“Cuando una mosca se posa en tus testículos, te das cuenta de que la violencia no es necesaria”., Entrevista a Smockey, portavoz del movimiento “Le Balai Citoyen » por Eva Feito

14/12/2016 | Entrevistas

KULTURAFRICA tuvo la oportunidad de charlar con el actor y rapero Smockey, portavoz del movimiento “Le Balai Citoyen”, literalmente la “escoba ciudadana” en francés, durante su reciente visita a España. Mientras transcurría la entrevista, el reggaeman Sam’s K Le Jah, otro de los artistas implicados en el Balai, volaba hacia Madrid. Ambos fueron protagonistas directos de la caída de Blaise Compaoré, dictador de Burkina Faso, en octubre de 2014. La revolución popular burkinesa que lo propició fue enseguida comparada por algunas fuentes informativas con las primaveras árabes (1). Un movimiento popular pacífico y fundamentalmente ciudadano establecido en torno a los centros urbanos de Uagadugu y Bobo-Diulasso (las dos principales urbes del país saheliano) e integrado por todo tipo de ciudadanos: estudiantes, trabajadores, periodistas, artistas…Este movimiento asociativo se define como “una fuerza ciudadana nueva (que) resiste y se organiza para reivindicar una verdadera democracia, una buena gobernanza y una mejor convivencia en el Faso” (2) y su emblema es la típica escoba africana con un puño cerrado en alto como asidera y la bandera de Burkina Faso como muñequera, que se acompaña del lema “nuestro número es nuestra fuerza”. Se consideran a sí mismos herederos del legado del capitán Thomas Sankara, que -entre 1983 y 1987- emprendió una revolución bajo las señas del antimperialismo y la afrocentricidad, y que resultó asesinado en el golpe de estado perpetrado por su “amigo” y sucesor Blaise Compaoré.

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Si bien la figura de Thomas Sankara planeó durante todo el encuentro, el ambiente en el que este se desarrolló anunciaba que esta segunda revolución burkinesa (“revolución 2.0.” o “primavera negra”, llegaron a denominarla algunos medios) demuestra que las cosas están cambiando: de la austeridad de la revolución sankarista a las notificaciones del teléfono móvil sonando bajo la fija mirada de una computadora Apple, testigo de una larga conversación en torno al origen del movimiento ciudadano “Le Balai Citoyen”, sus logros y retos, y los entresijos de la política y la justicia burkinesa. Bien es sabida la lucha por la emancipación de la mujer emprendida por Sankara y, como por azar, empezamos a hablar sobre el rol que las mujeres desempeñan en la “escoba ciudadana”.

Sorprende la poca presencia de mujeres -salvo casos puntuales como la llamada “revolución de las espátulas”- que se vieron en las imágenes de las revueltas de finales de 2014. ¿Qué rol tuvo la mujer -tan reivindicado por la figura de Sankara- en la revolución de octubre y dentro de “Le Balai Citoyen”?

Cuando el movimiento se fundó no había ninguna [mujer], pero que poco a poco fueron incorporándose y es lo que va a seguir pasando. No estoy de acuerdo con la discriminación positiva porque durante el gobierno de Compaoré había paridad, pero las mujeres representadas formaban parte de la red clientelar que caracterizaba a la administración pública. La acción de las espátulas estuvo organizada únicamente por mujeres y el movimiento [del Balai] la apoyó.

La secretaria permanente del movimiento es una mujer. Creo que las cosas van a ir cambiando poco a poco. Al principio, incluímos en los estatutos un “club cibal” (“cibal” es la estructura de base del movimiento, acrónimo de “citoyen balayeur”, “ciudadano escoba” en francés), buscando la paridad pero no “llegábamos” y tuvimos que cambiarlo; pero formamos un “club cibelle” (ciudadanas escoba) para animar a las chicas a unirse al movimiento. No estando del todo de acuerdo con la discriminación positiva, intentamos animar para que cada vez haya cada vez más mujeres. Siempre he dicho desde el comienzo del movimiento que el día que las mujeres sean activas en la lucha, no necesitaremos luchar; porque es tan poco habitual ver a las mujeres en la calle, que cuando están en la calle se abren todas las posibilidades. Salvo en Togo -reconoce- donde van con el torso desnudo y no ha cambiado nada…En África que una mujer ande desnuda es la vergüenza de todos, la más destructiva, por la que incluso un dictador debe dimitir, porque son las mamás: Si una mamá acepta andar con el torso desnudo, es que has tocado fondo. La discriminación positiva no sirve de nada; son los buenos ejemplos los que cuentan. Durante 27 años hubo clientelismo político y las mujeres que eran nombradas en puestos de poder, incluso si eran nombradas ministra de la Promoción de la Mujer o de Asuntos Sociales, los dos ministerios donde había más mujeres; muchas de estas mujeres cuando no fueron utilizadas por su credibilidad antes de ser absorbidas por el sistema, muchas estaban ahí por sus propios intereses, así que no creo que inspiraran a muchas mujeres. Tiene que haber ejemplos. En periodismo se dice que “el suceso no ocurre cuando el perro muerde al hombre sino cuando el hombre muerde al perro”. Cuando una mujer se mete en política con los argumentos justos, puede ser emulada. Por ejemplo, hubo una que estuvo en el partido al poder durante mucho tiempo, el antiguo PDC de Blaise Compaoré, Saran Sedeme, ella es muy carismática, hacía muy buenos discursos, convencía a la gente…

