El “Modelo Ruandés” es un engaño

1/07/2011 | Opinión

¿En qué ámbito podría Ruanda servir de modelo a los demás países africanos?

El periodista François Soudan, del semanal Jeune Afrique realizó una entrevista al presidente de Ruanda, Paul Kagame, que se publicó en la red el pasado 11 de mayo de 2011. En ella, el periodista presenta Ruanda como “otra África”, como “una África donde no existen ni los techos de paja, ni las bolsas de plástico, ni los mendigos, ni la gente en sandalias” y como “modelo” que hay que imitar. En reacción a esta entrevista, Gaspard Musabyimana se pregunta en qué ámbito podría Ruanda servir de modelo a los demás países africanos.

Ruanda es el país africano que ha planificado la esterilización a gran escala de sus varones para, supuestamente, frenar el crecimiento de la población.

Ruanda es el país africano que prohibió a sus habitantes desplazarse libremente por no llevar calzado. En muchos países del continente, los campesinos andan descalzos. La educación debería lograr, a largo plazo, que se tome conciencia de las ventajas que supone el uso de zapatos, pero imponerlo es un sinsentido. En Ruanda, la gente descalza no puede acudir al mercado, ni a las dependencias administrativas para arreglar papeles, ni a los hospitales para ser atendida.

Este país se gestiona como si fuera propiedad privada del presidente Kagame y de un puñado de militares y civiles que le están ciegamente sometidos. Un día, se levantan y deciden prohibir el francés en las escuelas. Se aplica de inmediato. Tras unas dudosas conversaciones con gigantes de la industria farmacéutica, decretan que cientos de jóvenes deben ser vacunadas contra el cáncer de cuello del útero. La campaña suscita dudas y perplejidad, ya que en ningún momento se pide la opinión de las adolescentes. En el patio del colegio, las ponen en fila y las vacunan ipso facto, sin más explicaciones. Algunos observadores estiman que estas pobres no son más que conejillos de indias para realizar investigaciones clínicas sobre la vacuna.

Ruanda es un país africano “sin tejados de paja”. Esta situación se debe a una política de destrucción de las casas con este tipo de tejado. Regimientos militares enteros recorrieron por completo el territorio nacional con la orden de arrasarlas todas. Más de 100.000 habitantes se quedaron sin hogar. En la actualidad, estas personas duermen al raso, como lo podemos observar en las fotografías que colgaron en su página (http://www.igitondo.com/spip.php?article1600) unos estudiantes de la Universidad Nacional de Ruanda. Algunas son estremecedoras: una mujer y su hijo, debajo del árbol que les cobija, con plásticos recuperados en vertederos para cubrir este refugio improvisado.

Ruanda es el único país africano en el que, en época de paz, el presidente ha obligado a más de cien de sus ministros y mandos militares a exiliarse.

Según el diario británico The Independent, los servicios secretos del país, el MI5, advirtieron al embajador de Ruanda en Gran Bretaña que Londres podría retirar su ayuda para el desarrollo si la campaña de acoso en contra de la diáspora ruandesa en Reino Unido no se detenía.

Ruanda es el país en el que se puede ver cómo, en cada uno de sus discursos, el presidente vocifera insultos a sus oponentes políticos y a los actores de la comunidad internacional que se atreven a destacar sus derivas. La oposición política y los periodistas que son muy críticos hacia el régimen están en la cárcel y la justicia, que es feudo del presidente, les inflige duras penas sólo por haber ejercido sus derechos políticos y de opinión.

Sin embargo, el presidente ruandés, Paul Kagame, sigue enfrentándose a la justicia internacional. La justicia francesa le considera responsable del atentado contra el avión de su predecesor, Juvénal Habyarimana, que acabó con la vida de éste y la de la tripulación francesa; la justicia española, por su parte, le acusa del asesinato de unos ciudadanos suyos que colaboraban con unas ONG en Ruanda.

Ruanda no dispone ni de recursos minerales, ni de industria de transformación. Se exporta, a pequeña escala, té y café. El crecimiento económico del país es un espejismo. Desde 1996, el país se enriquece con el botín de guerra traído desde la República Democrática del Congo, cuyos recursos naturales se saquean sistemáticamente. Los efectos del robo y del saqueo alteran la economía ruandesa.

El informe del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) del año 2007 indicaba que el 62% de la población rural vivía en una miseria terrible, cuando la proporción sólo alcanzaba el 50,3% en 1990. Además, el informe sitúa Ruanda entre los 15 países con mayor índice de desigualdad en el mundo. En Ruanda, la subida de los precios, entre los que se encuentran los de los alimentos y los de los productos derivados del petróleo, es casi exponencial.

