EL COMPROMISO DE ÁFRICA

7/05/2012 | Editorial

El 19 de noviembre de 2011, Benedicto XVI, firmaba en Benín la “Exhortación Apostólica” postsinodal:” EL COMPROMISO DE AFIRCA” (Africae Munus). Este documento acaba de ser publicado.

Compromiso de la Iglesia entera a vivir la Reconciliación entre las personas y las comunidades, y a promover para todos la Justicia social y la Paz en la verdad.

Algunas ideas Inspiradoras del documento:

En una situación donde África sufre las nuevas formas de “esclavitud y de colonización”, el documento afirma que la Reconciliación y la Justicia social son las dos condiciones para la Paz.

“La Iglesia se compromete a la formación cívica de la ciudadanía” (23), para superar las injusticias actuales, como: el acaparamiento de tierras y la confiscación de bienes por una minoría, en detrimento de pueblos enteros. Es urgente “formar una sociedad justa en la que todos puedan participar activamente con su propios talentos, en el desarrollo de la vida social y económica”(22).

Se requiere una atención prioritaria a la persona humana, respetando sus derechos básicos, y superando los abusos y violencia que se cometen sobre todo contra las mujeres africanas y los niños-as. Las mujeres contribuyen especialmente a humanizar la sociedad.

“La Iglesia debe trabajar por una economía atenta a los pobres, oponiéndose resueltamente a un orden injusto que bajo el pretexto de reducir la pobreza, ha contribuido tantas veces a incrementarla”(79).

“Ante la pobreza crónica de las poblaciones africanas, victimas de la explotación y de malversaciones locales y extranjeras, la opulencia de ciertos grupos hiere la conciencia humana. Estos grupos inversores, a menudo con la complicidad de quienes ejercen el poder en África, aseguran sus propias operaciones en detrimento del bienestar de la población local”(79).

“La Iglesia debe denunciar el orden injusto que impide a los pueblos africanos consolidar sus economías y desarrollarse de acuerdo con sus características culturales”(79). Cada nación debe ser el principal artífice de su propio progreso económico y social y tomar parte en la realización del bien común universal.

“Se debe promover la justicia retributiva, en respeto a las victimas, como modelo para favorecer la Reconciliación, Justicia y Paz”(83).

“La migración, tanto dentro como fuera del continente africano, se convierte en un drama multidimensional que afecta seriamente al capital humano de África”(84).

“Los organismos internacionales y la ONG se deben esforzar para una mayor transparencia en todas sus gestiones de los fondos recibidos”(87).
“Hemos de trabajar juntos para impedir toda forma de discriminación, intolerancia y fundamentalismo.”(94)

La Reconciliación del ser humano consigo mismo y con Dios es condición indispensable para instaurar en África relaciones de justicia entre los pueblos y para construir una paz justa y duradera, en respeto de cada individuo y de cada pueblo.

Algunos restos ya superados del pasado, en el documento:

Perdura la dicotomía de lo material y lo espiritual, de lo social y lo personal, de la fe y la vida de cada día. Y perdura también el lenguaje abstracto y desconectado de la vida real y social. El acento sacramental y proteccionista de su verdad, hace difícil el diálogo con el pueblo de hoy, para aportar “inspiración y luz”, convirtiéndose así en una estructura bastante irrelevante y en una voz que pocos en la modernidad escuchan.

Se afirma que “construir un orden social justo es en primera instancia una tarea de la política” (22). Yo pensaba que en esto precisamente consiste el Reino de Dios. Pienso además que esta afirmación contradice el mensaje central del documento e incluso del Evangelio.

Ojala que este mensaje y su inspiración se haga realidad primero dentro de la misma Iglesia y así pueda ser “sal y luz” para construir una sociedad más reconciliada, justa y pacífica.

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