Durante la insurrección hubo un momento en que el poder flotaba y los oponentes no asumieron el poder, por lo que nos vimos obligados a reaccionar; cada uno estaba en su lugar y ella se hizo ver; nadie quería asumir el cargo de presidente de transición porque si participabas, si eras el presidente de la transición, no podías participar en las elecciones, estaba claro. Nadie quería arriesgarse a ser el presidente [de la transición] y ser apartado de las elecciones. Ella se lanzó y terminó muy mal, al límite del ridículo. Luego intervinieron los militares. Ese episodio pudo con ella, con su carrera política, sin embargo hasta hoy cuenta con una buena reputación. La fuerza de Blaise era esa: hizo trabajar a excelentes políticos con él, hubo gente competente trabajando para él, mientras que él no podía ni pronunciar dos frases, hizo venir a franceses para darle clase para enseñarle a hablar porque era incapaz de unir dos frases. Era lo opuesto a Thomas Sankara. Esas personas, como Sara y otras mujeres, han contribuido a dar credibilidad al gobierno de Blaise antes de darse cuenta de que habían sido utilizadas. Sara, por ejemplo, abandonó el partido unos años antes, creando su partido después y empezó a subir; tenía posibilidades: era popular, expresiva, tenía más carisma que todos su oponentes, solo que tenía un pasado como miembro del partido en el poder, pero bueno esos mismos miembros del partido de Blaise están hoy en el poder.

Hablando de mujeres, ¿Mariam Sankara sigue en el exilio?

Mariam Sankara no puede en un principio asumir sus cargos: primero porque tiene que quererlo y además su ex marido tiene tal peso histórico… que es difícil. Pienso que quizá si estuviera segura de que lograría alguna cosa, se lanzaría; de hecho han intentado convencerle, ha habido mucho debate al respecto y una gran parte de militantes que se han opuesto a que se presentara por el honor, la imagen, etc. Pero el punto no es que se presentara, sino que no representa la imagen de Thomas Sankara, es decir, que ha de haber un mínimo de garantías… Y sobre todo que venga de ella, o no. Hay muchos sankaristas que han intentado utilizarle en este sentido: en las últimas elecciones, quisieron hacer venir a Mariam Sankara para la campaña y nos preguntaron [al Balai] si sostendríamos su candidatura. Nosotros dijimos que no tenía ninguna oportunidad porque sabíamos lo que la juventud pensaba. Es alguien que no es carismática ni influye en la gente, que no ha intentado crear un partido en la línea de la filosofía sankarista. Le cuesta defenderse en público, no tiene esa facilidad de palabra, no tiene autoridad, no se impone, etc. Nosotros estábamos seguros de que no podía cumplir este cometido pero aparentemente hubo gente que estaba segura de lo contrario, incluida los sankaristas, Bruno Jaffré y la gente de thomassankara.net incluso me lo reprocharon, pero ellos estaban convencidos y siguieron insistiendo en que Mariam viniera, pero un problema de rodilla le impidió venir, afortunadamente porque hubiera desacreditado una candidatura que tuvo un mal resultado en la elecciones.

En un contexto post-insurreccional, con una presencia permanente de la imagen de Sankara no funcionó porque la gente no considera a Mariam Sankara la heredera de Sankara; la gente no considera que el partido como el Unir/PS (3) tome la filosofía de Sankara. Yo que le he seguido un poco en algunos aspectos, pienso que tenía méritos, que estaba en todas las plataformas de resistencia del colectivo de Norbert hasta hoy, fue uno de los oponentes más pragmáticos y reactivos cuando el poder intentó maniobra, el primero en hacer declaraciones, alguien que mostró su voluntad de combatir el antiguo régimen, salvo que no pasaba; hay gente así, sus caras no pasan, podemos hacer lo que sea pero no pasa. (Hubo un dossier de empleados de la sociedad de buses, a quien defendió, hizo ganar a los trabajadores pero se estimó que había desfalcado el dinero de los trabajadores. No fue por eso pero no pasó, fue por él mismo; no pasó y finalmente hizo un acuerdo con ese gobierno, con el vicepresidente de la Asamblea Nacional, lo que fue un escándalo para un sankarista trabajar en el mismo gobierno que los amigos de Compaoré, es decir, los que asesinaron a Sankara. Así que afortunadamente que Mariam no vino. Mariam podría representar una candidatura seria pero no ocurrirá hasta que no quiera, y lo mismo pasa con Blanding y Odile, los hijos de Sankara: son tan prudentes que, incluso cuando se organiza algo, es mejor no incluirlos porque no va a funcionar, ya que están todo el rato diciendo “¿y qué van a decir si hacemos esto o lo otro?”.

