El papel de la cultura en el desarrollo africano (parte 2/2)

18/04/2017 | Opinión

El concepto de tiempo

A menudo se observa, de manera anecdótica, que el concepto de tiempo en África es algo flexible en comparación con el de los países desarrollados. Sin embargo, parece que hay algo de cierto en este popular cliché. Varios estudiosos africanos sostienen que, a pesar de la importancia de la medición del tiempo en algunas costumbres tradicionales, los africanos en general no son buenos en ello. En su ambiente tradicional, sin embargo, los africanos estaban obligados por ciertas rutinas a respetar estrictamente el tiempo. Por ejemplo, hubo momentos particulares en los que se debían realizar ciertos rituales, como un sacrificio. Dicho esto, en el África postcolonial, muchas cosas han cambiado, incluyendo la actitud hacia el tiempo. Aquellos que trabajan en el sector privado y deben llegar al trabajo a tiempo se ven sometidos a una presión particular por esta actitud despreocupada postcolonial.

Sin embargo, quienes trabajan para el sector público no siempre tienen las mismas limitaciones. Por lo tanto, si se necesita una buena participación para las reuniones planificadas, se deben enviar recordatorios constantes y el seguimiento es esencial en todas las áreas de interacción. En algunos países africanos, los participantes en talleres o seminarios tienen que recibir incentivos no sólo para asistir sino también para llegar a tiempo. Desafortunadamente, la mayoría de los países desarrollados esperan que las actividades se completen de manera oportuna. En consecuencia, muchos empresarios africanos encuentran difícil competir en el mercado global y algunos de ellos han perdido sus contratos porque nunca llegaron a realizar sus entregas a tiempo.

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Discriminación laboral

Hasta hace poco tiempo, había algunos trabajos que los africanos no aceptaban. Por ejemplo, durante los años setenta y ochenta, muchos trabajadores de las principales ciudades del continente eran reacios a aceptar ciertos empleos debido a estereotipos raciales o sexuales. Los hombres se mostraban reticentes a trabajar como limpiadores, cocineros, conserjes o camareros en hoteles y, si lo hacían, dirían que todavía estaban buscando un trabajo adecuado o que estaban haciendo un trabajo temporal mientras buscaban un trabajo permanente. Esperaban ser oficinistas, soldados, policías y conductores. Teniendo en cuenta nuestra débil economía, con altas tasas de paro y desempleo, debería haber una gran competencia por cualquier vacante disponible, sin ser discriminadas por motivos de género o consideraciones culturales.

Próximos pasos

En el lado positivo, hay algunas áreas donde los pueblos africanos muestran sus talentos culturales y están haciendo muy buenos progresos, por ejemplo, en la música y el cine. Para ello han tenido que adoptar las normas occidentales de cooperación y asociación, así como las de coordinación, creatividad e innovación.

Cooperación y asociación

Durante la lucha contra el Apartheid sudafricano, por ejemplo, los luchadores por la libertad buscaron con sus canciones la unidad en la lucha contra sus opresores. La mayoría de los antiguos presos políticos de Robben Island, como el expresidente Nelson Mandela y Walter Sisulu, reconocen que las canciones de liberación no sólo fueron un refuerzo de la moral, sino que también les impulsaron para seguir luchando hasta conseguir la libertad. En el África Austral abundan músicos y bailarines con talento, este activo se ha aprovechado para reforzar la economía creativa del país.

Por otro lado, existe la tradición cultural africana de que cuando hay que hacer alguna tarea la comunidad aparecería con los suministros necesarios y con música y empezaría a cantar y a bailar, animando a los trabajadores hasta que terminan la tarea.

Otro ejemplo del valioso capital cultural inherente a las sociedades africanas se observa en la República Democrática del Congo (antes Zaire), donde continúan surgiendo músicos de gran talento como M’billia Bel, Koffi Olomide y Papa Wemba. Con el apoyo del dictador Mobutu Sese Seko, estos músicos pudieron asociarse con varios grupos musicales congoleños para difundir su música por toda África, Europa y América del Norte. Como parte de esta revolución cultural, su música se convirtió en una fuente de orgullo y patriotismo en su país, que había sufrido brutales guerras civiles desde la independencia en 1961.

