Egipto. El país de las pirámides también es África , por Antonio Molina

12/04/2010 | Bitácora africana

Casi todas las Agencias de Viajes ofrecen entre sus rutas turísticas escapadas al país de los faraones. Nos quedamos soñando navegando por el Nilo hasta Assuán, visitamos los templos de Luxor, varias veces milenarios, nos demoramos en el museo de El Cairo, recorremos el delta del Nilo, imaginando el monumental faro de Alejandría y su famosa biblioteca.

Por Navidades y Epifanía, al hablar de los Magos y del cruel Herodes, nos percatamos de lo que narra el evangelio de Mateo: El ángel del Señor ordenó en sueños a José: “Coge al niño y a su madre y huye a Egipto, porque Herodes pretende matarlo.”

El esplendor de los antiguos faraones de diversas dinastías continúa fascinando a muchos. Varios son los museos, como el Británico de Londres y el Louvre de París, que poseen ricas colecciones de piezas arqueológicas “robadas”, en aquella época en que hacer excavaciones era un “deporte nacional” desde los tiempos de Napoleón. Ese Egipto existió y continúa existiendo, como las bellas momias de sus faraones y reinas o princesas.

LOS COPTOS

En la antigua lengua egipcia, la palabra COPTO significa habitante del país que hoy llamamos Egipto. Así continuaron llamándose los cristianos naturales de aquellas tierras en el momento de la invasión musulmana, para distinguirse de los árabes extranjeros y musulmanes.

Desde los primeros tiempos apostólicos, Alejandría tuvo una importante comunidad cristiana, en su mayor parte procedente de los judíos helenistas de la diáspora existente allí desde hacía varios siglos. Recordemos que fue en Alejandría donde se realizó la famosa versión de los LXX del Antiguo Testamento del hebreo al griego.

EL LEGADO EGIPCIO EN LA IGLESIA

De Egipto ha recibido la Iglesia Cristiana, en sus primeros siglos, muchas “bendiciones”, por ejemplo, la vida eremítica y después monástica de los padres del desierto, la antiquísima devoción a la Virgen María, madre de Dios, la perseverancia ante las persecuciones, que desde la invasión musulmana sufrieron las comunidades cristianas.

Estos católicos por su fe y coptos por su tierra merecen que los conozcamos. Están inmersos en un población de más de 80 millones de habitantes, ellos son algo más del 3% de los egipcios, o sea unos 3 millones, contando los coptos ortodoxos del Patriarcado de Alejandría y los coptos católicos del Alto y Bajo Egipto. Estos cristianos – tanto ortodoxos como católicos- son el pequeño resto, que resistió a la islamización más o menos forzada del pueblo desde el siglo VII. Son parecidos a los cristianos mozárabes andaluces, que resistieron, fieles a su fe, bajo el poder musulmán.

Si pudieron aguantar durante casi 14 siglos es, porque la Iglesia estaba bien enraizada culturalmente por el uso de la lengua copta –el egipcio antiguo- y el Cristianismo no era considerado una religión extranjera, sino indígena. Ante la marea del Islam, defender la fe cristiana era defender la independencia del pueblo copto. Ser cristiano era ser patriota.

SITUACIÓN ACTUAL

Desde la caída del rey Faruk después de la II Guerra Mundial, Egipto es una república árabe establecida en un estado socialista, pero con el Islam como religión oficial.

La libertad religiosa reconocida en la Constitución, es, de hecho, una libertad unidireccional. Es decir: Los cristianos y los fieles de otras religiones pueden abrazar el Islam, sin embargo el gobierno no reconoce las conversiones de musulmanes a otras religiones. Esto hace del cristiano un ciudadano de “2ª clase”, como lo fue siempre históricamente en los regímenes musulmanes. La prueba es que existe discriminación en la universidad y en otros aspectos de la vida social.

Otro dominio donde se verifica esta falta de libertad, es cuando una comunidad cristiana desea construir un nuevo lugar de culto, casi nunca consigue licencia de obra de los ayuntamientos musulmanes, lo mismo acontece para las manifestaciones públicas de la fe – procesiones, vía crucis, peregrinaciones, – y finalmente falta la libertad de prensa y de edición para publicaciones cristianas, tanto coptas como católicas

LOS HERMANOS MUSULMANES

Son una de las organizaciones fundamentalistas que más han frenado la evolución de Egipto hacia un Islam moderno, como pretendieron diversos “reformadores” desde el siglo XIX. Con su islamismo terrorista hacen la vida imposible a los cristianos coptos del Alto Egipto.

En los dos últimos meses de 2009 arreciaron los ataques contra los cristianos en regiones como Farshoot, al sur de El Cairo, donde turbas musulmanas incendiaron y saquearon más de 50 comercios y tiendas de cristianos coptos. El detonante de estos disturbios fue el noviazgo entre una chica musulmana y un joven cristiano.

El 16 de enero pasado, Mohamed Badu, de 66 años, fue elegido GUIA SUPREMO de la organización. Este veterano del movimiento, que pasó diez años en prisión cuando gobernaban Egipto Nasser y Sadat, encarna la corriente conservadora, que defiende una reducción de la participación en la vida política y replegarse hacia las actividades sociales y religiosas.

La designación de este profesor de Patología Veterinaria marca una evolución en la vida de este movimiento que, durante los años 1990, decidió abandonar la clandestinidad y entrar en el juego democrático de la participación política bajo la dirección de Megdi Akef.
Principal fuerza de oposición, los Hermanos Musulmanes, a pesar de no estar legalizados como partido político eran tolerados y presentaran sus candidatos, como INDEPENDIENTES, en las elecciones de 1995, llevándose 88 escaños, casi un tercio del Parlamento.