Kigali, su capital, es una ciudad limpia pero, ¿a qué precio? El acceso a la capital está restringido y tiende a reservarse a los más ricos, con sus zapatos rutilantes. Se han construido verdaderos campos de concentración en la isla Iwawa del Lago Kivu, en los que se amontona a toda esa “chusma” de la capital. Tras medidas salvajes de expropiación que no dejaron que los afectados pudieran instalarse de nuevo en zonas más alejadas del centro y más baratas, los barrios pobres de Kigali fueron arrasados y aumentó así la población sin techo.

No. Los africanos no deberían dejarse engañar por la propaganda. Ruanda no puede ser modelo ni democrático, ni económico, ni social. Es una dictadura. (1)

El programa “bye bye nyakatsi” se está convirtiendo en desastre humanitario

La política de destrucción de las casas con tejado de paja, que el gobierno ruandés lanzó en 2007 con el objetivo de mejorar la sanidad y el bienestar de la población, se está convirtiendo en una verdadera pesadilla para los muchos ciudadanos que se quedan sin techo, sobre todo en las épocas de fuertes lluvias.

Miles de casas con tejado de paja, denominadas “nyakatsi” en lengua kinyarwanda, fueron destruidas sin que se propusiera ninguna solución a los propietarios para realojarse. Peor aún, muchas casas fueron destruidas sin que lo supieran siquiera los dueños.

Según las autoridades ruandesas, “estas casas provocan muchos accidentes debido al fuego y a la lluvia”.

Muchas familias viven en estas casas por su extrema pobreza.

En realidad, la visión que tiene el régimen de Paul Kagame es una verdadera insensatez. Aunque algunos campesinos, sobre todo pigmeos, prefieran claramente este tipo de viviendas, son muchos los que viven en ellas por su extrema pobreza.

Los buenos resultados económicos ruandeses, de los que el régimen se jacta sin parar, esconden sin duda esta tremenda pobreza en la que vive gran parte de la población. Según el informe sobre el desarrollo humano en Ruanda de 2007, “estas elevadas tasas de crecimiento también esconden una gran desigualdad, cada vez más marcada, entre clases sociales, regiones y sexos”. El informe también denuncia que “la desigualdad, cada vez más llamativa, es una amenaza para la disminución de la pobreza y el crecimiento económico” La economía crece en detrimento de la inmensa mayoría de los ocho millones de ruandeses que viven en las zonas rurales. Esto significa que las riquezas no están bien distribuidas y que prácticamente sólo la población urbana puede disfrutarlas.

Muchos, empezando con las instituciones financieras mundiales y otros prestamistas, aplauden las orientaciones económicas del régimen. Es cierto que algunos progresos pueden despertar cierto optimismo: crecimiento del 8% en la capital, mejoras en la lucha contra la malaria, campaña de alfabetización masiva, progresos en el sector de la educación (la escuela primaria es gratuita y obligatoria para todos)…

El régimen quiere mostrarse competente y se cuida mucho, sobre todo, de disimular bien todo lo que pueda empañar esta buena imagen. Pero las chozas de paja que cubren colinas enteras desmienten sus progresos.

El gobierno de Kigali, que no soporta que se le contradiga, ha entendido que la presencia de estas chozas va en contra de su propaganda destinada a que se crea que Ruanda es un país en el que todo va bien.

El régimen de Kigali cuida con esmero la imagen que quiere dar de Ruanda, hasta tal punto que, en las grandes ocasiones en las que acuden personalidades extranjeras, el gobierno obliga a los habitantes de la capital, en especial a los que viven en las inmediaciones de los itinerarios previstos, a pintar sus casas de un color determinado o a arreglar la parte delantera, para que todo parezca perfecto. Los que se niegan ven cómo, sencilla y llanamente, se arrasan sus casas.

Dificultades para construir en Ruanda, sobre todo en el campo

Aquellos que viven en dichas chozas acusan a las autoridades de ser responsables de esta situación. De hecho, desde 2005, fingiendo proteger el medio ambiente, las autoridades ruandesas prohibieron a las familias utilizar arcilla y madera, y autorizaron así la fabricación de tejas únicamente a las cooperativas. Según las autoridades, la fabricación de las tejas debe pasar por las cooperativas, lo que evitará desperdiciar madera y arcilla y salvaguardar el medio ambiente. Sin embargo, es deplorable que estas supuestas cooperativas en realidad no sean más que empresas cuyos principales propietarios resultan ser la mayor parte del tiempo los encargados de ejecutar ese programa para eliminar las casas de paja. Y por si fuera ya poca polémica, las asociaciones que intentan ayudar a los habitantes a reconstruir sus casas están obligadas a comprar los materiales a precios desorbitados a esas supuestas cooperativas.

