El arte de la diplomacia habilidosa y Somalia

14/01/2009 | Opinión

Creo que con el adecuado liderazgo y con la estrategia adecuada, Somalia puede cambiar cualquier situación a su favor. Muchos intelectuales somalíes han declarado la idea de la muerte de la Somalia más grande. Esto no es del todo cierto, y puede ser dado la vuelta a tiempo con maniobras políticas y diplomacia habilidosa.

Todas las naciones funcionan mejor cuando su población está unida y comparte un conjunto de ideas y objetivos comunes. En el mundo de hoy muchos países multiétnicos han superado divisiones que han dejado atrás a otros estados. Tomemos América, por ejemplo, creando enemigos por todas partes se las han arreglado para asustar a su población que ha caído en manos de un poderoso punto de vista. Afortunadamente, nosotros no tenemos que caer tan bajo.

Cuando los somalíes vemos divisiones que persisten en la nación y entre los políticos, cuando los somalíes ven que se deterioran las relaciones entre el norte y el sur; cuando ven un vecino agresivo, dicen que toda esperanza en ver una Somalia unida está perdida. Siempre apuntamos hacia lo que nos falta, y no hacemos uso de lo que tenemos. Claro que Ogaden, el norte de Kenia y Yibuti no están bajo nuestro control, pero los somalíes hemos contribuido el éxito de las economías de esas naciones y conforma un gran segmento de sus sociedades. Aprovechando nuestra población, presente en esos países, nuestra voz es mayor en los asuntos internos de esos países. Impulsando la democracia real en Etiopía, no sólo estamos mejorando las vidas de los somalíes que viven allí, sino que también estamos adquiriendo un nivel político.

La división en Somalia también puede ser utilizada por los poderes externos para ampliar su poder hasta dentro de nuestra región.
Haciéndonos parecer, de este modo, débiles a los ojos de la comunidad internacional. Esta debilidad invita a más naciones a interferir en nuestros asuntos internos. Para solucionar esto, necesitamos un gobierno federal que no sea ni demasiado fuerte ni demasiado débil. Un gobierno central débil hará pensar a los otros que no tenemos control sobre nuestra nación ni sobre nuestras fronteras. Un gobierno central fuerte provocará la agitación en la región por miedo a un gobierno con demasiado poder. Somalilandia y Puntlandia son regiones así, ambas controladas por un solo clan. El federalismo parece ser la mejor opción, dando algún poder a las regiones mientras que el gobierno federal se ocupa de la defensa, los asuntos de Política Exterior y de la economía.

Las regiones basadas en los clanes han sido, durante algún tiempo, un obstáculo a la paz, en el sentido de que pueden ser utilizados por los poderes exteriores. Somaliland ha sido utilizada por poderes que quieren una Somalia débil. Lanzando promesas de reconocimiento a los líderes de Somalilandia, les inducen a trabajar por los intereses de otras naciones. Si nunca cumplen estas promesas, hábilmente han logrado aislar a Somalilandia del resto de Somalia. Este aislamiento lleva a la desesperación que a veces se utiliza para exprimir a Somalialandia con más favores. Todo esto hace dudar sobre quién está detrás del deterioro de las relaciones entre el norte y el sur. Con diplomacia habilidosa, esto también puede solucionarse. Ofreciendo a los líderes del norte más opciones y más voz en Somalia, salvaremos a Somalia del abismo y haremos nuestra unión más fuerte. Construyendo infraestructuras, carreteras y proporcionando otros medios de transporte, eventualmente logrará debilitar las fortalezas de los clanes.

Con la deterioración de las fortalezas de los clanes, podemos superar fácilmente muchos otros obstáculos en nuestro esfuerzo por proteger el poder fuera de nuestras fronteras. Hoy el poder militar ha perdido casi toda su importancia, y ha sido reemplazado por el poder blando. En una Somalia pacífica y unida nuestro poder blando sería mucho más efectivo que nuestro poder militar. La cultura somalí y todo los demás que va unido a ella como nuestra lengua, poesía, música y comida es más atractivo para los africanos y para los pueblos de todo el mundo. Haciendo uso de este poder creamos un deseo, y el deseo causa imitación. Con relación al poder blando, nosotros tenemos más que cualquier otro pueblo en África, al compartir la misma lengua, cultura y religión. Esto nos da un modo de vida que otros quisieran imitar. En teoría, podemos controlar todo el este de África sin la carga de alimentar y gobernar a millones de personas. Proyectando nuestro poder de la manera adecuada, aumentamos nuestra influencia y establecemos las agendas. La mayor parte del marco para poner en marcha esta gran estrategia ya está implantado. Lo que nos falta es un liderazgo adecuado para que realice las maniobras con habilidad para alcanzar esto. Hacen falta líderes disciplinados para lograr todo esto.

Ayanle Daad

Contacto: ayanled@hotmail.com

Publicado en Garowe Online, Somalia, 02 de enero de 2009

Fundación Sur

Autor

Más artículos de Administrador-Webmaster