Desde entonces, bajo el régimen de Mubarak, las autoridades han ido procediendo a una oleada de arrestos entre los cabecillas del Movimiento. Entretanto el Parlamento ha blindado la ley electoral, para evitar que se renueve la experiencia de 1995, cuando bajo la etiqueta de INDEPENDIENTES coparon casi un tercio del parlamento.

Después de varios meses de debates internos entre los responsables del Movimiento, la Directiva de los Hermanos Musulmanes levantó acta de la realidad del desastre de su estrategia de confrontación violenta, de esta vez no desean entrar en la clandestinidad, pero sí cambiar de orientación su actividad con el fin de ganarse la simpatía del pueblo, como hacen los islamistas moderados marroquíes en los barrios populares donde no hay dispensarios.

Por eso, Badu en sus primeras declaraciones asumió un tono pacífico y conciliador.”Los cristianos y los musulmanes constituyen una única entidad social y cultural. La ciudadanía se funda en la igualdad de derechos y obligaciones. Los hermanos Musulmanes no somos enemigos de nadie, ya se trate del poder nacional o de regímenes occidentales”.

He aquí un discurso reconciliador, que esperamos se imponga como criterio general, que rija las relaciones de cada día en les bases de ambas comunidades, para que terminen de una vez las violencias y persecuciones de los cristianos, sobretodo en las pequeñas ciudades del interior de Egipto. Todos sabemos que, una cosa es que la cúpula de una organización cambie de orientación, (esperamos que este giro sea sincero) y otra muy diferente que ello pase a sus miembros, hasta cambiar las mentalidades ancladas en el recelo y en la rivalidad, para hacer la convivencia pacífica, que parece casi imposible.

REACCIÓN DE LAS IGLESIAS

En este contexto, las Iglesias Cristianas se hacen fuertes, no con palabras, sino con obras. Creando dispensarios y puestos de salud, para rehabilitar a los minusválidos –musulmanes y cristianos-, organizan la acogida de las personas mayores abandonadas, que morirían en horrible soledad.

El esplendor de las pirámides y de los templos, puede ser un decorado, que esconde entre bastidores los problemas de pobreza en que se debate una buena parte del pueblo sencillo, que lucha en la agricultura y en pequeños oficios artesanos, para sacar adelante a sus familias y sobrevivir mes tras mes.

EL COMBATE DE LAS MUJERES EGIPCIAS

Hace pocos meses, comentábamos en nuestro programa, el caso de la primera mujer cristiana de Egipto, que ejerce de alcaldesa. Hoy tenemos una buena noticia de más envergadura: La victoria del colectivo de JUEZAS.

El Tribunal Constitucional de Egipto ha respaldado el derecho de las mujeres juezas a ocupar su escaño en los tribunales administrativos del Estado, a pesar de la oposición de los conservadores.

Esta decisión judicial se produce tras una disputa dentro del Consejo de Estado, tribunal administrativo superior, sobre si las mujeres pueden acceder a los altos cargos del Gobierno, en particular la judicatura. La asamblea general del organismo votó contra las mujeres juezas por arrolladora mayoría contra las mujeres juezas, reabriendo el debate en el país. Los grupos de mujeres protestaron contra el Consejo de Estado, después de haber tomado la decisión por votación. Sin embargo, como el organismo supervisor de los tribunales está dirigido por un moderado, éste anuló la votación de la asamblea, alegando que las mujeres deberían ser tenidas en cuenta para estos cargos. El primer ministro remitió esta disputa al Tribunal Constitucional.

La decisión del Tribunal Constitucional asegura, que todos los ciudadanos son iguales ante la ley, respaldando la decisión final de dicho organismo sobre las mujeres.

EMANCIPACIÓN DE LAS MUJERES

Nasser Amín, un experto legal, sostiene no obstante, que el fallo del tribunal constitucional no es “decisivo” y los debates en los tribunales administrativos podrían continuar entre los conservadores y los liberales.

“Este es un conflicto entre liberales y conservadores – explica Amín –dentro de todas las instituciones del estado. El tribunal Constitucional podría haber puesto fin a todo esto declarando que la discriminación contra las mujeres en las oficinas públicas es anticonstitucional y debe cesar.”

El presidente Osni Mubarak nombró a la primera mujer jueza para el Tribunal Constitucional en 2003, cuatro años más tarde, otras 31 mujeres fueron nombradas juezas.

A pesar de haber nacido en Egipto el movimiento de emancipación de las mujeres musulmanas en Oriente Medio y ser egipcias varias activistas históricas de la lucha por la defensa de los derechos de la mujer, hoy Egipto anda rezagado con relación a otros países árabes, sólo citaré Túnez.

Ya lo hemos afirmado otras veces: El tesón de las mujeres y su fuerza dentro del seno de la familia van socavando el poderoso dominio patriarcal masculino. Ellas son las palancas que harán moverse al Islam, porque ellas son las “locomotoras del desarrollo” de sus pueblos.

Autor

  • Molina Molina, Antonio José

    Antonio José Molina Molina nació en Murcia en 1932. Desde 1955 es Misionero de África, Padre Blanco, y ya desde antes ha estado trabajando en, por y para África. Apasionado de la radio, como él relata en sus crónicas desde sus primeros pasos en el continente africano, "siempre tuve una radio pequeña en mi mochila para escuchar las noticias". Durante septiembre 2002, regresa a Madrid como colaborador del CIDAF. En octubre de 2005 aceptó los cargos de secretario general de la Fundación Sur y director de su departamento África. Antonio Molina pertenece -como él mismo dice- a la "brigada volante de los Misioneros de África", siempre con la maleta preparada... mientras el cuerpo aguante.

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