Igual están demasiado cerca…

Para empezar hay esa falsa modestia de los burkineses, que en su cultura son demasiado modestos, muy “chinos” en su forma de hacer, que la gente no se deja llevar, no se posiciona o se hacen grandes; se hacen pequeños, crecen pero incluso cuando son los más grandes se hacen pequeños, es algo típicamente mossi, es cultural, esa tendencia a que la gente no se “ponga por delante”. Luego está la herencia de Thomas, porque todos los que van a seguirla tienen el interés de ser competentes y corren el riesgo de ser criticados y desacreditados. Thomas murió, no podemos devolverle a la vida así que todo lo que tienes que decir debes decirlo bien. Es un poco igual que como Bob Marley o Fela Anikulapo Kuti… Es difícil “seguir el tobillo del padre”. Lo mismo pasa con Lumumba, sus hijos no pueden seguir la estela del padre. Los hijos de Sankara están en EEUU y no demuestran ningún signo de voluntad de interesarse en política. No porque tengamos a alguien que tiene una gran carrera quiere decir que su entorno o sus descendientes vayan a tener gran carrera.

Claro, Sankara es una gran inspiración pero también un freno por ser un gran referente.

Desde luego… Es un freno porque hay que hacerlo mejor que él. El propio Sankara decía “malheur à celui qui fait pas mieux que son père” (“desgracia para aquel que no lo hace mejor que su padre”): hay que hacerlo mejor, o justo si no mejor, lo que limita un poco a los candidatos. Cada vez pienso más en que para triunfar en llevar una política sankarista o en todo caso con una filosofía sankarista, no hay ni siquiera que reclamar el ideal de Sankara, así es más fácil; aquellos que no reclaman el ideal de Sankara tienen más oportunidad de hacer pasar el ideal de Sankara que el que lo reclama. Desde que reclamas el ideal de Sankara, la gente va a decirte enseguida “mira este quiere aprovecharse de la fama de Sankara”, incluso a nosotros nos han dicho “¡ah!, estáis ahí, os aprovecháis de la imagen de Sankara, vendéis camisetas y gorras con la imagen de Sankara” y yo les digo “muy bien, pero hacedlo: deberíais estar orgullosos de hacer negocio con la imagen de Sankara, es mil veces mejor que vender Coca-Colas o camisetas con la cabeza de Bush” (risas).

Hay mucha envidia en ello, más aún cuando hay dinero. A pesar del dinero que conlleva el merchandising de Che Guevara, ¿cuántos se atreven a llevar una camiseta de Che Guevara?.

Bueno, eso depende un poco, porque el Che Guevara ha perdido su verdadero sentido.

Sí, pero la gente te etiquetará, para bien o para mal. Si hoy llevas una camiseta de “Le Balai Citoyen” en Ouagadougou, serás directamente etiquetado: habrá mucha gente que te felicitará, a muchos camaradas les han invitado a una cerveza por llevar una camiseta del Balai, pero que los detractores del Balai se meten con ellos. Mientras podamos hacer dinero sobre nosotros… No somos de la generación pasadas de comunistas revolucionarios miserabilistas que se pasean con camisetas agujereadas, que andan a pie con sandalias viejas bajo el pretexto de que son revolucionarios o socialistas, porque hay que dar ganas de soñar a la gente y yo no sueño con parecerme a un vagabundo. Nunca he oído a un niño decir “cuando sea mayor seré Stalin, Lenin ou Karl Marx”. Tenemos el interés de movilizar a la gente, de llevar a los jóvenes a la lucha, a la insumisión, al rechazo de aceptar lo inaceptable, el fatalismo. Somos el ejemplo de muchos jóvenes y esos jóvenes no tienen ganas de vernos sin dinero ni para un café; es por lo que hay que crear una industria revolucionaria, para la resistencia; la resistencia debe autofinanciarse para ser independiente, los líderes de la resistencia no deben ser vagabundos. De la misma forma que en el medio artístico hay una diferencia entre las estrellas y los artistas, también puede haber un “star system” en la revolución para que los ojos de los niños puedan brillar y digan “me gustaría llegar a ser un revolucionario un día, hacer la resistencia y la lucha”. Pero ¿por qué?: porque la lucha libera, y eso que quiere decir, que la lucha también paga; cuando se lucha se obtienen frutos, lo que Norbert Zongo (4) llamaba “los frutos de la lucha”, los frutos de la lucha deben poderse comer.

No vamos a pasar toda nuestra vida luchando sin ganancia; nadie tendría ganas de luchar: ¡la gente quiere vivir!, y es lo que ocurre después de cada revolución: la gente ha hecho tantos sacrificios para cambiar las cosas que en un momento dado dicen ¡mierda, ahora quiero vivir la vida! Y es así cómo vemos a gente que antes luchaba que empatiza con el sistema, que se compran grandes casas y coches. Pero puedes tener una gran casa, un gran coche, y ser revolucionario y resistente. No te impiden hacerlo. Si el sistema capitalista ha podido prosperar ha sido por eso, si durante todos eso años ha impedido las luchas obreras y otras es porque tenía eso que vender: vendía sueños a la gente, vendía cosas (pianos de cola, caviar, champagne), vendía una sociedad a gusto mientras que el comunismo se pedía a la gente que se sacrificara, comer una vez al día, pensar en los pobres. Puede lucharse en la abundancia: la dignidad no tiene nada que ver con los medios materiales, la dignidad es la dignidad, para un barón como para un militante activista, por un presidente de una sociedad capitalista o el jefe de un banco, es la misma dignidad que la de un obrero o un paisano. Todos necesitamos dignidad. En un momento dado me hizo ilusión que hubiera banqueros que luchaban a nuestro lado en el Balai he tenido discusiones increíbles con banqueros diciéndoles “eres banquero, qué haces aquí; claro, es normal, es el futuro de la nación. El nuevo espíritu de la resistencia es un espíritu de tolerancia, de objetividad; lo que cuenta en realidad es la eficacia; no es la teoría, la teología, no es todo lo que nos han contado de los discursos de la filosofía de Karl Marx que están más próximos de Alemania o de los países soviéticos que de la realidad africana. No podemos hacer un simple copia-pega diciendo que como ha funcionado allí -por otro lado, habría que ver si ha funcionado allí-, lo cogemos y lo ponemos en Burkina y funcionará. Sankara lo intentó, dijo cosas, citas de comunistas bastante conocidos, que intentó readaptar porque cuando hacía copia-pega no funcionaba, y en un momento dado se vio obligado a explicar que no, de desmarcarse un poco de la cultura soviética porque le cerraba puertas. Como él mismo dijo en un discurso: necesitamos el puñal de Cuba, de Libia y de China, tanto con el de Francia, de Alemania o de Navarra, nos da igual! Lo esencial es que ese puñal nos ayude a desarrollarnos, y no a mantenernos en la esclavitud.

