Epidemia de meningitis en Burkina Faso: Entre declaraciones oficiales y la realidad

25/03/2007 | Opinión

A fecha de 14 de marzo de 2007 Burkina ha registrado 10.796 personas afectadas por meningitis. En la misma fecha, el número de muertes era de 801. Las autoridades sanitarias parecen, una vez más, haber sido sorprendidas por la epidemia. Varios distritos sanitarios están hoy afectados. Y la epidemia se extiende. A pesar de la asunción gratuita anunciada por las autoridades, la situación sigue siendo alarmante in situ.

«Yafaré, Yafaré, Yafaré». Por tres veces, esta sexagenaria llamó a su hijo dormido sobre sus piernas. Ella nunca tuvo respuesta. No oirá más la voz de su hijo. Yafaré ha rendido el alma en el centro médico, del sector 30 de Uagadugú, en la tarde del jueves 22 de marzo. Los médicos no pudieron salvar a este joven de veinte años afectado por la enfermedad.
Su madre, inconsolable, está sobrecogida por la rapidez con que su hijo ha desaparecido. El joven acababa de ser hospitalizado a raíz del diagnóstico positivo de los médicos. “¿Qué he hecho para que esta enfermedad entre en mi familia? Que la tierra te sea ligera Yafaré”. Con esta frase la vieja mujer ha dicho adiós a su hijo. Las lágrimas fluyendo sobre sus dos mejillas, las manos sobre la cabeza, la madre de Yafaré intenta consolarse entregándose a Dios Todopoderoso. “Es tu voluntad.
No puedo nada”, dijo ella. Hoy en Burkina, cientos de otras familias viven el mismo choque que el de la madre de Yafaré.

Desde el principio de año, las familias están enlutadas por la epidemia de meningitis. Según las cifras oficiales a la 11ª semana del año, 10.796 casos sospechosos de meningitis han sido notificados y de ellos 801 muertes. O sea un porcentaje de mortalidad del 7,42%. Son 21 los distritos sanitarios afectados: Zorgho, Réo, Kupéla, Tenkodogo, Uargaye, Pama, Fada, Yako, Bussé, Nanoro, Sapuy, Kombissiri, Léo, Kongussi, Gaua Barsalogo, Banfora, Pissy, Paul VI, sector 30 de Ouagadougou. En el centro médico con antena quirúrgica (CMA) del sector 30 de Uagadugú y en Pissy, se han habilitado tiendas específicamente para los enfermos de meningitis. En el sector 30, la movilización del personal es notable como en muchos otros CMA. Unos atienden, otros se movilizan para la vacunación. Difícil para el médico jefe del distrito encontrar tiempo para una entrevista. El programa está cargado todos los días, desde el principio de la epidemia: supervisiones in situ, reuniones de crisis y tensiones diversas. Su teléfono móvil no deja de sonar. Aunque los gastos de hospitalización van a cuenta del Ministerio de Sanidad para todos los enfermos de meningitis, algunos piensan estar abandonados a su suerte: “he gastado 13.500 francos cfa para pagar las recetas de mi mujer”, dice un hombre situado a la cabecera de su mujer embarazada.
“Aunque se nos ofrecen ciertos medicamentos gratuitamente, debemos pagar la parte fundamental” afirma a otro pariente de un enfermo. El médico-jefe del distrito es categórico: “La hospitalización es gratuita para todo el mundo. Algunos sufren otras enfermedades. Se prescriben algunas recetas que no son para meningitis”. “Se dice que mi hija tiene meningitis, pero nunca me han dado medicamentos. Siempre me dan recetas”, afirma una mujer, con una receta en sus manos. El centro medico del sector 30 se beneficia del apoyo técnico y financiero de algunos socios.

Realmente, los medicamentos no están siempre disponibles. Las existencias son limitadas. Los distintos protagonistas han señalado que las cantidades son insuficientes, tanto en medicamentos y reactivos de laboratorio, como en vacunas y consumibles, con relación a la demanda. Se había constatado una quiebra del stock de cloranfenicol, también en los distintos distritos. Una molécula con todo lo esencial para el tratamiento de la enfermedad. Las existencias de vacuna antiméningo A + C eran de 299.600 dosis. Una cantidad del todo insuficiente con relación a la demanda. Sólo el distrito del sector 30 tiene una población de 359.740. Ha sido, pues, necesario esperar la reacción de los socios, para comenzar las vacunaciones masivas. Una donación de la cooperación taiwanesa de cloranfenicol ha permitido también aumentar las inquietudes de ciertos agentes cuidadores. El centro medico del sector 30 es reconocido como uno de los centros más dinámicos. En la epidemia de cólera de 2005, este centro no perdió a ningún enfermo. Pero esta vez la situación es muy distinta. El número de enfermos es considerable y el personal está desbordado. Esta situación crea a menudo incomprensiones entre parientes de enfermos y personal cuidador: “Vaya allí a esperarnos. Ahora vamos nosotros. Desde esta mañana no nos hemos sentado. Estamos aquí para ustedes. Vamos a ocuparnos de todo el mundo”, intenta tranquilizar un médico a un padre visiblemente impaciente por ver a los enfermeros venir a la cabecera de uno de sus dos niños enfermos, que se tuerce de dolores en los brazos de su madre. Tiene una bolsita llena de medicamentos, que acaba de comprar, está visiblemente inquieto por el estado de salud de su niño.

La operación de vacunación gratuita iniciada concierne al grupo de edades comprendidas entre dos y treinta años. Contrariamente a lo que algunas personas piensan, eso no quiere decir de ninguna manera que otros no pueden coger la enfermedad. Esta elección se explica por el hecho de que cerca del 80% de los enfermos tienen entre dos y treinta años y sobre todo a la insuficiencia de vacunas. Sólo se dispone de 1.300.000 de dosis. Se aconseja a los otros adoptar medidas preventivas, protegiéndose al máximo contra el polvo y evitando que las mucosas nasales estén resecas. Se aconseja el uso de la manteca de karité. Los que tienen medios para hacerse vacunar pueden hacerlo en las clínicas privadas. Ya que la vacunación sigue siendo el único medio eficaz para protegerse de la meningitis.

En los pueblos, no es raro ver ancianos venir a hacerse vacunar. Y no se comprende la actitud de los agentes sanitarios en estos casos. Es difícil rechazar la vacuna a alguien que viene a implorarla. Otro problema es la duda de algunas personas sobre la eficacia de la vacuna. Algunos padres afirman que sus niños cayeron enfermos después de haber sido vacunados.

Esto siembra la duda las familias sobre la eficacia de la vacuna. Pero para los especialistas, no hay duda posible sobre la eficacia de la vacuna. Para ellos, si algunas personas cayeron enfermas después de haber sido vacunadas, es debido al hecho de que estas personas ya tenían el germen de la enfermedad antes de ser vacunadas. Lo cierto es que la epidemia de meningitis de este año es fatal.

Un millar de personas ya ha fallecido. Y queda mucho esfuerzo por realizar para acabar con la enfermedad. Se sabe también que un elevado porcentaje de mortalidad puede ser índice de una mala puesta en funcionamiento. ¿A partir de qué porcentaje se considera que la mortalidad es elevada? Estamos a 7,42% antes del final de la epidemia. Esperemos que este índice baje con la movilización de unos y otros.

Moussa Zongo

L´Evenement 25 de marzo de 2007

Traducido por Victoria Millán para el Departamento África de la Fundación Sur

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