¿Cómo se lleva a cabo este programa?

Militares, policías y autoridades locales llegan a un municipio sin avisar, localizan las casas de paja (fáciles de identificar) y todo lo que hacen es preguntar si hay alguien dentro. Cuando la casa está vacía le prenden fuego directamente y se quedan esperando a que se consuma por completo para después derribar las paredes.

La presencia de hombres uniformados permite aterrorizar (y a ser posible controlar) a los propietarios que intentan oponerse a la destrucción de su casa. Todo lo que se les pide a los ocupantes es evacuar rápido el lugar. Ni siquiera se les da tiempo para sacar lo poco que poseen (2).

200 millones de euros en Ruanda para reforzar la dictadura

Según un artículo de François Janne d’Othée publicado en el diario belga Le Vif nº17 el 29 de abril de 2011, el ministro de Cooperación belga Olivier Chastel se prepara para negociar con Ruanda un nuevo Programa Indicativo de Cooperación (PIC) para el período 2011-2014, lo que supondría la nada desdeñable cantidad de 200 millones de euros. De esos 200 millones, se ha acordado repartir 160 entre tres sectores: la sanidad, la energía y la descentralización. Más tarde, tras una evaluación, se entregaría una cantidad “extra” de 40 millones en función del respeto a los criterios internacionales en lo que se refiere a gobierno, democracia y libertades individuales. Nótese que la parte belga asignada directamente al presupuesto ruandés no sobrepasa el 40% y este se dirige a proyectos debidamente identificados, mientras que los británicos depositan más del 90% de su ayuda directamente en las cajas de Kigali. Algunas ONG muestran su preocupación: ¿se puede imaginar el desembolso de tal cantidad de dinero a favor de Ruanda sin tener en cuenta el respeto a la democracia y los derechos humanos? El partido en el poder se ha encargado de controlar las últimas elecciones y Paul Kagame fue reelegido en 2010 con un resultado estaliniano. Aquella que quiso desafiarle, Victoire Ingabire, pronto acabó pudriéndose en la cárcel durante 200 días. Ya sea en la política, la prensa o la sociedad civil, las voces disonantes continúan enfrentándose al mismo dilema: callar o exiliarse (3).

Según Emmanuel Neretse, el ministro belga habría manifestado que los primeros 160 millones serían asignados a los sectores de la justicia, la educación y la sanidad.

Ante estas buenas intenciones, lo que el cooperador belga no sabe es que el régimen dictatorial del FPR de Paul Kagame se ha convertido en todo un experto en disfrazar los conceptos y en que los extranjeros oigan al revés el discurso del régimen.

La Justicia

Cuando Bélgica acepta otorgar su ayuda al ámbito judicial, cree, de buena fe, que ese dinero está destinado a mejorar el sistema ruandés y así ir haciendo progresivamente de este país un Estado de derecho. Error. La ayuda de Bélgica en este ámbito será utilizada para acosar a los oponentes que viven en el extranjero. Servirá para financiar ciertas acciones, ya sea para asesinarlos, ya sea para levantar informes falsos contra ellos basándose en falsas acusaciones.

La Educación

Tanto el gobierno belga dimisionario como el que está actualmente en funciones creen que los millones que van a destinar a Ruanda contribuirán a apoyar el sistema educativo del país y a mejorar la calidad de la enseñanza y la vida de los estudiantes. Error. Esta suma servirá para financiar las becas de estudios de los hijos de familias ricas que, sin ayudas, podrían soportar los gastos de escolarización de sus hijos. Este dinero servirá para que la diferencia entre la élite y la gran mayoría de la población se haga más profunda aún.

La sanidad

Lejos de servir para mejorar el sistema sanitario para todos, la ayuda belga en este ámbito irá a parar al controvertido programa de esterilización obligatoria de 700.000 varones durante dos años y, a pesar de que siguen en fase de ensayo, a las vacunas de adolescentes de clases modestas. Un verdadero proyecto genocida que Bélgica se arriesga a financiar.

La cantidad destinada al buen gobierno se dedicará en realidad a reforzar el despliegue por todo el territorio de la milicia del partido FPR en el poder, denominada “Intore”. Este dinero servirá también para financiar la propaganda del régimen en el interior del país hasta llegar a la entidad administrativa más pequeña, silenciando y reprimiendo toda voz discordante. La cantidad destinada a la cooperación regional sólo servirá para financiar acciones de desestabilización de la RDC y Burundi, y sobre todo para permanecer en el este de la RDC mediante rebeliones teledirigidas por Kigali y multinacionales involucradas (4).

