El reciente Informe de Caritas Española se centra en una economía solidaria y ética, que sitúa el bienestar de cada sociedad, en el centro.
La liberación de todas las formas de opresión, marginación y deterioro ambiental, se puede conseguir gradualmente, si asumimos los medios necesarios para promover un desarrollo sostenible. Considero tres medios que aparecen como fundamentales:
– Regenerar y potenciar los valores humanos universales, donde el ser humano ocupa siempre el centro de toda actividad educativa, política y económica,
– Elegir líderes competentes y responsables para gestionar todos los recursos y servicios disponibles con criterios éticos y solidarios,
– Capacitar una sociedad civil activa y organizada para garantizar el desarrollo sostenible y la convivencia pacífica.
En realidad, este sistema de economía neoliberal tiene una prioridad que es: acumular capital, aunque produzca: desempleo de millones de jóvenes, expolio de ingentes recursos africanos a costa de la población, empobrecimiento de la inmensa mayoría y una desigualdad cada día más escandalosa.
Mientras África y cada sociedad sigan siendo expoliadas, expropiada de sus tierras y trabajo, expulsada de sus poblados ancestrales, seguiremos causando sufrimiento.
Demasiados líderes y gobernantes, aunque predican la democracia, sin embargo practican la demagogia.
Pero hay otros líderes como Julius Malema de Suráfrica que hablan de tierra productiva para el pueblo, de familias en dignidad, de comunidades libres del crimen y la miseria. Lucha por autonomía en la alimentación y gestión de recursos. Quiere la tierra para su gente, con empleo digno, sin dependencia colonial.
Se trata de promover los valores humanos: tradicionales y universales, en la educación, en los medios de comunicación, y en los diferentes encuentros.
Se necesita apostar por un empleo digno, por la inserción social, y por una transparencia total de la gestión pública.
Se requiere potenciar una economía social y ética, a través de movimientos sociales, de mujeres, estudiantes y jóvenes.
Existen razones para la esperanza, en cada sociedad y en África, porque creemos en la juventud africana, en las mujeres africanas y en la mayoría de la gente de buena voluntad.
Nuestra esperanza está fundada en los hechos y compromisos de todos los movimientos sociales que existen en cada país.
También queremos una Unión Europea (UE) que deje de expoliar los recursos de África y aprenda a cooperar con los pueblos africanos.
