La pasada semana, la empresa francesa Dassault vendió más de 120 aviones de combate “Rafale” (Ráfaga). Una venta que claramente se ha hecho bajo las normas del mercado de armas. Pero debemos tener en cuenta que, además de la venta de este tipo de aviones de combate, otras armas se venden y transportan día y noche a cualquier país. ¿No es esto una manera de estimular los conflictos en aquellos países donde existen grandes tensiones?
Las firmas que fabrican armas se frotan las manos ya que estos productos se venden bien. De hecho a pesar de la difícil situación económica mundial, los cien mayores fabricantes de armamento, excepto China, han facturado 401 mil millones de dólares USA durante 2009.
El conjunto de las ventas de armas de las cien compañías más importantes ha aumentado en 14,8 mil millones de dólares de 2008 a 2009, un incremento del 8%, según indica el SIPRI (Instituto Internacional de investigación para la paz) con sede en Estocolmo.
De todo los países exportadores de armas, la palma de oro se la lleva EEUU con una facturación de 247 mil millones de dólares, el 61,5% del total. Europa está representada dentro del “top 100” por 33 empresas de nueve países (Alemania, España, Finlandia, Francia, Italia, Noruega, Reino Unido, Suecia y Suiza).
Estos países facturan por un total que llega a los 120 mil millones de dólares, el 30% del total. El reto financiero es de envergadura pues es conocido que las economías de los países exportadores sufren turbulencias desde hace cinco años.
Sin ninguna duda la seguridad es la primera razón que dan los países compradores, ¿Tienen que invertir en armamento unas naciones donde la población en su mayoría es pobre, analfabeta, etc.? ¿Debemos utilizar el dinero de los contribuyentes para comprar armas que se utilizarán contra los mismos?
Venta de armas, preparar la guerra no la paz
Con la reciente venta de los “Rafales” franceses, el país importador, obviamente India, que mantiene con su vecino Paquistán tensas discrepancias, lo pone fácil para que con cualquier mínimo paso en falso se utilicen las armas.
Recordemos la guerra de Libia, fue con los “Rafales” franceses con los que se efectuaron los primeros bombardeos. “Quien quiere la paz prepara la guerra” dicen. Si India ha decidido tener una centena de “Rafales” es que se prepara para la guerra contra su vecino.
En África occidental la seguridad de la zona siempre ha sido preocupación de los pueblos y dirigentes. El caso de Mali pone actualmente el acento en la búsqueda de soluciones idóneas para templar una zona plagada de conflictos socio-políticos desde hace mucho tiempo.
De hecho cuando regresaron los ex combatientes tuaregs que estuvieron junto al difunto coronel Gadaffi rehusaron someterse a las leyes de la República, pudiendo volver las armas contra los propios malienses.
Por supuesto que es condenable el proceder de los malienses contra una parte de su población, pero debemos reconocer que Mali en la búsqueda de una solución a los múltiples ataques de AQMI (Al Qaeda del Magreb Islámico) muchos más que los de los rebeldes tuaregs, quiere restaurar la autoridad del estado y hacer que se respete la ley para que reine la paz en las localidades atacadas. La compra de armas en cantidad a menudo se ha relacionado con la seguridad de los países importadores.
Si es por la seguridad de las personas, los países ya disponen de un mínimo de armamento para protegerlas. Aunque a veces estos utilizan sus armas por uniformados contra las pobres poblaciones indefensas por razones de índole política (como es el caso de la mala organización de las elecciones en África, sobre todo cuando se convierten en conflictos sociales) Por tanto hay razones actualmente para que la venta de armas se reduzca considerablemente si lo que queremos en un mundo más pacífico.
Abou Ouattara
L’Hebdo du Burkina (El Semanal de Burkina)
Del 17 al 23 de febrero de 2012.
Traducido para Fundación Sur por Juan Carlos Solís Santander.
