Declaración de una laica en apoyo de la declaración de la iglesia católica sobre el drama de Kivu

8/05/2008 | Crónicas y reportajes

Queridos amigos y amigas,

Todos conocemos eso de «no soy yo, es el otro», o “el fin justifica los medios”, y “la razón del más fuerte es siempre la mejor”, conocemos el intolerable sentimiento de impotencia frente a la cobardía de las razones de estado y el poder de los lobbies que bloquean las decisiones humanitarias; y conocemos la infame impunidad que beneficia a los criminales.

Pero es más confortable no saber.

Sin embargo lo que pasa en Kibu sobrepasa el umbral de la tolerancia y la indiferencia.

Simples ciudadanos del mundo no tenemos más que nuestra pobre indignación. Pero ahora tenemos el medio de dar la vuelta al mundo, hasta que posiblemente llegue a molestar a los que tienen el poder: los Medios, las Agencias Internacionales, los Jefes de Estado.

Hasta que llegue a un gran humanista creativo que encuentre el medio de obligar a los responsables a asumir las consecuencias de sus actos. ¿El tribunal internacional?

Esto sería un primer paso, pero que no sacudiría en profundidad. ¿La sociedad civil internacional?, todavía no consciente de su poder. ¡NOSOTROS SOMOS ESA SOCIEDAD CIVIL Y TENEMOS EL PODER QUE DECIDAMOS TENER!. Yo soy laica y me uno al grito de la iglesia católica, porque la causa de los seres humanos exige la solidaridad de todos.

Haz circular este mensaje por la inmensidad de las ondas. Quizá llegue donde desencadene una acción que ponga fin a los sufrimientos indecibles de los habitantes de Kibu. No tenemos derecho a dormir tranquilos mientras otros son torturados y mueren a causa de ello.

Gracias a todos los que os asociéis a este mensaje.

Hay tantas cadenas incontenibles que circulan como bolas de nieve:

Si envías este mensaje a una persona te sucederá…

Si envías este mensaje a diez personas te sucederá…

Si envías este mensaje a cien personas, te sucederá…

Si enviáis este mensaje al mayor número de personas HABRÁS ASUMIDO TU RESPONSABILIDAD HUMANA.

Colette Dewitte.

‘Humanismo y Solidaridad’.

Lubumbashi.

Leer su declaración hasta el final. Hasta la indignación.

DECLARACIÓN DE USUMA –ASUMA / KATANGA, PARA DENUNCIAR LAS VIOLACIONES SEXUALES Y LAS CONDICIONES DESHUMANIZANTES A LAS QUE ESTAN SOMETIDOS NUESTROS HERMANOS DEL SUR Y DEL ESTE DE LA REPÚBLICA DEMOCRÁTICA DELCONGO.

Ante la situación inhumana e injustificada que perdura en el este de nuestro país, caracterizada por la violencia de toda clase, violaciones sexuales en serie y no importar la vida de nuestros hermanos del sur, nosotros, superiores y superioras de las congregaciones religiosas de la provincia de Katanga, y todos los miembros de nuestras respectivas congregaciones no podemos permanecer en silencio. Profundamente solidarios con esta gente inocente que sufre desde hace años, “como Susana, perseguida por todas partes, mortificada y condenada sin razón. Hacemos un llamamiento a gritos”, (Dn 13, 24).

E invitamos a la comunidad nacional e internacional, en la medida en que sea sensible al sufrimiento de sus semejantes, a unirse a los gritos de los inocentes masacrados, cuyos derechos son negados. Esta situación mantenida desde hace años por cínicos ávidos de poder, hasta el punto de sacrificar vidas humanas es, y seguirá siendo, injusta, por eso merece ser condenada masivamente sin cesar, (cf. Dn 13, 60).

1. DESCRIPCIÓN DE LOS HECHOS.

La guerra impuesta a la nación congoleña a través de las poblaciones del este de la República es conocida por todos y sus consecuencias nefastas para la sociedad de toda la nación en particular, y de los seres humanos en general, nos atañe a todos. Estas consecuencias se indican en el último memorándum de la CENCO[[<1> Memorándum de la conferencia episcopal del congo CENCO a los participantes de la conferencia sobre la paz seguridad y desarrollo del Norte y Sur de Kibu de 5 ENERO 2008.]]: De todas formas, insistimos sobre las violaciones masivas de mujeres y chicas menores y sobre las violaciones a gran escala de los derechos de los seres humanos[[<2> Consecuencias de esta situación tal y como se expresan en el memorándum de CENCO, p,3.]]. Efectivamente los hechos terroríficos son enormes y constituyen una tragedia comparable a una epidemia y su erradicación debería movilizar a todo el mundo.