El 27 de mayo, el coronel Luc Marchal, antiguo comandante de los Cascos Azules en el sector de Kigali en Ruanda en 1994 y Jean Verstappen, antiguo senador y Secretario de Encuentros por la Paz, enviaron una carta a Olivier Chastel, ministro belga de Cooperación. A continuación se detallan amplios extractos de dicha carta.

“Diferentes países europeos disminuyeron su cooperación con el gobierno ruandés tras la publicación, el 1 de octubre de 2010, del Informe Mapping del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos. Este informe contiene terribles alegaciones de crímenes de guerra y de crímenes contra la humanidad (incluso de genocidio) perpetrados por los actuales dirigentes de Ruanda. Las repetidas agresiones del Ejército Patriótico Ruandés (APR por sus siglas en francés) y de sus milicias político-militares son responsables, sólo en territorio congoleño, de la muerte de aproximadamente 4 millones de personas. En concreto los efectivos de dicho APR sobrepasan actualmente la cifra de 70.000 hombres. Como comparación, cuando el llamado régimen “dictatorial” del presidente Habyarimana fue atacado por el FPR en octubre de 1990, el efectivo total de las Fuerzas Armadas ruandesas alcanzaba los 6.000 militares y 2.000 policías. No se puede explicar, por tanto, el hecho de que se pueda decidir apoyar económicamente a un país que cuenta con fuerzas armadas pletóricas, en total incompatibilidad con sus necesidades reales en cuanto a defensa. Si el gobierno ruandés dedicase menos medios económicos al mantenimiento de una “herramienta de defensa” de una sola etnia sobredimensionada, podría hacer frente él mismo a sus necesidades en cuanto a sanidad, energía y descentralización.

Es paradójico que parte del dinero de los cooperadores sea asignada, incluso bajo ciertas condiciones, a un gobierno que, a diario, muestra una profunda aversión por los valores democráticos. No es necesario retomar los métodos utilizados por Kigali para:

? silenciar toda oposición democrática en Ruanda;

? eliminar físicamente a oponentes destacados que se encuentran en el extranjero;

? impedir a un porcentaje importante de la juventud acceder a la enseñanza;

? obligar a los campesinos a cultivar productos de exportación, más que los imprescindibles para su propia supervivencia;

? frenar la tasa de crecimiento de los Hutu aplicando un amplio programa de esterilización;

? impedir a los representantes de esta misma comunidad acceder a puestos de responsabilidad dentro de la estructura del Estado.

Por tanto, se teme que las protecciones democráticas que podrían ponerse en marcha no sean realmente respetadas. La historia reciente de la África de los Grandes Lagos demuestra que al presidente Kagame no se le impone una conducta determinada. Él siempre ha definido sus propios objetivos y puesto en marcha los medios necesarios para conseguirlos. De hecho, a pesar de los dos informes de la ONU relativos al pillaje de las riquezas mineras del Congo, Ruanda todavía no ha puesto fin al saqueo de las provincias orientales congoleñas.

Por ello, si realmente se quieren promover verdaderos avances en cuanto a democracia y respeto de los derechos humanos, más bien se debería apoyar en concreto el diálogo inter-ruandés, siendo de momento España el único país que lo hace. De hecho, gracias al apoyo español, diversas asociaciones representativas de la sociedad civil ruandesa se benefician de un foro en el que los representantes en que delegan extraen lecciones del pasado problemático y doloroso de su país e intentan definir un futuro común para todos los ruandeses, sea cual sea su clase social o etnia. Los progresos ya realizados tras esta reflexión merecen de manera incontestable que nuestro país apoye también, de un modo activo y concreto, esta iniciativa intrínsecamente pluralista y demócrata. De lo contrario, el totalitarismo en Ruanda tendrá aún días de esplendor por delante”.


Fuente: Rwanda Actualité – mayo de 2011 – Pace per il Congo.

(1) Ver Echos d’Afrique del 16 de mayo de 2011 en:
http://www.echosdafrique.com/20110516-existe-il-reellement-un-modele-rwandais-adoptable-par-d%e2%80%99autres-pays-africains

(2) Jean Mitari – Jambonews.net – Africatime del 3 de mayo de 2011

(3) Cf François Janne D’othée – LeVif del 11 de mayo de 2011 en:
http://levif.rnews.be/fr/news/actualite/international/rwanda-une-carotte-pour-la-democratie/article-1195008901004.htm#

(4) Cf Emmanuel Neretse – Echos d’Afrique del 16 de mayo de 2011 en
http://www.echosdafrique.com/20110516-la-belgique-offre-t-elle-200-millions-d%e2%80%99euros-au-rwanda-pour-renforcer-la-dictature

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