El futuro político de Uganda depende exclusivamente de los ciudadanos ugandeses, miércoles, 26 de enero de 2011

11/02/2011 | Opinión

Como amigos de Uganda, los Compañeros a favor de la Democracia y del buen Gobierno (Partners for Democracy and Good Governance, PDG), una agrupación no oficial de embajadores de la Unión Europea y de sus Estados miembros: Japón, Noruega, Estados Unidos y las Naciones Unidas, esperan y confían en que el pueblo ugandés celebre unas elecciones libres, justas y pacíficas el próximo día 18 de febrero.

Existen varias razones para sentirse esperanzados y positivos: la campaña ha transcurrido pacíficamente hasta este momento y los actores políticos andan ocupados en todo el país intentando convencer a los votantes ugandeses para que salgan el 18 de febrero, a votar a sus candidatos presidenciales y parlamentarios predilectos.

Se han empadronado muchos votantes nuevos, y los observadores electorales locales y extranjeros se están preparando para presenciar el entusiasmo del día de las elecciones.

Como compañeros, hemos apoyado constantemente al Gobierno de Uganda para que garantice la credibilidad y legitimidad del proceso electoral; el cual supone una parte importante de la democratización del viaje. El Gobierno ha subrayado su compromiso de unas elecciones libres y justas que cumplan con los principios internacionales. Además de estar consagrados en la constitución, es un objetivo clave en el Plan de Acción según el Mecanismo Africano de Evaluación Paritaria (African Peer Review Mechanism, APRM). Todos sabemos que las elecciones son sólo uno de los elementos del proceso democrático. Pero son una parte importante. Las elecciones brindan al pueblo la oportunidad de expresar sus opiniones sobre quién debería dirigir el país y a qué programa de partido van a apoyar.

También sabemos que el éxito en la gestión del Día de las Elecciones se prevé de antemano antes de que despunte ese mismo día. El éxito depende de los preparativos que se han establecido para cumplir unas condiciones de igualdad. Todos los votantes aptos necesitan estar empadronados y provistos de toda la información que precisen para emitir sus votos. Al mismo tiempo, todos los actores políticos reivindican las mismas oportunidades y facilidades para influir en los votantes. Los medios de comunicación exigen informar con precisión sobre las elecciones.

La responsabilidad del futuro político de Uganda depende sólo del pueblo ugandés. No son los foráneos quienes han de decidir la dirección que Uganda debe tomar. Pero como compañeros y amigos de desarrollo de Uganda, existen una serie de asuntos que nos parecen importantes en las últimas etapas de preparación y gestión de unas elecciones libres, justas y pacíficas. En primer lugar, es necesario redoblar los esfuerzos para recuperar la confianza tanto en la credibilidad del proceso electoral como en el resultado. Es importante para la Comisión Electoral, la policía, y otras instituciones relevantes, tender la mano a los interesados y demostrar imparcialidad e independencia en el próximo período. Se debería evitar la repetición de las dificultades que se presentaron en las elecciones de 2006 que el Tribunal Supremo puso de relieve posteriormente. Durante el último año, nos hemos involucrado consecuentemente con el Tribunal Supremo, las fuerzas y cuerpos de seguridad, y los actores políticos, con el fin de incentivar los esfuerzos para garantizar la credibilidad del proceso y la confianza en las instituciones. Nos da la impresión que existe un deseo sincero de asegurar que se han aprendido las lecciones del pasado, por lo que las elecciones del 2011 serán mejores que las anteriores.

En segundo lugar, es necesario respetar el estado de derecho, y los convenios internacionales de los que Uganda es signatario. Respeto a las libertades básicas y a los derechos humanos, como el derecho de reunión, la libre expresión y la libertad de los medios, derechos esenciales para el debate democrático y para cumplir unas condiciones de igualdad. Tanto los medios de comunicación públicos como los privados deberían intentar demostrar su profesionalidad, imparcialidad y compromiso de juego limpio para proporcionar el mismo acceso a las emisoras de radio de la oposición como a las de los candidatos del partido dirigente. Desafortunadamente, éste no siempre ha sido el caso.

Los Compañeros a favor de la Democracia y del buen Gobierno han incitado a los operadores de los medios de comunicación a que reconozcan el poder que tienen a la hora de influir en las campañas electorales, y a que usen ese poder con sentido común en beneficio de unas elecciones justas.

En tercer lugar, nos gustaría instar a los votantes a que participen activamente en estas elecciones. Algunas veces se piensa que el voto de una persona no cuenta, pero sí que cuenta. Sólo cuando los ugandeses participan en las elecciones como votantes, se informan sobre las normas y el reglamento del proceso electoral, observan si los políticos y sus funcionarios públicos acatan estas normas e informan sobre el incumplimiento de las mismas, de manera que puedan garantizar un resultado que refleje su voluntad democrática.

Por último, ha surgido la preocupación sobre el riesgo de violencia, antes, durante y después de las elecciones. Un diálogo coherente y constructivo entre los partidos y los líderes políticos de Uganda, las fuerzas de seguridad y la sociedad civil en el próximo período es indispensable para asegurar que las elecciones transcurrirán pacíficamente. De nuestros debates mantenidos con los partidos y los líderes políticos hasta ahora, nos queda claro que a pesar de las diferencias, todos están de acuerdo en un punto: no desean la confrontación violenta y todos los ugandeses valoran enormemente la paz y la seguridad. Sin embargo, es preocupante que un sondeo reciente del Afrobarómetro indicase que el 58% de los ciudadanos encuestados esperan unas elecciones violentas y que casi el mismo porcentaje temiera convertirse en víctima de la intimidación política o de la violencia.

La relativa tranquilidad de la campaña hasta el momento nos proporciona cierto alivio, aunque todos los actores políticos tienen el deber de tranquilizar a la población sobre su compromiso compartido de unas elecciones pacíficas.

El PDG se ha reunido con mucha gente entregada que está trabajando duro por unas elecciones libres, justas y pacíficas.

Los líderes religiosos y de la comunidad, hombres y mujeres de negocios, activistas de la comunidad, oficiales al igual que políticos están esperanzados por el futuro a medida que se acercan las elecciones del 2011.

Nadie subestima los retos para garantizar unas elecciones justas, o los desafíos que Uganda ha tenido que superar en su propio desarrollo democrático. Confiamos y esperamos que las elecciones del 2011 supongan un paso firme hacia delante en este proceso y constituyan una sólida base para reforzar nuestra cooperación con Uganda. Muchos de nosotros hemos ayudado con apoyo técnico y económico a las principales instituciones que son las responsables de estas elecciones.

El mundo contemplará a Uganda esperanzado en febrero del 2011. Como amigos y compañeros, deseamos a Uganda todo el éxito en esta nueva etapa de su viaje democrático.

Por Kevin Kelly

Kelly está escribiendo como Presidente y en nombre de los Compañeros del PDG, un grupo no oficial que ha reunido a los embajadores y jefes de misión de Austria, Bélgica, Dinamarca, Francia, Alemania, Islandia, Irlanda, Italia, Japón, los Países Bajos, Noruega, Suecia, Reino Unido, los Estados Unidos, la Unión Europea y las Naciones Unidas.

Publicado en el diario ugandés New Vision, el 26 de enero de 2011.

Traducido por Ana Jaén Castilla

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