Según SXSW Schedule (2012), en las últimas décadas la industria de la música africana, tanto tradicional como moderna, ha crecido exponencialmente y ha tenido un impacto directo en las economías africanas. Ahora hay pequeños vendedores que han fundado estudios locales para producir y vender música. La música tiene el potencial de crear empleos, lo que a su vez reducirá la pobreza.

A este respecto, los gobiernos africanos deberían aprovechar este enorme activo y apoyar la música africana, tanto tradicional como moderna, como parte de sus reformas culturales. Sin embargo, si África va a cosechar los considerables beneficios potenciales de este gran activo, no sólo necesitará reforzar sus leyes de derechos de autor para prevenir la piratería, sino también mejorar su asociación y cooperación con las empresas privadas para ampliar el sector.

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Creatividad, innovación y trabajo en equipo

Otra manifestación cultural que merece mayor atención es el cine africano. Según Koichiro Matsuura, exDirector General de la UNESCO, «la producción cinematográfica y de vídeo es un ejemplo brillante de cómo las industrias culturales, como vehículos de identidad, valores y significados, pueden abrir la puerta al diálogo y la comprensión entre los pueblos, además de proporcionar desarrollo y crecimiento económico”, (UNESCO, 2009). Por otra parte, las películas africanas han permitido a mucha gente conocer la creatividad y el talento de África.

A pesar de los desafíos a los que la industria cinematográfica debe enfrentarse en África, incluyendo restricciones financieras, piratería, problemas de distribución y la falta de un marco regulador adecuado, Moudio (2013) confirma que el cine africano no es sólo una industria de entretenimiento, sino una importante fuente de ingresos. Este es sin lugar a dudas el caso del cine nigeriano, que actualmente da empleo a más de 1 millón de personas, lo que lo convierte en el mayor empleador del país después de la agricultura. Además, la producción de la industria cinematográfica nigeriana, conocida como «Nollywood», tiene un seguimiento masivo en África y entre la diáspora africana en todo el mundo. El expresidente nigeriano Goodluck Jonathan, que era un gran partidario de Nollywood, lo proclamó como la luz brillante del país e insistió en que se hiciera todo lo posible para asegurar que esta luz siguiera brillando.

Aparte de en Nigeria, la industria cinematográfica ha seguido creciendo en muchos países africanos como Sudáfrica, Burkina Faso, Malí, Ghana, Kenia, Tanzania, Uganda, Zimbabwe, Senegal, Egipto, Marruecos y Angola. Sudáfrica ha presenciado un aumento constante en la calidad y la reputación de sus películas. Una película sudafricana, Tsotsi, ganó en 2006 el premio de la academia a la mejor película en lengua extranjera. Además, gracias a su buen clima, Sudáfrica se ha convertido en escenario de algunos grandes éxitos internacionales de taquilla como Mad Max: Fury Road, Diamante de Sangre, protagonizada por Leonardo Di Caprio, e Invictus, dirigida por Clint Eastwood.

Todas estas son señales positivas de que la industria africana está rompiendo con sus fronteras culturales tradicionales. Ahora, lo que la industria necesita son embajadores culturales, un fuerte apoyo político y el apoyo financiero del sector privado del continente y de sus asociados para el desarrollo. El apoyo de Goodluck Jonathan a Nollywood es particularmente instructivo en este sentido. No cabe duda de que si los líderes africanos alientan y promueven las películas africanas, los beneficios serán inconmensurables. En muchos de sus países, el continente representa un enorme mercado de más de mil millones de personas que África no debe descuidar. Este mercado ofrece perspectivas para reducir el desempleo, en particular entre los jóvenes graduados, lo que a su vez reducirá la pobreza y elevará el nivel de vida en los países afectados. Con presupuestos reducidos, la industria cinematográfica africana ha podido aprovechar algunos de sus talentos culturales, como el trabajo en equipo, la creatividad y la innovación.

