero, por otro lado, han fallado en la labor de dar máxima importancia a algunos puntos clave. Como el caso del portavoz del gobierno, quien no ha ayudado lo más mínimo, mintiendo a la población sobre el verdadero estado del gobierno; de hecho, este portavoz debería haber sido despedido hace tiempo. A pesar del ataque al Décimo Parlamento en el apartado anterior, muchos de sus miembros tienen su justa parte de éxito, algunos de ellos trabajando cercanos a la población civil en el pertinente asunto de las reformas. Un año después, el problema de los desplazados sigue siendo una de las peores heridas del país, mientras que el informe de la CIPEV se celebra por todo lo alto.

Tom Kagwe

*Tom Kagwe es investigador de la Comisión de Derechos Humanos de Kenia.

Artículo publicado en Pambazuka, el 05 de febrero de 2009.

Traducido por Arantza Cortázar, alumna de la Universidad Pontificia Comillas de Madrid Traducción /Interpretación, colaboradora en la traducción de algunos artículos.

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