“El coltán de Congo RD sale en camiones y helicópteros hacia Ruanda que lo vende a multinacionales de EEUU, UK, Bélgica y Holanda ante la pasividad de la comunidad internacional”

29/10/2008 | Opinión

Dos años después de las elecciones libres, democráticas y trasparentes en la República Democrática del Congo (RDC), el pueblo congoleño del Este del País: Kivu-Norte y Kivu-Sur, sigue viviendo una pesadilla de violencia e inseguridad. Los asesinatos, violaciones, saqueos, batallas, huída de la población, resurgen de nuevo y se multiplican, alejándose así toda esperanza de restauración de la paz y condiciones de una vida mejor.

El artífice de tanto sufrimiento es Laurent Nkunda, tutsi congoleño, dirigente de la guerrilla que asola esta zona de la RDC. Nkunda y sus hombres están apoyados claramente por el gobierno de Ruanda que, a su vez sirve a los intereses de grandes potencias del Norte (Estados Unidos, Reino Unido, Bélgica, Holanda).

¿Por qué se interesan estas grandes potencias por el Este de la RDC? Porque en esa zona existen importantes minas de coltán, casiterita, diamantes, wolframita…, minerales que salen del país en camiones y helicópteros, vía Ruanda, y terminan en las manos de las multinacionales de occidente.

En estos últimos días la situación se ha agravado. Dos batallones ruandeses han penetrado en territorio congoleño. El lunes, 26 de octubre, un numeroso contingente del ejército ruandés atacó la base congoleña de Rumangabo quedando a las puertas de Goma, capital del Kivu-Norte; se teme una gran ofensiva bélica ruandesa, con las consiguientes consecuencias terribles para la población. La preparación de esta acción de Ruanda fue denunciada la semana anterior en la ONU por el jefe del gobierno congoleño, Joseph Kabila, quien se reunió también con la Asociación de países del Cono Sur africano (SADC). Estos le prometieron ayuda en caso de una invasión de Ruanda.

Una situación muy seria y de gran trascendencia para el futuro inmediato de esta región se ha ido abriendo camino. Lo que hasta hace poco era una sospecha o parecían hechos aislados, ha ido tomando cuerpo gracias a las numerosas denuncias de la sociedad civil: la MONUC, (Misión de la Organización de Naciones Unidas), con 17.000 cascos azules en la región, no parece estar cumpliendo con los objetivos de su misión de paz y de protección a la población. Su labor es fuertemente cuestionada por los ciudadanos, que los ve como aliados de las guerrillas pro-ruandesas de Nkunda y del gobierno de Ruanda; le acusan de facilitar la entrada de soldados ruandeses, de permanecer inactivos cuando atacan las guerrillas, de no dar su apoyo al ejército gubernamental cuando éste más lo necesita… Este tipo de denuncias de la población han ido en aumento en estos últimos días y ha provocado constantes manifestaciones de rechazo contra las fuerzas de la MONUC acusándolas de corrupción. En realidad, un gran número de congoleños empiezan a desear que la MONUC se marche de la RDC: creen que su presencia favorece al enemigo.

Sin embargo, la prensa occidental no habla de todo esto. Los políticos y la ONU se limitan a expresar su “gran preocupación por el aumento de la violencia en el Este de la RDC” y luego miran hacia otro lado… seguramente hacia los tablones de la Bolsa o los Bancos en apuros. Lo que les ocurra al millón y pico de refugiados que ya se agolpan sin medios para sobrevivir les parece “lamentable”, pero siguen, y seguirán, apoyando o no poniendo obstáculos a Ruanda en su afán por anexionarse esa riquísima zona del Congo.

¿Qué le está pasando a la Comunidad Internacional? ¿Cuántos muertos más serán necesarios para que actúe?

Comité de Solidaridad con África, Madrid.

29 de octubre de 2008

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