El dilema de elegir líderes del poder o líderes del bien común

29/04/2019 | Editorial

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Las actuales formas de esclavitud y de desarrollo sostenible, en África y en el mundo, están directamente relacionadas con tres elementos fundamentales: el acceso a recursos, la integridad de los líderes y la participación ciudadana.

Hoy nos centramos en la integridad de los líderes, como elemento indispensable para trabajar y alcanzar el bien común.

Cuando miramos a África, vemos cómo todavía hay más de 40 millones de personas que viven esclavizadas por la pobreza extrema y todas sus consecuencias. De estos 40 millones, más de la mitad son mujeres y niños-as, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Estas cifras son más bien moderadas e indicativas y delatan una realidad escandalosa.

La principal causa de este empobrecimiento extremo y de otros males sociales reside en la mala gestión de los líderes políticos y económicos.

Conviene recordar tres datos importantes:


– Primero: Los países y pueblos que sufren mayores esclavitudes en África son los que están más afectados por la violencia: Eritrea, República Centroafricana (RCA), Sudan, Somalia, República Democrática del Congo (RDC), etc. dificultando así todo desarrollo y progreso.

– Segundo: Los países y pueblos africanos que sufren mayores esclavitudes, son países donde los matrimonios forzosos de menores son más numerosos: RCA, Nigeria, Sudan, Mali, etc. En los últimos años aumenta el secuestro de menores por grupos armados en varios países.

– Tercero: Los dos países africanos done la población sufre mayores esclavitudes son Eritrea y Burundi, países que mantienen el trabajo forzoso.

Los líderes que están centrados en el control del poder y del presupuesto, son los principales causantes de las esclavitudes actuales que sufren los pueblos y sociedades en todos los países de África y de Europa.

Necesitamos en cada sociedad elegir líderes íntegros, profesionales y responsables, que se centren en trabajar y promover, no el bien de un partido, sino el respeto a la dignidad de cada ser humano y el bien común.

Las esclavitudes, la desigualdad y las divisiones, que aumentan cada día, delatan que no sabemos encontrar los líderes sociales íntegros que necesitamos.

Nuestra esperanza sigue viva, al mismo tiempo, porque vemos cómo los jóvenes y las mujeres, ante todo, se organizan, se manifiestan en nuevos movimientos sociales y luchan por una sociedad más justa, equitativa y acogedora.

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