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A pesar de ello a Sankara le pusieron la etiqueta de comunista, en la época de la Guerra Fría, cuando las relaciones con Mitterrand eran muy tensas.

Efectivamente le pusieron la etiqueta de comunista -erróneamente bajo mi opinión- porque era un personaje tan complejo que no podemos decir que era así. Hay mucha gente que dice que era muy religioso, que creía en Dios, aunque me cuesta creerlo porque él combatió muchos los círculos religiosos y tradicionales, si bien intentó ser monaguillo cuando era pequeño. Pero creo que era simplemente alguien pragmático y objetivo y es eso lo que falta en la lucha. Es alguien que estaba cambiando, no hay que olvidar que Thomas fue presidente a los 34 años, ciertamente uno de los presidentes más jóvenes de la historia política del mundo; se olvida muy frecuentemente esto… Quizá todo el dinamismo también porque se desbordaba, hervía. También se aprende, se sentía que ese político estaba madurando, evolucionando, no era algo malo. En todo caso, fue algo interesante, ahora tenemos la prueba de que si nuestros políticos son unos crápulas es porque tenemos crápulas, tenemos gente que ha dimitido, que desde que llegan al poder tiene un solo objetivo: acumular riquezas. No hay políticas de desarrollo, no hay proyección al futuro, no hay nada, no hay nada a inventar. El simple hecho de decir que hay que atreverse a inventar el futuro ya es algo, es el “Yes, we can” antes del “Yes, we can”. Atreverse a inventar el futuro es eso, podemos hacerlo, pero -como digo siempre- antes de inventarse el futuro hay que intentar intentar. Hay una gran parte de la población que no intenta nada, que se entierra en sus miedos, en sus pequeñas casas, sus pequeñas cosas y de donde es difícil moverles. No intentan nada, la razón más fuerte es inventar el futuro y son gente que ni intenta afrontar el pasado, ni siquiera el presente, no hablemos de afrontar el futuro. Es importante el cambio de mentalidad.

Tengo entendido que Sam’s K Le Jah formó parte de “Les Pionniers de la Révolution” (“Los Pioneros de la Revolución”), grupo juvenil creado por Sankara.

No lo sé porque [Sam’s] creció en Costa de Marfil; yo crecí en Burkina, fui “pionero de la Revolución” en Ouemtenga, pero no sé en qué año [Sam’s] volvió a Burkina ni de qué comité formó parte. Tenemos la misma edad, somos del mismo año. Cuando Sankara dio el golpe de estado marchamos por su liberación; creo que yo estaba en 5º ó 6º de primaria, era el más joven de mi clase -creo que siempre fui el más joven de todas las clases que hice en la escuela africana.

¿Y ya por entonces te sentías atraído por la figura de Sankara, o no lo recuerdas?

¡Claro que me acuerdo, me acuerdo muy bien!: me acuerdo de la visita de Houphouët [Houphouët-Boigny, primer presidente de Costa de Marfil], de la visita de Mitterrand, del concierto de de Miriam Makeba, de Jimmy Cliff, de la llegada de Fela… Pero no creo que fuera consciente más allá del carisma que el hombre tenía ni del proceso revolucionario. Además, era una época de sacrificios, no una época alegre; se apelaba a un sentimiento de nacionalismo y de patriotismo pero al mismo tiempo había que apretarse el cinturón, eso es todo. No fue forzosamente algo alegre para los burkineses vivir una cosa así: estar obligados a hacer deporte a las cuatro de la tarde, estar obligados a seguir los colores nacionales y cuadrarse, nosotros no sabíamos lo que era eso antes, era raro…El nombre del país cambió, había que acostumbrarse a todo eso: el nombre de todas las provincias, los nombre de las leyes, etc. Prácticamente todo cambió, ¡eran muchos cambios al mismo tiempo! Lo vivimos como una experiencia diremos más bien excitante, pero de lejos, sin realmente entenderla, porque éramos muy jóvenes para comprenderla; en todo caso yo era muy joven y a esa edad es muy difícil entender el juego político, es después cuando volvemos a pensar en ello, reflexionamos sobre todos los argumentos y decimos “¡ah, sí, era eso!” Y empezamos a comprender los desafíos que había.

