El alcalde de la capital senegalesa, Dakar, retiró temporalmente la prohibición presidencial de la venta ambulante, permitiendo a los vendedores callejeros volver a sus puestos de trabajo, un día después de que la ciudad se viera envuelta en violentas manifestaciones. La autorización especifica que “no obstaculicen el tráfico”. Esta concesión se ha hecho hasta finales de diciembre, cuando el país, predominantemente musulmán, celebre la fiesta de Eid ul-Adha, el Festival Islámico, que este año tendrá lugar el día 20 de diciembre.
El día anterior, el miércoles 21, cientos de vendedores ambulantes causaron alborotos por toda la ciudad, quemando neumáticos y paralizando la ciudad, para manifestar el creciente descontento por el alto nivel de desempleo y un coste de vida disparado. La policía utilizó gases lacrimógenos para disolver las manifestaciones, entre ellas la de los sindicatos, que de manera separada, pedían aumentos de salarios. 209 personas fueron arrestadas por su responsabilidad en los desordenes, pero ya han sido todos liberados.
El Presidente Abdoulaye Wade, en el poder desde el 2000, había decretado la prohibición de la venta ambulante, porque perjudicaban al sector comercial formal e interrumpían el tráfico. La medida provocó lo que los medios de comunicación locales han calificado de las protestas más violentas desde finales de los 80, cuando la población salió a la calle para protestar contra el Gobierno de Abdou Diouf.
La prensa local asegura que los disturbios son la expresión del descontento de la mayoría de los senegaleses, necesitados de los bienes más básicos, mientras que el país invierte en nuevas autopistas y hoteles de cinco estrellas, entre otros preparativos para la cumbre de las Naciones Islámicas, que tendrá lugar en Dakar en Marzo.
(IOL, 23-11-07)