Cultivar una vida de amistad social, superando la violencia interpersonal y ecológica

12/10/2020 | Editorial

20201012efs-web.mp3



El día 2 de octubre recordábamos el día internacional de la no violencia, no solamente personal e interpersonal, sino también con nuestra casa común o planeta.

Es evidente que la no violencia nace del respeto, aprecio y cuidado de nosotros mismos, de los demás y de la naturaleza. Sin esta gratitud, acogida y solidaridad con los demás y el universo entero será imposible construir una nueva familia humana.

Precisamente este 4 de octubre, día de S. Francisco de Asís, el papa firmó y publicó su nueva encíclica con el título: “Todos Hermanos”, centrándose en la Fraternidad universal y ecológica, o mejor aún: en toda la Familia Humana.

Aunque el título no es del agrado de todo el mundo, el significado es ciertamente inclusivo en la mente de este papa, y el contenido también habla para todas las personas, culturas y países. Somos una Familia.

Algunos se preguntan si, durante esta crisis de la covid-19 nos estamos volviendo más egoístas, o nos estamos humanizando y siendo más solidarios.

Podemos aprender constantemente de la sabiduría ancestral de todos los pueblos del globo, para mejor afrontar los retos actuales en la convivencia humana de cada país. La sabiduría histórica de los pueblos africanos puede revelarnos formas concretas de integrar y convivir con las diferencias culturales, étnicas, económicas y sociales dentro de una fraternidad universal.

En el contexto africano, la alianza es la forma característica de crear una fraternidad sin fronteras. Esta alianza incluye: acogida y aprecio mutuo, respeto y colaboración continua en todos los niveles de la vida: personal, familiar, social y global.

La hermandad universal es la extensión concéntrica de una forma familiar de hermandad, sin sangre. Lo que crea hermandad auténtica, sin sangre, es la bondad, el respeto y la confianza mutua, junto con el cuidado y la solidaridad con los demás.

Todos experimentamos en nuestra vida que la amistad y amor sincero crean una relación más profunda y vital que la relación de sangre en sí misma. Esto lo manifiestan los que deciden unir sus vidas para siempre.

La Familia se construye por la sangre y sobre todo por el aprecio mutuo que se manifiesta en el respeto y cuidado mutuo, de los demás y de la naturaleza.

Autor

Más artículos de Lázaro Bustince (director)