El actual “reparto de África”

26/03/2018 | Editorial

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Mientras las Instituciones internacionales financieras (Banco mundial, FMI…) y las multinacionales hablan del crecimiento económico (del 3%),en el Continente africano, el número de personas empobrecidas y hambrientas sigue aumentando en África,(un 13%), así como el número de conflictos armados y el número de refugiados africanos.

Es inaceptable que frente a las grandes amenazas globales – nuclear, extrema pobreza, cambio climáticos, no existan recursos disponibles y compromiso, cuando el G7, la Unión Europea y el gobierno español se han apresurado a incrementar (¡hasta el 80%) los presupuestos de defensa.

Es igualmente intolerable que la insolidaridad y la falta de apoyo al desarrollo para una vida digna en sus lugares de origen, haya resultado en miles de inmigrantes africanos ahogados y desaparecidos en el Mediterráneo…

¿Qué está pasando en realidad?

Leyendo a expertos economistas, como Patrick Bond, Paul Krugman, Jean Tirole, Richard Thaler, Geodfrey Sasch, o Lee Wengraf, en su último libro sobre “Explotación por lucro: imperialismo y el nuevo reparto de África”, constatamos que la situación real es muy diferente.

Según estos economistas, África Subsahariana pierde cada año 100 Billones de dólares, a causa de la explotación de recursos, causada sobre todo por las multinacionales que se aprovechan de los recursos, sin ninguna justa compensación o inversión a cambio.

Sabemos por la ONU, que África pierde también 150.000 millones de dólares al año por la corrupción de sus líderes, mientras aumenta la deuda y dependencia externa.

El libro de Lee Wengraf, sobre: “El nuevo reparto de África”, analiza el mayor empobrecimiento y desigualdad de las sociedades africanas, porque el crecimiento económico (3% en África 2018) de unos pocos está centrado en la explotación de recursos, por empresarios y gobernantes extranjeros y regionales.

Se ha notado un aumento de riqueza para unas minorías en los países africanos, pero un análisis serio de los economistas preocupados por un Desarrollo Sostenible, demuestra que este crecimiento de capital en África, no conduce a la creación de puestos de trabajo (30 millones en desempleo en ASS, 2018), ni a una suficiente mejora de las infraestructuras, sino a una mayor extracción de recursos, en beneficio del capital extranjero y de unas minorías africanas.

Este nuevo “Reparto de África” me parece más cruel y esclavizador para los pueblos africanos, porque es global y porque en este reparto de recursos y capital, se han puesto de acuerdo y están involucrados, tanto poderes financieros globales, como gobiernos extranjeros y gobernantes locales africanos. La complicidad y la impunidad parece ser total y vergonzosa, entre estos tres principales responsables.

La lucha por el control de tierras y recursos en la región de los Grandes Lagos es cruel y violenta, alimentada por los dos poderosos dictadores Museveni y Kagame, con sus ejércitos y grupos armados, y sostenidos por poderes financeros extranjeros, que los necesitan por ahora como cómplices, en este nuevo reparto de la región más rica de África.

¿Quién puede promover un cambio de calidad de gobernanza y del sistema político-económico, tan necesario y complejo?

Los mismos economistas nos recuerdan, que semejante transformación de gobernanza y del sistema financiero, no puede brotar de los propios gobernantes ni de los poderosos financieros, porque ni quieren, ni pueden, ni saben cómo hacerlo.

Ellos apuntan que es necesaria una colaboración contante entre: los economistas y técnicos académicos, la sociedad civil de cada país y los movimientos sociales globales, que buscan, no el poder, sino una gobernanza responsable y un desarrollo justo y sostenible para toda la sociedad. Los tres elementos son vitales para una transformación social.

Esta nueva economía colaborativa para un “Desarrollo Sostenible”, es una creciente realidad en muchos países africanos, europeos, americanos y asiáticos. Esta “Agenda 2030” es nuestra mejor alternativa para construir un mundo más humano y solidario.

Y esta es nuestra gran esperanza para África y para el resto del mundo.
“Cambiar el mundo, amigo Sancho, no es locura ni utopía, sino justicia”, escribió Cervantes.

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