Después de la rebaja a bono basura, Sudáfrica debería destitutir a Zuma

7/04/2017 | Opinión

zuma-11.jpgLas noticias de que la calificación crediticia de Sudáfrica ha sido rebajada cogió a muchos por sorpresa, pero se veía venir desde hace tiempo. La principal razón para la decisión de esta agencia es su preocupación por el liderazgo político del país. La decisión de S&P viene en medio de un entorno político muy tenso en el Congreso Nacional Africano (ANC, por sus siglas en inglés). Esto culminó en el despido del ministro de finanzas Pravon Gordhan y su reemplazo por Malusi Gigaba. A pesar de que este despido ha sido la causa del descenso del rating sudafricano, los problemas institucionales de Sudáfrica son más profundos.

¿Como puede el país navegar entre estas aguas turbulentas? Algunos piensan que el descenso de la calificación podría ayudar a que se centraran los dirigentes del gobierno, implementando los cambios político y económicos tan necesarios. Podriamos revisar las proyecciones para comprobar si el riesgo político reducido mejora nuestras perspectivas económicas. Pero las medias tintas hacia el cambio no serán suficientes. Un liderazgo efectivo es necesario, y es imposible que este liderazgo venga de Jacob Zuma. La oportunidad real para cambiar el país es hacer lo que los brasileños hicieron el año pasado: hacer un impeach al presidente mientras se crea momentum en la sociedad civil para conseguir la renovación política como base para una recuperación económica sostenida.

Desde hace más de una década las instituciones financieras internacionales y otras organizaciones internacionales han avisado a Sudáfrica de los peligros que sufre, como de las consequencias para la estabilidad social de un bajo crecimiento económico. Sudáfrica ha ido recibiendo reducciones paulatinas de su calificación en 2012, 2013 y 2015. Esto debería haber sido leido como una señal de que lo peor aun estaba por llegar. El gobierno ha tenido mucho tiempo para actuar en consecuencia, pero prefirió ignorarlo y envolverse en luchas faccionales dentro del partido en el gobierno.

Sudáfrica podría también haber tomado lecciones de Brasil, que fue rebajado a bono basura en 2015, lo que creo una ola de descontento hacia la presidencia de Dilma Rousseff. Menos de medio año después, el Senado expulso de la presidencia a Rousseff. Por una parte, las reducciones de la calificación no deberían ser sorprendentes. Son como un informe médico que muestra los fallos en los órganos vitales del cuerpo, mientras que el paciente sigue vivo y debe hacer algo con ello, aunque requiera un proceso quirúrgico doloroso.

Las consecuencias de la reducción no sin dificiles de adivinar: se incrementará el coste que Sudáfrica paga para obtener dinero prestado de los mercados globales. Las tasas de intereses subirán y el capital huirá del país buscando un lugar más saneado y seguros.

Las implicaciones son también políticas. El gasto gubernamental será reducido, lo que incluye el gasto social, causando una ola de protestas que durarán hasta las elecciones de 2019. Para añadir presión al gobierno, el crecimiento parece que no regresará, lo que implica que el desempleo no bajara.

El cambio político y las reformas económicas son necesarias urgentemente. Estos tiempos duros para Sudáfrica pueden ser vistos también como una prueba para líderes que quieran trazar distintas rutas que traigan cambios verdaderos.

Zuma ya ha acabado con su credibilidad, y se ha mostrado ignorante de las realidades de la economía. La tarea principal de llevar a cabo reformas estructurales cae en el ministro de Finazas, que idealmente tendría cierta autonomía del presidente. Sin embargo, el nuevo ministro Malusi Gigaba ha empezado con mal pie, adoptando posiciones ambiguas y contradictorias en sus primeros días en el cargo.

¿Como deberían ser las reformas? El gobierno debe enviar un mensaje claro sobre la dirección de la política económica. Esto debe consistir en una serie de medidas que restauren la confianza en el sector privado. También hay necesidad de reestrcuturar las empresas estatales, mejorar las eficiencias y la gobernanza.

Mzukisi Qobo

* Mzukisi Qobo es profesor asociado y vicepresidente de la Cátedra de la Fundación Nacional de Investigación sobre Diplomacia Africana y Política Exterior de la Universidad de Johannesburgo. Es coautor de «La Caída del ANC: ¿Qué es lo siguiente?» y un comentarista regular sobre asuntos de actualidad y desarrollo global.

Fuente: The conversation

[Traducción y edición, Fernando Martín]

[Fundación Sur]


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