A pesar de que vivimos en una sociedad capitalista como hablábamos antes, o precisamente por eso, ¿cómo hace el Balai para financiarse?

Podemos decir lo que queramos, nosotros nos autofinanciamos. Se han oído tantas estupideces, que si “Le Balai Citoyen” es financiado por George Soros, ¿no lo has oído?, hay imbéciles y detractores que pasan su tiempo en internet, que muestran una foto de “Y’en ai marre” en su sede en la que se ve a George Soros, que es un millonario americano que ni siquiera conozco. Cuando les preguntamos a la gente de “Y’en a marre”, nos dijeron que este señor fue a Dakar y quiso conocerlos, que se compró una camiseta de “Y’en ai marre”, se la puso, y eso es todo. Fue a partir de esa foto que empezaron a decir que George Soros financia a Filimbi, “Y’en ai marre” y a nosotros. Llega un momento en el que se para, a veces hay gente que comparte viejas publicaciones de 2011, y entonces dice “¿Qué pasa con el Balai?”; nosotros ya no decimos nada. Nos autofinanciamos: tenemos un sistema de autofinanciación que tiene sus límites, pero bueno, hay cotizaciones todos los meses, por parte de los miembros de la coordinación nacional, y hay cotizaciones puntuales. Por ejemplo, cuando queremos llevar a cabo alguna actividad, imaginemos un sitting [una sentada], por ejemplo, evaluamos el presupuesto, pongamos que es un millón [de FCFA], y pedimos a cada uno participar, dar lo que pueda: hay quien dona mucho, hay quien dona 200.000, 100.000, 5.000, 1.000 FCFA y hay quien dona 1.000, das lo que puedas. Una vez que tenemos un pequeño fondo, tratamos de ver los servicios que podemos hacer. Hay impresores que nos imprimen los carteles gratuitamente, para el combate, hay gente que acepta hacer spots gratuitamente, yo mismo tenía un estudio así que hacía los anuncios gratis, artistas que actúan gratuitamente, etc. etc. Eso aligera el presupuesto y es así como llevamos a cabo nuestras actividades ahora. Desde hace algún tiempo, y como empezamos a ser cada vez más conocidos, y la gente se interesa en trabajar con nosotros, tenemos bastantes proyectos. Cuando montamos nuestro proyecto para la campaña “Après la revolte, on vote” (“Tras la revuelta, se vota”), y la campaña “Je vote et je reste” (“Voto y me quedo”), fuimos financiados por la ong Diakonia -una ong danesa- que aceptó acompañar el proyecto, pagar el carburante, el traslado de la gente, los carteles, las flores y todo eso.

Ahora nos han encargado redactar un proyecto que tuviera que ver con las mujeres o los jóvenes, y escribimos uno relacionado con las mujeres y los jóvenes, que propusimos a Oxfam y nos validaron en seguida. Así que aprovechamos ese proyecto para incluso implantar células para crear debate y lanzar formaciones. Es así como funcionamos en realidad, fuera de eso nunca hemos recibido ningún pago de ningún partido político, como he oído que habíamos recibido financiación de partidos políticos de la oposición; tenemos disidentes que han sido expulsados de “Le Balai Citoyen” por “indisciplina caracterizada” y porque tenían agendas ocultas, ya que en realidad querían implicarse en el ejecutivo y nosotros no quisimos. Como fue la enésima vez que cometieron actos de indisciplina así, fue la gota que colmó el vaso, así que se les expulsó del movimiento. Ellos se metieron en el movimiento para utilizar el nombre del Balai. Les hemos llevado a la Justicia, que nos dio la razón impidiendo que utilicen el logo, los emblemas, todo del Balai, pero continúan utilizándolo. Así que engañan a la gente. Son esas personas que fueron expulsadas del movimiento y fueron ellos -yo creo- los que respondieron a la entrevista de un periodista diciendo que el Balai estaba financiado por los partidos de oposición.

Aquí en España también hubo un movimiento popular, llamado “15M” que se organizó espontáneamente y una parte del cual ha llegado a las cámaras con PODEMOS, y algunos de sus votantes se han sentido desilusionados al interpretar que fue el modo que sus integrantes tuvieron de introducirse en el juego político.

