En la última cumbre del G20 en Hamburgo, el 7 y 8 de julio 2017, se discutieron temas importantes, como: la seguridad y el terrorismo, los refugiados, la economía mundial y el desempleo, y la degradación medioambiental.
Palabras y acuerdos que suelen producir pocos compromisos concretos, sobre todo cuando ni siquiera son capaces de colaborar para superar retos tan urgentes como: el hambre, la violencia, la migración forzada y el calentamiento del planeta.
En realidad, la mayoría de los políticos parecen estar más interesados en consolidar su poder partidista a nivel nacional y global, que en promover con políticas económicas concertadas, un desarrollo que sea inclusivo y sostenible para sus pueblos.
El papa Francisco envió un mensaje claro y duro, a los líderes más poderosos y peligrosos del globo.
Francisco clama por “un crecimiento económico mundial que sea inclusivo y sostenible”. Pide a los gobernantes: “dar prioridad absoluta a los pobres, a los refugiados y a los excluidos”, y les invita a: “detener la actual carrera armamentística”.
Como de costumbre este líder mundial es rotundo y claro. Les anima a:” resolver en paz las diferencias económicas y encontrar reglas financieras y comerciales comunes que permitan el desarrollo integral de todos, para alcanzar la Agenda 2030 y os Objetivos del Desarrollo Sostenible”.
El papa recordó a los líderes mundiales cuatro principios de acción para “la construcción de sociedades fraternas, justas y pacíficas”.
Estos son: “El tiempo es superior al espacio”, “la unidad prevalece sobre el conflicto”, la realidad es más importante que la idea” y “el todo es superior a las partes”.
1. “El tiempo es superior al espacio”. “La gravedad, la complejidad y la interconexión de los problemas del mundo son tales que no hay soluciones inmediatas y completamente satisfactorias. Por desgracia, el drama de la migración, inseparable de la pobreza y exacerbado por las guerras, es una prueba. Es posible, en cambio, poner en marcha procesos capaces de ofrecer soluciones progresivas y no traumáticas y de llegar en relativamente poco tiempo a una libre circulación y a la estabilidad de las personas se sean beneficiosas para todos.
Una solución eficaz, extendida necesariamente en el tiempo, solo será posible si el objetivo final del proceso está claramente presente en su planificación. En las mentes y en los corazones de los gobernantes y en cada una de las fases de aplicación, es necesario dar prioridad a los pobres, los refugiados, los que sufren, los desplazados y excluidos, sean de cualquier raza, religión o cultura, sea en Sudan del Sur, Cuerno de África,….”
2. “La Unidad prevalece sobre el conflicto”: “La actualidad presenta un vasto panorama de conflictos actuales o potenciales. La guerra sin embargo nunca es una solución….
El objetivo es resolver pacíficamente las diferencia económicas y encontrar reglas financieras y comerciales comunes que permitan el desarrollo integral y sostenible de todos”. Ver Agenda 2030 y los Objetivos de desarrollo Sostenible.”
3. “La realidad es más importante que la idea”. “Las trágicas ideologías de la primera mitad del siglo XX han sido sustituidas por las nuevas ideologías de la autonomía absoluta de los mercados y de especulación financiera. Dejan un doloroso rastro de exclusión y de descarte, e incluso de muerte…
Los lideres ejemplares, como: Shcuman, De Gasperi, Adenauer, Monnet, Ghandi, Mandela, Nyierere, Livingston y otros, siempre han favorecido el dialogo y la búsqueda de soluciones comunes.”
4. “El todo es superior a la parte”. “ Los problemas deben ser resueltos en concreto y prestando al debida atención a sus peculiaridades, pero las soluciones para ser duraderas, no pueden dejar de tener una visión más amplia y considerar las repercusiones en todos los países y todos sus ciudadanos, además de respetar su opiniones y pareceres…
Una décima parte de humanidad que acapara el 90% de los bienes comunes, privando a la inmensa mayoría, de los recursos necesarios para una vida digna y descantando el inmenso potencial creativo de la mayoría para construir el bien común.”
El Papa concluye invitando a los Gobiernos del G20, a “construir una nueva era de desarrollo, innovadora, interconectada, sostenible, respetuosa del ambiente e inclusiva de todas las personas y de todos los pueblos.”
