El Afrofuturismo de Kapwani Kiwanga, por Afribuku

13/12/2012 | Bitácora africana

Por Ángela Rodríguez Perea

Después de explorar orígenes e influencias tradicionales, por un lado, y las tendencias más actuales del arte africano contemporáneo, por otro, el artículo de esta semana introduce un tercer elemento: el futuro. De la mano de la galardonada realizadora Kapwani Kiwanga, os proponemos adentrarnos en un hipotético mañana lleno de referencias al hoy y al ayer, a la cultura popular y a los movimientos políticos y sociales que conforman la realidad africana.

El corto “Afrogaláctica” (2011) está ambientado en el año 2170. Sí, estamos en el futuro y la Agencia Espacial de los Estados Unidos de África acaba de lanzar una nave con 3000 “afronautas” para un proyecto de exploración espacial cuyo objetivo es establecer asentamientos humanos en otros lugares habitables. En un momento dado de la misión, una de las naves que forman parte de la misma, denominada Immamou, se separa por accidente de la nave matriz, perdiéndose en el oscuro espacio con 200 tripulantes.

Así empieza una historia que nos conduce por un recorrido de imágenes que no dejarán de sorprender al espectador, por su coincidencia con el presente. Muy ilustrativas son las fotos de los edificios administrativos que aparecen al principio del extracto, transformados por obra del paso futuro del tiempo en el Centro de Control de África Occidental, Centro de Control de África Oriental, o la Oficina Central de la Misión Black Star. Sus oblicuas y dinámicas formas arquitectónicas, basadas en diseños geométricos imposibles, se prestan por sí solas a participar en el relato.

Y es que no podemos obviar la relación directa entre la estética del movimiento futurista y la influencia de las creaciones tradicionales africanas; una influencia que la mayoría de las veces se ve dejada de lado o desprovista de su importancia real. En el estudio del Futurismo como corriente, se habla sistemáticamente de su antihistoricismo y de las referencias constantes a la mecánica y la velocidad del mundo moderno. Pero si reconstruimos la genealogía de ese movimiento, encontraremos que el padre del Futurismo, el Cubismo, está desde el principio condicionado por una herencia del arte étnico, especialmente proveniente de África, y no es ningún secreto que fue el detonante para que artistas de la importancia de Picasso, Gauguin o Modigliani abrieran las puertas a un nuevo concepto de arte. La abstracción visual o el tridimensionalismo, propio de los diseños tribales del continente, son evidentes en las obras de estos y otros creadores, pero también en la arquitectura futurista de grandes de sus representantes como Le Corbusier o Erich Mendelsohn.

El Afrofuturismo de Kapwani Kiwanga es así una mezcla de estética futurista y genuinamente africana con una atmósfera basada en la de las novelas de ciencia ficción.

Pero la historia de Immamoue no es simplemente un ejercicio fortuito de fantasía cinematográfica. Como ocurre en general con la literatura de ciencia ficción, el relato es resultado de una reflexión profunda sobre el ser humano, la sociedad y la pregunta fundamental “¿hacia dónde vamos?”. Recordemos las novelas de Orwell, Huxley o Asimov, por ejemplo, que fueron capaces de hacer un análisis crítico de nuestro mundo presente décadas antes de que los grandes cambios se produjeran. La propia Kapwani Kiwanga es, antes de artista, diplomada en Antropología y Religiones Comparadas por la McGill University de Montreal. En sus trabajos la influencia de su formación en ciencias sociales está muy presente a través de temas como el anticolonialismo, los sistemas de creencia o las costumbres populares. Poniendo en práctica un perspicaz juego de conexiones entre futuro y pasado, Kiwanga imagina por ejemplo unos Estados Unidos de África que verán la luz en 2058, coincidiendo con la celebración del centenario de la independencia de Ghana, primer país del África subsahariana que la obtuvo. Siguiendo ese ciclo cuasi “cósmico”, 100 años después se cumple el sueño panafricano de Kwame Nkrumah y la unión política en el continente es un hecho.

Afrogaláctica es también un guiño al presente, pues los afronautas se encuentran ya entre nosotros: son los millones de africanos que llegan al planeta Occidente y, de manera consciente o debido a algún fallo de tipo técnico, se han “desconectado” de la nave madre y se encuentran flotando en el espacio sideral. El Afrofuturismo concebido por Kiwanga es, probablemente, ante todo una metáfora de los fenómenos ligados a ese vuelo “interespacial”: el gran shock inicial de encontrarse a presión y latitud distintas, en un medio completamente diferente; la extrañeza de sentirse un extraterrestre. Algo parecido a lo que dice la versión que Tiken Jah Fakoly hace de la famosa canción de The Police: “Je suis un africain à Paris“. Es también el tema principal del vídeo “Sun Ra repatriation Project” (2009), cuyo argumento es el intento de contactar, a través de ondas radiofónicas, con el planeta de origen de Sun Ra, un músico americano que afirma ser de procedencia extraterrestre.

Los cortometrajes de Kiwanga no se pueden comprar ni visualizar online; se trata de instalaciones o de performances en directo en las que la propia artista nos va guiando. Aquéllos que quieran estar al tanto del trabajo de Kiwanga, pueden informarse a través de su página personal, que os invitamos a visitar.

http://www.kapwanikiwanga.org/

Original en : Afribuku

Autor

  • afribuku

    Afribuku pretende hacer descubrir y reflexionar sobre manifestaciones culturales africanas contemporáneas de interés, divulgándolas a través de esta página y de las redes sociales. En África existen numerosas propuestas artísticas de excelente calidad que permanecen ocultas a los ojos del mundo. Es necesario que todos aquellos que creemos en una visión más realista y honesta de África tratemos de que la comunidad iberoamericana se familiarice y comience a disfrutar de la gran diversidad que ofrece este continente.

    @afribuku

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