Mi frase preferida -que los raperos siempre han dicho- “que le den al sistema”: “Fuck the system”. Yo siempre he dicho que, o el sistema es un gran culo, o tú eres una picha pequeña. En todo caso es muy difícil joder al sistema, véase imposible, es por ello que pienso que hay que recortar el sistema en varias partes, si no es imposible, y es por ello que nosotros hemos decidido quedarnos fuera del ejecutivo, porque no podemos ser el guardián de una casa y al mismo tiempo aprovecharnos de la calefacción de la casa, hay que elegir una postura. Para empezar, el poder político corrompe: si entras en el poder político te arriesgas a ser absorbido por el poder político; en segundo lugar, hay que asegurarse de que -nosotros a nuestros chairman se lo hemos prohibido en nuestro reglamento- sus formas de poder van a traer reformas, una política, en el momento en el que entras en el poder; en tercer lugar, si entras en el poder, ¿quién va a ser el contrapoder? Finalmente, te arriesgas a convertirte el lobo que cazabas antes ya que eres tú el principal contrapoder. Entras en el poder y ya no hay [contrapoder]. Lo que nosotros queremos hacer es continuar con el contrapoder y suscitar la creación de un relevo político joven al que vamos a ayudar, a sensibilizar, al que quizá vayamos a formar; pero no somos nosotros, nosotros no podemos entrar, debemos permanecer en nuestro lugar de vigilantes, de control ciudadano. Ahora intentamos formar ese relevo con programas políticos participativos, poniendo en marcha un programa político verdadero con todos los sectores -educación, sanidad, ejército, seguridad, ecología, todos los sectores- y luego cada uno dará su opinión. Una vez que este programa político sea validado por la mayor parte de la población burkinesa, vamos a pedir a la nueva oferta política joven que aplique ese programa, apoyándola, no acompañándola oficialmente, pero sí animándola. Y nosotros en ese momento nos quedaremos en nuestro sitio. Y permaneceremos fuertes, no se nos desacreditará, porque desde el momento en que entremos en política, seremos desacreditados, todo el mundo dirá: “voilà, es lo que estos tíos querían hacer, desde el principio querían llegar al poder político, eso es todo”. Nosotros nos quedamos fuera, guardamos nuestra credibilidad, procuramos que haya una nueva oferta política joven y, si alguna vez se equivocan, nosotros tendremos todavía la fuerza de decirles “no, no, no está bien”, de orientarles y decirles que no están en el buen camino. Esta es de momento la estrategia más lógica que podemos poner en práctica. No podemos querer cambiar el sistema de seguir permaneciendo siendo controladores del sistema. En un momento dado hay que formar parte del sistema para verdaderamente llegar a cambiar las cosas, estoy de acuerdo, y hay muchos que creyeron que eso sería posible pero que me den un solo ejemplo que haya funcionado. No conozco ninguno hasta el momento. Sin embargo, sí conozco a aquellos que han llegado al poder para la fuerza y han barrido todos los sistemas que se habían puesto en práctica. Pero nosotros no queremos hacer eso, nosotros queremos hacer una revolución pacífica, queremos utilizar las reglas del juego democrático para combatir el juego democrático, que -hasta ahora- ha funcionado bastante bien. Si no, nos uniríamos a los rojos, a los comunistas que dicen que solo la revolución armada puede cambiar las cosas, pero no, nosotros no queremos entrar en la revolución armada, hay demasiados sacrificios en la lucha armada, el pueblo ya ha consentido suficientes sacrificios y es la hora de que cambiemos las cosas evitando que la sangre se derrame lo menos posible. Y podemos hacerlo, podemos llegar a través de la estrategia: “organizarse es ganar”, como me dijo un vagabundo en Casablanca para agradecerme que le diera un cigarrillo. Hay que pasar por esta etapa e intentar ver si funciona y yo sí que creo que tiene oportunidades de funcionar, es mucho más lento de poner en práctica pero es eficaz: premonición, revolución y evolución; y esta parte de evolución es la parte más larga, la que reclama más tiempo, metodología y estrategia.

Suele acusarse siempre a África de no saber comportarse democráticamente, a etiquetarse a las democracias (o dictaduras) africanas, pero las naciones africanas como las conocemos hoy día tienen una historia contemporánea bastante reciente.

Así es y también hay que reconocer que los occidentales contribuyen a que todos los países [africanos] no lleguen a desarrollarse porque le siguen el juego a esos políticos. Si dices que quieres vender la democracia al mundo entero, deberías ser un ejemplo de esa democracia, lo que no es forzosamente el caso: lo vemos en Estados Unidos, en Francia no hace mucho. Hoy, nosotros podemos ser una democracia joven. Actualmente, en la constitución burkinesa, la separación de poderes -por ejemplo- es una exigencia en una gobernanza democrática; pero nosotros, nuestra separación de poderes en Burkina actualmente es más efectiva que en Francia, es decir, que el presidente burkinés tiene menos poder sobre la justicia que el presidente francés, lo que es paradójico para una vieja democracia. Creo que en este momento, cuando queremos jugar, debemos procurar que los países africanos respeten las reglas del juego, y que eviten engañar, dándoles también los medios de respetar las reglas. Si se impone el FCFA en los países africanos, si absorbes el 85% de sus recursos para bloquear en el banco como reserva para fabricarles e imprimirles la monedas; ¡un 85% no es cualquier cosa!, de las reservas africanas -creo que son 500.000 millones de $ por año- en los cofres de la banca francesa, y quieres que esos países africanos se desarrollen, respeten la democracia… Así que han entendido que es un juego de intereses y todo el mundo intenta beneficiarse: los dirigentes los primeros, se sirven llenando sus bolsillos, y lo que queda intentan cogerlo los demás. Hace falta una verdadera política reformista y mucha voluntad para llegar a poner en marcha un sistema que funcione. Desde el momento que hay un dirigente que empieza a hacer mejoras, a desarrollar el país finalmente, la gente dice que igual es mejor dejarle ahí, porque los otros han sufrido tantas presiones… Sankara fue asesinado con el apoyo de Francia. Así que nos decimos que, “si ahí hay uno, igual no es tan malo, ¿y si nos lo quedamos?”. Y es así que tenemos casos como el de Ruanda de Kagame que está en el poder y todos los países africanos dicen “mira, un país que se desarrolla como nunca se ha visto”, ¿qué quieres que el tipo haga? Porque igual hay un presidente elegido democráticamente y no hace nada por el país… La gente, de hecho, ha justificado lo injustificable, y por eso digo que los occidentales son los culpables, mantienen de hecho ese estado, mientras que cuando hay manipulaciones de cambio de constituciones no se les oye gritar muy fuerte que no es normal; solo lo hace en ciertos países donde tienen intereses, como en Malí o en Burundi: actualmente no se habla y Nkurunziza hace lo que quiere. Creo que no son tan diferentes: las democracias africanas están hechas a la imagen de las europeas; también hay muchos chanchullos en las democracias europeas y americanas y otras; desgraciadamente son más visibles en las nuestras, evidentemente, porque hay mucha más gente miserable en África, así que la comparación se hace rápido.

