¿Democracia? Lo más hablado y lo menos practicado, en África y en el mundo.

12/09/2016 | Editorial

El día 15 de septiembre celebramos el Día internacional de la Democracia. La mayoría de los políticos corean, sin vergüenza alguna, refranes sobre la democracia, al proclamar en público lo que más pisotean en la praxis social, al gestionar los recursos de sus pueblos.

Según la definición clásica griega, por democracia se entiende el gobierno del pueblo.
Se distingue entre la democracia clásica y la moderna, por el gran abanico de concepciones y aplicaciones en el ejercicio de la democracia a través de la historia.
Los elementos claves de una democracia moderna son:

– Una constitución que define los derechos y los deberes básicos de los ciudadanos, las funciones del estado y los procedimientos de decisiones en la política.

– La separación de poderes entre el parlamento, el gobierno y los tribunales.

– Los derechos iguales (la abolición de la esclavitud y de los privilegios).

– El derecho igual de voto (una persona, un voto).

– La democracia moderna evolucionó en Europa y Norteamérica como una reacción en el abuso del poder por reyes y duques. Este proceso incluyo evoluciones lentas y estables, así como periodos de revoluciones, guerras civiles y anarquía.

Las democracias modernas, como gobierno de la mayoría de la población, comenzaron a aparecer en la segunda mitad del siglo XIX junto con el sufragio universal, luego de la abolición generalizada de la esclavitud y la sanción de constituciones que reconocían los derechos humanos.

La dos formas más conocidas en la democracia moderna, son: la democracia directa y la representativa., según los gobiernos sean elegidos directamente por el pueblo o a través de sus representantes (partidos).

La democracia representativa, es el sistema más utilizado en el mundo, para dirigir los designios de las naciones. Es por tanto, que la democracia se considera, como el sistema de gobierno menos perjudicial, para el manejo de los asuntos de Estado, frente a los otros sistemas que han existido o se han diseñado.

Dentro de toda democracia que se afane de serlo, debe de existir una carta magna o Constitución. La cual será la ley madre, por la cual todas las leyes de la nación, se deberán normar y subordinar.

Dentro de toda Constitución, se establecerán las normas por las cuales se elegirán a las autoridades del país, y cómo estas deben de actuar, frente a sus cargos.

En algunos países como Chile, Argentina, Colombia, Perú, o México, (y en general en la mayoría de países americanos con regímenes democráticos) el jefe de gobierno es elegido directamente por la ciudadanía mediante un proceso electoral independiente del legislativo, es decir, mediante elecciones presidenciales. En otros países como España, Cuba, Gran Bretaña, Italia o Japón, es elegido de manera indirecta por los representantes de la asamblea, normalmente como culminación de las correspondientes elecciones legislativas.

Los gobiernos dictatoriales son todavía demasiado numerosos en varios países, como Venezuela, Cuba, China, Siria, Corea, etc.

Es en África sobre todo, donde el club de dictadores sigue empobreciendo a poblaciones enteras.

La lista es larga: Robert Mugabe, con 30 años en el gobierno de Zimbabue, Omar H al Bashir, con 21 años en Sudan, Isaí Afwerki con 17 años en Etiopia, Idris Deby, con 22 años en Chad, Teodoro Obiang Ngema, con 31 años en Guinea Ecuatorial, Yoweri Museveni, con 31 años en Uganda, Paul Kagame, con12 años en Ruanda, Paul Biya con 28 años en Camerún, etc.

Incluso en los paises con gobiernos democráticos, la visión y la praxis de la democracia no siempre contribuye a promover un desarrollo sostenible para el bien común.

Los principales males de la democracia moderna, tanto directa como representativa, son:

– El individualismo y partidismo, donde prima el beneficio particular, en lugar de buscar siempre el bien común.

– El abuso de poder, que habiendo sido legítimamente elegido, ejerce el poder delegado por el pueblo, para controlar instituciones y recursos, en beneficio de una minoría, dejando a la mayoría al margen.

– La corrupción que contamina la gestión en la mayoría de las instituciones, servicios, empresas, partidos y ministerios.

– La desigualdad que sigue creciendo en la mayoría de los pueblos, de todos los continentes, indica que la gestión del poder, incluso en la democracia, es irresponsable y hasta inhumana. Toda gestión, además de legal, debe ser ética.

– El sistema capitalista actual invade toda la gestión política y económica de los gobiernos, situando el lucro financiero en el centro del sistema, y condenando al ser humano y a las sociedades, al margen y la esclavitud.

Probablemente la democracia directa o representativa sea el sistema de gobierno menos malo. Lo que es evidente es que, ningún sistema político-económico, por democrático que parezca, está sirviendo para potenciar, tanto en África como en Europa, un desarrollo integral para toda la sociedad.

Además de democracia, necesitamos otros requisitos, entre los cuales: lideres íntegros y sociedades integras más participativas, me parecen los más relevantes.

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