Conclusión

La cultura es, de hecho, un factor vital que debe tenerse en cuenta al discutir o contemplar la acción en el desarrollo. África es un continente inmenso y de culturas diversas. Hay grandes variaciones entre sus regiones, países y grupos étnicos, y esto debe ser reconocido. En lugar de ver esto como un impedimento para el desarrollo, el continente debe aprovechar esta rica diversidad cultural en su búsqueda de desarrollo económico y debe cambiar las actitudes de su pueblo hacia el trabajo, la confianza interpersonal, el tiempo, la juventud y las mujeres. Los éxitos en Botswana (Hanson, 2008), Mauricio (Zafar, 2011) y otros países demuestran que los africanos pueden ser puntuales, innovadores, emprendedores y con visión de futuro. Además, se debe hacer mucho más uso de los talentos creativos disponibles en el continente, de su drama, películas y música como instrumentos eficaces para concienciar a los africanos de la necesidad de educación y de un cambio en sus actitudes y valores negativos Para impulsar su desarrollo económico.

Al mismo tiempo, debemos aceptar que los atributos que sustentan el rápido éxito de países como Japón y otros países desarrollados tardarán tiempo en calar en Áfricar. Para mejorar sus economías, la cultura de la buena gobernanza no puede ser vista como un lujo lejano, al que se aspira, pero se evita en la práctica: para impulsar el desarrollo económico todos los valores culturales importantes deben estar en su lugar y deben ser gobernados por la transparencia, la responsabilidad, empoderamiento. Al igual que Japón, cada país africano individual debe construir su propia economía basada en sus valores culturales locales. Los éxitos de las películas africanas (Nollywood) y de la música africana son meramente instructivos.

John O. Kakonge

* John O. Kakonge es consultor y asesor de desarrollo sostenible.

Referencias:

Diamond, J. (1999). Guns, Germs and Steel: The Fates of Human Societies. New York, W. W. Norton & Company Inc.

Hanson, S (2008). “Botswana: An African success story shows strains”. Available at: http://www.cfr.org/botswana/botswana-african-success-story-shows-strains….

Independent (2015). “Botswana tops Lonely Planet’s list of best place to visit in 2016”. Available at: http://www.independent.co.uk/travel/botswana-tops-lonely-planets-list-of….

Moudio, R. (2013). “Nigeria’ film industry: a potential gold mine?” Africa Renewal. Available at: http://www.un.org/africarenewal/magazine/may-2013/nigeria%E2%80%99s-film-industry-potential-gold-mine.

Okafor F. C (1974) Africa at Crossroads, New York, P.22

Shah, V. (2015). “The role of music in human culture”. Available at: http://thoughteconomics.com/ the- role-of-music-in-human-culture

SXSW Schedule (2012). “Banking beats: Africa’s music economy”. Available at: http://schedule.sxsw.com/2012/events/event_MP9114.

UNESCO (2009). “Nollywood rivals Bollywood in film/video production”. Available at http://www.unesco.org/new/en/culture/themes/dynamic-content-single-view/….

UNESCO (2016). “Learning to Live Together”. Available at: http: //www.unesco.org? New/en/social-and-human-sciences/themes/international.

Zafar A. (2011): “Mauritius: an economic success story” in: Yes Africa Can. Success Stories from a Dynamic Continent. Eds. Punam Chuhan-Pole and Manka Angwafo. World Bank, Washington DC, 2011.Available at: http://siteresources.worldbank.org/AFRICAEXT/Resources/Mauritius_success.pdf. Zimmermann, K. A. (2015). “Definition of culture”. Available at: http://www.unesco.org/new/en/social-and-human-sciences/themes/international-migration/glossary/cultural-diversity/

Fuente: Pambazuka News

[Traducción y edición, Sarai de la Mata]

[Fundación Sur]


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