¿Hasta qué punto el Balai es un ejemplo a seguir para la ciudadanía de los demás países del África negra?

Pienso que al principio de la experiencia en Burkina Faso todo el mundo se dijo “igual podemos hacer un ‘copia-pega’… Si lo han hecho en Burkina, ¿por qué no va a funcionar fuera?”. Pero vemos que es difícil hacer un “copia-pega”: en Congo Brazzaville [República del Congo] no funcionó, en Gabón no funcionó; en Burundi, no funcionó; de Chad ni siquiera se habla; en Camerún todavía no ha sido, será pronto… Así que no se puede hacer “copia-pega”. La experiencia de Burkina es la experiencia de Burkina, sin embargo puede dar esperanza a los pueblos en lucha, puede dar la esperanza a los movimientos diciéndose “he aquí una experiencia que fue llevada desde el principio hasta el fin”. Por eso nosotros continuamos, porque queremos que la experiencia de Burkina termine bien, queremos que sea un ejemplo, no queremos que después digan “han hecho todo esto y después…”. Intentamos seguir el asunto paso a paso para que evolucione bien, correctamente, y que desemboque en un cambio en el sentido de la aspiración de las clases populares. Por el momento permanece como uno de los raros casos -si no el único, diré incluso- en todo caso excepcional a este nivel: dirigir una insurrección popular, hacer una transición, organizar una transición de un año, llega un golpe de estado, barrer el golpe de estado, mantener los plazos, hacer unas elecciones, sacar un gobierno enteramente civil, reformar las leyes, sacralizar la alternancia, desmilitarizar la política. ¡Estamos avanzando! Por eso este gobierno quiere hacernos recular, quiere volver al pasado. No se puede hacer eso, se puede añadir pero no volver atrás. No soy pesimista, soy optimista: hay que haber sido ser inocente para llegar a ser optimista.

“Y’en ai marre” en Senegal, Filimbi y LUCHA de RDC. ¿Cuál es la relación del Balai con los demás movimientos ciudadanos del resto de África negra?

Estamos en contacto con “Y’en ai marre”, Filimbi, LUCHA. También hay “Le Balai Citoyen” en Guinea Conakry, pero no conocemos el histórico de las personas que lo conforman, así que es normal que estemos un poco distantes. Han decidido enviar una delegación a Burkina este año o el próximo y les esperamos para intercambiar posturas con ellos. Incluso hay un Balai en Togo pero tampoco tenemos contacto con ellos. Sí que tenemos una red con todos los movimientos sociales que conocen que les han contactado, hay que mantener ese contacto y estar atentos a lo que pasa porque están unidos. Si Burkina Faso es el único hilo democrático de la región, no va a mantenerse mucho, va a ser devorado por todos los demás, así que nos interesa que sea una “enfermedad contagiosa” para que contamine a todo el círculo; en ese momento estaremos mucho más tranquilos: cuando no haya más Guillaume Soro y Alassane Ouattara en Costa de Marfil (sobre todo Guillaume Soro), nos libraremos de un verdadero gusano; Blaise Compaoré, que es su sostén. Pero no esperamos que Compaoré sea juzgado. El mandato de arresto internacional fue emitido durante la insurrección, fue desconfirmado tras la toma de poder del nuevo gobierno ya que la justicia es independiente, fue combatido políticamente, llegaron a conseguir anular el mandato de arresto por vista de procedimiento, llevaron el asunto a juicio por la mañana, los jueces confirmaron el mandato de arresto y esa misma tarde dijeron que no podían confirmarlo. Fue un escándalo. Mientras tanto hicieron una “escoba diplomática” en Costa de Marfil y después han bloqueado políticamente todos los mandatos. Creo que el tiempo de la presión va a llegar pronto. Lo que nosotros esperamos principalmente a nivel judicial es el final de los dos dossieres más importantes: el de Norbert Nzongo y el de Thomas Sankara; el año que viene va a ser un año muy difícil para todo el mundo, y creo que la sociedad civil o el movimiento ciudadano, en todo caso el Balai va a estar muy solicitado, así que vamos a intentar seguir porque estos dos casos pueden pueden derivar en los otros: los dos pueden derivar en los demás. Creo que si la justicia llega a ponerse en marcha realmente, estarán obligados a admitir esos mandatos de arresto internacional. Es todo lo que deseamos. Hubo un momento que fue tan bonito…. cuando el mandato de arresto fue emitido con Guillaume Soro, que comenzó a hacerse mucho y luego Francia ha reculado. ¿Ves por qué te decía que Francia participa en el juego? Cuando esto era justo e independiente, era por un asunto que no tenía nada que ver con el estado francés, pero el estado francés ha intervenido políticamente para pararlo y no es normal. ¿Cómo se puede dar lecciones de democracia a los países africanos así? Complicado…

Y ahora hay que estar atentos con la voluntad de muchos dictadores africanos que quieren salirse de la CPI (Corte Penal Internacional), poco después de que la justicia africana se haya puesto en marcha en Senegal con el juicio de Hissène Habré.

