Permanece alta la tensión en la zona de Bossangoa, una localidad del noroeste del país, en la que se produjeron violentos enfrentamientos que habrían causado la muerte de unas sesenta personas, muchas de ellas civiles. Fuentes del gobierno atribuyeron los disturbios a un nutrido grupo de asaltantes que serían partidarios del ex-presidente François Bozizé, destituido el pasado 24 de marzo por la coalición rebelde ‘Seleka’, cuyo líder Michel Djotodia asumió el gobierno del país.

“Cuatro localidades en las inmediaciones de Bossangoa están ocupadas desde el sábado. Los puntos de acceso han sido bloqueados para impedir a las fuerzas de seguridad brindar ayuda a los civiles”, declaró Guy Simplice Kodegue, portavoz de la presidencia. El funcionario señaló que “se trta de una operación de hombres armados que pretenden poner en dificultades el actual proceso de transición”. En espera de información más detallada, las autoridades centroafricanas precisaron que “los últimos actos de violencia han afectado sobre todo a la comunidad musulmana: dos mezquitas habrían sido incendiadas y un imán asesinado junto a su familia”. Fuentes del Consejo Nacional de Seguridad aseguraron que se han desplegado refuerzos militares en la zona de Bossangoa para recuperar el control de las aldeas ocupadas y restablecer la seguridad.

Los hechos del fin de semana se produjeron mientras continúa en Bangui el operativo de desarme y acantonamiento de los ex-rebeldes de Seleka, acusados de fomentar la inseguridad en la capital y en otras zonas bajo su control. Dos semanas atrás entre Bouar y Bouang, 500 kilómetros al oeste de Bangui, efectivos de Seleka atacaron una decena de localidades luego de un altercado con un grupo de jóvenes de la zona. Más de 4.500 viviendas fueron incendiadas, una iglesia fue profanada, medio centenar de personas murieron y miles han huido de la zona.

La situación es también inestable en la región septentrional de Pouar en la que según la oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR), algunas localidades han sido destruidas por las llamas y miles de personas han tenido que huir.

A más de cinco meses del golpe de estado, las nuevas autoridades no logran restablecer el orden en la República Centroafricana en la que hay también militares franceses y de países vecinos.

MISNA 09 Septiembre 2013