Citemos algunos de los casos más recientes:

– El 19 de noviembre 2007, Médicos Sin Fronteras confirmó que el 75% de los casos de agresión sexual curados por su personal en todo el mundo están registrados en Goma[[<3> Tanguy Berthemet, enviado especial de M.S.F. en la República del Congo.19-11-2007.]]. Entre las víctimas, una niña de 3 años martirizada con una mazorca de maíz y una joven de 15 años violada por 6 soldados y después abierta con un cuchillo.

– La Federación Internacional de los Derechos del Hombre, FIDH, recoge el testimonio de una niña de 10 años violada en su camino a la escuela, después secuestrada durante varios días[[<4> C.F OCHA –Situación humanitaria en R.D.C. (Sur Kivu) Informe del 22 al 28 de Septiembre 2007.]]. Según la FIDH no se libran del terror de las violaciones ni los bebes de seis meses ni las mujeres de 70[[<5> idem.]].

– En la edición Online de la ‘Libre Belgique’, del 1-8-2007 se puede leer lo siguiente: A veces hombres armados obligan a un padre, hermano, marido a violar a su hija o a su mujer y a veces obligan a su victima a comer a sus padres asesinados. Después de este tipo de pruebas muchas mujeres se sienten desesperadamente solas soportando las consecuencias físicas y psicológicas del trauma que han sufrido y tienen que hacer frente a la miseria a un embarazo, y a hijos no deseados, al SIDA, al ostracismo de sus parientes por enfermedad o deshonra[[<6> Cf http://www.lalibre.be]].

– En su declaración del 27 julio 2007, el profesor Yakin Erturk[[<7> Según la declaración del 27-7-2007, de Yakin Ertuck, enviada especial del Consejo de los Derechos del Hombre de las Naciones Unidas, encargada de la cuestión de la violencia con respecto a las mujeres.]] hace saber que ‘Synergie provinciale’[[<8> Órgano que aglutina a representantes del Gobierno, de las naciones unidas y de la sociedad civil.]], del sur de Kivu ha registrado 4500 casos de violencia sexual en los seis primeros meses del 2007.

– Estos casos son una gota de agua dentro del océano de la barbarie sexual, pero no se pueden citar todos los casos, la gran mayoría suceden en lugares inaccesibles dentro de los conflictos militares interminables. El Dr Cristóbal Kimonou ya no se sorprende de nada, y simplemente dice “las violaciones son corrientes aquí” y añade, “las agresiones cometidas en grupo a menudo se acompañan de una increíble barbarie”[[<9> Cristóbal Kimonou es ginecólogo en ‘Heal Africa’, hospital privado de Goma, donde se registran tres o cuatro casos de atrocidades sexuales cada día.]]. Para John Holmes, coordinador de operaciones de urgencia de Naciones Unidas, “la violación ha llegado a ser un fenómeno cultural”[[<10> Tanguy Berthemet, enviado especial de MSF en el Congo 19-11-2007.]].

¿Cómo comprender esta situación, hasta ahora ignorada, de los tranquilos ciudadanos del este de la República Democrática del Congo?

2. UN SISTEMA DE IMPUNIDAD QUE AGRAVA LA SITUACIÓN.

Nosotros constatamos, con pesar, que la mayoría de estos crímenes quedan impunes y lo que es más, que los autores de los mismos se mueven libremente sin estar preocupados, reinciden sin ningún miedo y cada vez aumentan mas el grado de sus acciones bárbaras. Deploramos la indiferencia cómplice y culpable mantenida tanto por las autoridades civiles y militares, como la que muestra la comunidad internacional frente una de las peores catástrofes de la historia de la humanidad y es chocante observar la realidad cotidiana y leer en los múltiples informes de organismos internacionales, que los autores de estos crímenes bárbaros no están intranquilos, y si son arrestados, por puro formulismo, los liberan inmediatamente sin ningún castigo[[<11> Según la declaración del 27-7-2007, de Yakin Ertuck, enviada especial del Consejo de los Derechos del Hombre de las Naciones Unidas, encargada de la cuestión de la violencia con respecto a las mujeres.]]. La situación sobrepasa los límites. La populación martirizada de la R.D.C. pide justicia y es inhumano quedarse sordo ante su grito de desesperación.