Claro pero también es normal…Es lo que reprochan, porque son los dictadores los que tienen esa lógica, que la CPI no juzga a los europeos que también han cometido crímenes: está claro que hay dos varas de medir, pero ahora si a los dictadores africanos no les conviene… Nosotros en todo caso, sea la CPI, sea Burkina, lo esencial para nosotros -nos gustaría que fuera en Burkina-, es que sean juzgados en Burkina. Senegal ha hecho mal y aún no ha terminado; ya veremos lo que pasará.

¿Cómo haces para compaginar tu labor política con tu carrera musical?

Ambas cosas van juntas: el combate que llevo lo meto en mis textos, en mis canciones, nuestros conciertos a veces son mítines, hablamos muchos en nuestros conciertos. Venimos de tocar en Berlín con la banda donde también he interpretado una obra de teatro, “Nuit blanche à Ouagadougou” (“Noche en blanco en Ouagadougou”), que habla de la revolución y todo eso, que creamos dos o tres años antes de la revolución y que habla de ella, lo que fue un poco premonitorio. Después he participado en una exposición, hemos tocado en Ginebra, ahora en Madrid. Luego iré a Chad, a Ndjamena, para interpretar la obra de teatro; los músicos volverán a Ouaga, yo irá de Ndjamena a París para una cumbre, luego volveré a Ouaga donde estamos preparando un espectáculo para el festival “Droit Libre” de Ouagadougou con muchos artistas: Zombie, Awadi, creo que irá Lexxus también, Monza de Mauritania; yo me ocuparé de la dirección artística, de los ensayos de los artistas y de la creación de canciones en común y del escenario. Tenemos 5 días para prepararlo. Ellos llegan para empezar a ensayar y luego llegaré yo, tocaremos, y me gustaría quedarme para pasar las fiestas.

Y parar un poco…

A veces no estoy tranquilo fuera de mi familia, porque les echo de menos y me lo recuerdan, los niños… Mi mamá es francesa, mi padre es burkinés, ha fallecido; mi madre vive en Burkina desde hace más 40 años. Así que cuando llegue allí seré solicitado en seguida por los miembros de Balai. Ahora por ejemplo tenemos un congreso, en el que no participo, un encuentro con la Alta Corte de Justicia que ha solicitado encontrarse con el movimiento, no estoy allí, hay acciones de barrio que van a empezar pronto también. Entre unas cosas y otras, como soy el portavoz, me implicarán. Y luego mi estudio [estudio Sankara] porque ha sido incendiado otra vez, por segunda vez, así que debo reconstruir todo: el hormigón, el cemento, la electricidad, el aislamiento… Tengo que volver para ocuparme de todo esto, necesito un poco de tiempo, esencialmente.

Muchas gracias por charlar con KULTURAFRICA y buena continuación.

De nada, gracias a ti.

Como allí decimos, “cuando una mosca se posa en tus testículos, te das cuenta de que la violencia no es necesaria”.

Esta entrevista fue realizada por mediación de Kadiara Friggit Konaté, cónsul honoraria de Burkina Faso en Madrid, cuya Fundación Katiou fue la organizadora del “Concierto benéfico por Burkina Faso” que Smockey y Sam’s K Le Jah dieron en la Sala Shoko de la capital la noche del viernes 2 de diciembre de 2016. Ambos artistas participaron asimismo en diferentes actividades, como su visita a las aulas del Liceo Francés de Madrid, el encuentro con representantes del Ministerio de Asuntos Exteriores y una charla en torno al tema “Burkina de hoy” que tuvo lugar el sábado 3 de diciembre.

(1) http://www.slateafrique.com/528415/burkina-faso-vit-il-son-printemps-arabe-blaise-compaore consultado el 13/12/16.

(2) https://www.facebook.com/CitoyenBalayeur?fref=ts consultado el 13/12/16.

(3) Unir/PS, “Union pour la renaissance/Parti Sankariste”, partido político burkinés cuyo objetivo es actualizar las reformas políticas iniciadas por el ex-presidente Thomas Sankara.

(4) Periodista burkinés asesinado el 13 décembre 1998 mientras realizaba una investigación sobre la extraña muerte de David Ouedraogo, el chófer de François Compaoré, hermano y consejero del presidente Compaoré. Su asesinato ha sido recogido en las letras de los cantantes reggae Alpha Blondy (“Journalistes en danger”), Tiken Jah Fakoly (“Les martyrs”) y su denuncia forma parte del sustrato ideológico de los propios Smockey (“Dossier Zongo”) y Sam’s K Le Jah. El llamado “Dossier Zongo” se encuentra actualmente cerrado y su reapertura es uno de los puntos fuertes de las acciones del Balai.

Original en : Kulturafrica

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