3. UNA ACCION URGENTE Y PROFUNDA SE IMPONE.

Pensamos que no se ha hecho nada para intentar parar este azote de violencia sexual. Felicitamos a las numerosas ONG’s, asociaciones civiles y formaciones médicas, de muchos rincones del este, que ofrecen servicios importantes y a menudo benévolos a la gran mayoría de las víctimas. Desde luego, la iglesia también ha organizado muchas disposiciones para recibir, asistir y alojar a estas personas gravemente debilitadas. Todos los esfuerzos puestos en marcha en este sentido son dignos de admiración.

Sin embargo, para muchos parece bastante claro que estas violencias sexuales se han convertido en un arma temible para destruir y diezmar a todo un pueblo. Contemplando la impunidad notoria que se vive, se podría preguntar si esta práctica es mantenida conscientemente por las personas que compiten en su carrera hacia el poder, o por los poderes internos y externos cuyas agendas a menudo quedan ocultas. Los hermosos discursos hechos de cara al público y las condenas verbales no siempre van seguidos de acciones concretas destinadas a poner freno a esta práctica, que envilece tanto al autor como a la víctima. Se necesita una acción urgente y profunda.

4. RECOMENDACIONES

Preocupados por terminar la guerra y los conflictos de una vez por todas y con muchas esperanzas en la conferencia organizada recientemente en Goma, retomamos por nuestra cuenta la interpelación del memorándum de CENCO sobre la paz, la seguridad y el desarrollo del Norte y Sur de Kivu. Pero también nos solidarizamos con este pueblo que soporta desde hace tiempo el peso de la guerra inútil y las consecuencias que la acompañan. Insistimos y hacemos un llamamiento a grandes gritos para que se apliquen todos los medios necesarios para borrar de nuestra sociedad esta práctica innoble y bárbara de las violaciones sexuales. Nos apoyamos en los artículos, 14, 15 y 16 de la Constitución de nuestro país, la República Democrática del Congo, y recomendamos a nuestros gobernantes y autoridades militares y judiciales, a todos los niveles:

– Que tomen acciones para hacer que vuelva la paz a todo el territorio de la República y que se hagan cargo de la seguridad de las personas y sus bienes, como garantiza la constitución a todos los ciudadanos[[<12> Articulo 14 de la Constitución de la República Democrática del Congo.]].

– Que se reforme el sistema judicial, para que, una vez reforzado, inspire confianza a la población, que no sabe donde dirigirse viendo que las injusticias se han convertido en moneda corriente.

– Que emprendan reformas jurídicas y culturales que hagan valer de manera efectiva y en cualquier caso la igualdad entre hombres y mujeres, que hasta ahora está bajo tutela del marido y es tratada como inferior y/o de menor orden por el hombre.

– Que las autoridades a todos los niveles tomen medidas concretas para aplicar la ley y castigar severamente a los culpables de las violencias a mujeres y especialmente a menores.

– Que las autoridades organicen las estructuras adecuadas y suficientes, encargadas de acoger a todas las víctimas.

– Que la comunidad internacional presione al gobierno congoleño, y especialmente a su aparato judicial, para que luche efectivamente contra la impunidad.

– Que el Estado considere como una urgencia la dotación del ejército republicano y que esté verdaderamente al servicio de la población, como prevé la constitución de la republica.

– A la ONU, representada en nuestro país por la MONUC, reiteramos nuestra llamada para que no permita un nuevo genocidio, con el pretexto de ser solamente una misión de observación, generalmente ineficaz. Que la MONUC juegue su verdadero papel, para imponer y vigilar la paz.

– Que todas las partes participantes se comprometan a respetar los acuerdos de la conferencia de Goma sobre la paz, la seguridad y desarrollo.

Lubumbashi 1 Marzo 2008

Comités de USUMA-ASUMA y todos los miembros de congregaciones religiosas de Katanga.

Traducido por Gloria Salanueva, para el Departamento África de la Fundación Sur.

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